viernes, 12 de octubre de 2018

Día de la Hispanidad - 12 de octubre



Día de la Hispanidad
Encuentro de América con España
(1492 -12 de octubre -2018)
               
“Si la América olvidara la tradición que enriquece su alma, rompiera sus vínculos con la latinidad, se evadiera del cuadro humanista que le demarca el catolicismo y negara a España, quedaría instantáneamente baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez”
(Juan Domingo Perón, “En el Día de la Raza)

“En lo socio-cultural, queremos una comunidad que tome lo mejor del mundo del espíritu, del mundo de las ideas y del mundo de los sentidos, y que agregue a ello todo lo que nos es propio, autóctono, para desarrollar un profundo nacionalismo cultural, como antes expresé. Tal será la única forma de preservar nuestra identidad y nuestra autoidentificación. Argentina, como cultura, tiene una sola manera de identificarse: Argentina. Y para la fase continentalista en la que vivimos y universalista hacia la cual vamos, abierta nuestra cultura a la comunicación con todas las culturas el mundo, tenemos que recordar siempre que Argentina es el hogar”
(Juan Domingo Perón, Modelo Argentino para el Proyecto Nacional)



En el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, Juan Domingo Perón ha sostenido que ante el proceso de universalización de la Tierra (conocida popularmente como “globalización”) el camino que debía recorrer la Argentina era fundamentalmente el de conformar y consolidar una arraigada cultura nacional como única forma de preservar la identidad nacional, pero que este camino a recorrer no significa ni caer en un europeísmo libresco (subordinándose acríticamente a la aprobación del mundo “cultural” del Viejo Continente) ni tampoco en un chauvismo ingenuo (repudiando todo aporte histórico europeo que, junto con los diferentes grupos étnicos autóctonos) confluyó en la gestación histórica del hombre argentino).

En este período especial de nuestra historia, en el que nos encontramos sometidos y postrados como en los momentos más tristes y dolorosos de nuestro devenir histórico, esta institucionalización y fortalecimiento de la cultura nacional es la fuente fundamental para forjar el Renacimiento de la Argentina en todos sus niveles.
Más que recuperar o reconstruir la Argentina, ante la degradación que hemos padecido en forma sistemática y persistente desde 1976, la tarea a la que estamos convocados es la de forjar el Renacimiento de nuestra querida Argentina, asumiendo y respetando su herencia espiritual y cultural. En palabras de Perón, “estamos en la aurora de un nuevo renacimiento”, en el marco de un proceso que impulsa la integración mundial, lo cual nos exige “la indispensable preservación de nuestra identidad” como pueblo y Nación, si no queremos terminar desarraigados y convertidos en indefinidos habitantes de un universo forjado por otros, los impulsores del imperialismo internacional del dinero.

En su histórico enfrentamiento contra España para adueñarse de Europa y del mundo, desde el siglo XVII Inglaterra llevó adelante una persistente y poderosa ofensiva imperialista cultural, para denigrar la obra civilizadora de España en América. Producto de esta ofensiva cultural fue la difusión e imposición de la Leyenda Negra como supuesta verdad histórica indiscutible, pero falsa en su esencia, tal como lo expresa en pocas palabras Juan José Hernández Arregui: “la leyenda negra fue impulsada por los ingleses como arbitrio político, en una época en que los Hasburgos mandaban sobre Europa y amenazaban a Inglaterra”, ocultando la verdad histórica que España se prolongó y se fusionó en América, forjando la Nación Hispanoamérica o la América española (¿Qué es el ser nacional?, Capítulo I, p. 24, Buenos Aires 2005, Ediciones Continente).

Fue el presidente Hipólito Yrigoyen quien oficializó el 12 de octubre como Fiesta Nacional, fundamentado en el convencimiento que “el descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos”, porque “abrió insospechados horizontes al espíritu”, y porque España volcó sobre el continente entonces enigmático “el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios […], derramando sus virtudes” sobre la América española (Decreto 4 de octubre de 1917).


En esta misma línea de pensamiento, Eva Perón sostenía que España ejercitó sus virtudes en las tierras descubiertas, dictando leyes de humanidad y fraternidad, fusionando su sangre con los indígenas y, a través de los siglos, convirtiéndonos a los hispanoamericanos en “herederos directos de su gesta y de la llama de eternidad que ellos transportaron por sobre los mares”, de tal modo que América se ha convertido en “eternidad de España en el mundo de la civilización”, y calificó a la Leyenda Negra como un cuento que “sólo tuvo validez en el mercado de los tontos o de los interesados” (“Ante la proximidad del Día de la Raza, en Escribe Eva Perón, Buenos Aires 1951, pp. 35-37).

Tan cierto es que España trajo la civilización a América y significó un progreso histórico inigualable, que un historiador insospechado de nacionalismo e hispanismo como Samuel P. Huntington ha reivindicado el carácter humanista y civilizador de la presencia de España en América, al afirmar que en la América hispánica se desarrolló una civilización, a la que llama “latinoamericana”, que no sólo incorporó “elementos de las civilizaciones americanas indígenas, ausentes de Norteamérica y de Europa”, sino que además “incorporó las culturas indígenas, que no existían en Europa y que fueron eficazmente aniquiladas en Norteamérica”, dando así a entender que la “leyenda negra” se aplica más bien a la expansión inglesa y holandesa, no a la española (El Choque de las Civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Ediciones Paidós, Buenos Aires 2001, 1ª edición, “Primera Parte”, n. 2). 

Estas breves pero sustanciosas referencias nos permiten afirmar con total certeza histórica que la política británica-anglomericana de des-españolización de América ha sido reimpulsada, tanto en sus orígenes como en estas últimas décadas, con el objetivo político imperialista de promover la tribalización de los Estados y naciones de América, Asia y África, en muchos casos con falsos movimientos indigenistas financiados desde Gran Bretaña.

En consecuencia, forjar el Renacimiento Nacional a partir de nuestra herencia cultural, espiritual y religiosa encarnada en el alma del pueblo argentino, impone la necesidad ineludible e impostergable de enfrentar el intento de imponer el tribalismo indigenista de raíz angloamericana y revivir el encuentro del mundo europeo-hispánico-cristiano y los pueblos indígenas de América, iniciado el 12 de octubre de 1492 con la llegada de Cristóbal Colón al que llegará a ser el nuevo continente americano.

Como dice Eva Perón desde la eternidad celestial, seamos dignos de esa herencia inmortal multiplicando nuestra fraternidad nacional, unificando cada vez más los objetivos superiores del pueblo y de la Nación, echando abajo todas las murallas que puedan separar aún a los trabajadores argentinos de la conquista del porvenir, porque ante nosotros, como ante nuestros ascendientes heroicos llegados de la España cristiana, se ofrece un nuevo mundo social para quienes son capaces e renunciar a sí mismos y de conquistar para sus hijos y sus herederos un mundo mejor. Reeditemos su fe en Dios y en nuestros derechos a ser definitivamente libres, dueños y soberanos de nuestro destino.

José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza

Secretario Político                                               Secretario General
Movimiento “Primero la Patria” 

TALLER PARA PADRES + CONTROL DE NATALIDAD


lunes, 8 de octubre de 2018

La Fe mueve montañas N°14 - Geopolítica y aborto



Entrevista al filósofo y escritor José Arturo Quarracino en el canal TLV1 hablando de su libro "Geopolítica y Aborto", el envejecimiento demográfico, la concentración de la riqueza, la derrota cultural, etc.

martes, 25 de septiembre de 2018

¿SI DICEN QUE SON PERONISTAS, POR QUÉ NO SE INSPIRAN EN PERÓN?




A través de varios artículos publicados en este medio, pusimos de relieve y destacamos el camino al fracaso que tenía la actual gestión gubernamental, al pretender imponer una política bien liberal en lo económico y social, que tiene como objetivo retrotraer a la Argentina a la nefasta “Década Infame”, previa a la llegada de Perón y del justicialismo a la historia nacional.

Luego del golpe de Estado contrarrevolucionario de setiembre de 1955 se quiso intentar lo mismo, tanto por parte de gobiernos civiles como de facto, con el fracaso absoluto como resultado prácticamente “cantado”, pues si algo enseña la Historia es que los procesos políticos que tienen el retroceso como meta marchan inexorablemente al derrumbe.

En este sentido, ha llamado la atención la frase convertida en muletilla por varios dirigentes políticos del oficialismo, acompañados de repetidores mediáticos y analistas políticos liberales, que expresa que “venimos de 70 años de fracaso político y económico”, que recién ahora se estaría superando gracias al “cambio” que expresaría y estaría llevando a cabo el actual gobierno nacional. Pero hablar de 70 años hacia atrás es remitirse a 1948, incluyendo al Peronismo (Justicialismo) como partícipe o causa del fracaso nacional, lo cual constituye en realidad una mentira histórica que los datos económicos y sociales disponibles en archivos oficiales y en innumerables estudios nacionales y extranjeros demuelen sin compasión. Basta leer simplemente el libro escrito por el historiador y economista británico H. S. Ferns, La Argentina, claramente pro-british, antiargentino y antiperonista, en el que reconoce la obra revolucionaria que llevó a cabo Perón en sus dos primeras presidencias (pp. 246-247).
     
Que nuestro liberalismo vernáculo visualice a Perón y su política de gobierno como el inicio de la decadencia política y económica argentina responde a su concepción ideológica y es coherente con ella. Pero resulta llamativo y sorprendente que ejemplares típicos de “nuestro” progresismo (dicho sea de paso: ¿qué es ser progresista en Argentina?), autodefinidos “liberales de izquierda” (¿????) como Juan José Sebreli o inconfesos miembros de una organización política supranacional suizo-norteamericana como Fernandito Iglesias coincidan en esa misma visión liberal-oligarca del tristemente célebre Álvaro Alsogaray o del siniestro “general” Albano Harguindegui. Evidentemente, a liberales y progresistas los une el odio visceral al anti-peronismo.

En este punto, surge un interrogante: ¿por qué quienes se dicen dirigentes “peronistas” permiten que estos especímenes políticos mientan históricamente y manchen la figura y la memoria del fundador del Justicialismo? ¿Por qué sólo se limitan a hacer una simple mención “histórica” del Justicialismo y de su obra revolucionaria y se resisten al liderazgo espiritual y doctrinal de Perón y de su legado, que es lo sigue vigente cada vez más?  Lamentablemente, la militancia política justicialista se ha reducido a hablar de Perón como figura del pasado, de lo que hizo y de lo que dijo, pero sin proyectar en el presente y hacia el futuro su proyección espiritual, cultural y doctrinal, es decir, su legado motivador y orientador en esta hora tan dramática para nuestra Patria y para nuestro sufrido pueblo, así diagnosticada hasta por los mismos analistas y economistas que simpatizan con el actual gobierno “macrista”.

En este sentido, es a todas luces innegable la incapacidad política de la dirigencia gubernamental en sus distintos ámbitos de acción, ejecutivo y legislativo. Sus miembros se creyeron los reyes de la gestión, pero resultaron ser los operarios del descalabro. Se paseaban por el mundo como los campeones del “cambio”, pero corrieron en chancletas y con la escupidera en la mano para arrojarse a los brazos del FMI. Ante una “oposición” atomizada y fragmentada al extremo, chocaron la calesita y se pusieron el país de sombrero. El “mejor equipo de los últimos 50 años” sólo supo ser un gestor de grandes negocios especulativos para el sector financiero y un endeudador a todas luces irresponsable. Les molestaba (y molesta) ser identificados o llamados como “gobierno para ricos”, cuando en realidad ha sido un “(des)gobierno para millonarios y para los grandes inversionistas internacionales, especulativos y depredadores”.

Como ha informado este domingo el analista económico Pablo Wende en el diario Infobae (“El "déficit cero" viene con impuestazo incluido y no se salva nadie, la mejor idea que ha tenido el gobierno nacional para enfrentar la crisis que su incapacidad ha generado es hacer caer todo el peso del ajuste en el sector privado en su totalidad -productores y trabajadores- y en el sector laboral de la función pública. ¿Quiénes se salvan del ajuste? Los que forman parte de las estructuras políticas del Estado.



Ante esta perspectiva dramática, en vez de imitar el ejemplo de vida del General, la “oposición” sólo ha atinado a copiar sus gestos, pero sin su mirada estratégica. Por eso ha confundido la unidad del pueblo y de la Nación con el rejunte de dirigentes, “para enfrentar al neoliberalismo endeudador”, pero con los mismos que han sido o culpables, cómplices o responsables de la llegada de éste último al gobierno.

Ya en 1972 Perón no se cansaba de destacar que la Argentina vivía en ese entonces una situación complicada en sus raíces: lo más grave, decía siempre, que habían provocado los gobiernos de facto posteriores a 1955 eran la destrucción del hombre y la destrucción del Estado. De marzo de 1976 a la fecha ambas destrucciones se han profundizado a niveles alarmantes.

Como el mismo Perón dijo en ciertas oportunidades, él había puesto en manos de la dirigencia afín su proyecto de país, pero esa dirigencia había convertido ese proyecto en un quiosco de golosinas y revistas.

Ante la degradación moral y política que hoy nos caracteriza, hoy la “oposición” plantea, como hemos dicho líneas arriba, la unidad [de dirigentes] para producir un cambio de gobierno en el 2019, mediante el voto popular. ¿Con qué valores espirituales, morales y culturales? ¿Con qué proyecto de país, con cuáles orientaciones estratégicas? En este punto… silencio de radio. Pero en La Comunidad Organizada y en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional Perón habla y propone el renacimiento nacional, es decir, hacer todo nuevo, hacer nuevas todas las cosas.

Proponemos volver a Perón en concreto, en reconocer y asumir su conducción estratégica imperecedera, más allá de su ausencia física, porque como dice un texto del Antiguo Testamento, “los que enseñan la Justicia en la Tierra brillan como estrellas por toda la eternidad”.


Perón eterno, Evita inmortal, sostiene uno de las consignas más hermosas y orientadoras del Justicialismo. Ante la necesidad de hacer renacer nuestra Nación, ante la necesidad de hacer realidad el legado justicialista de Perón, antes de toda acción táctica a presente y a futuro es fundamental inspirarse y dejarse arrebatar el alma y el corazón por el ejemplo de los padres fundadores de nuestra Patria:

Hay horas de la vida de los pueblos, como en la de los hombres, en que la oscuridad lo envuelve todo. Parecería que al conjuro de la maldición bíblica se malograsen hasta los anhelos más nobles y las aspiraciones más santas.

Es, a veces, el encadenamiento de sucesos infaustos ajenos a la voluntad humana, o hechos de la naturaleza que contrarían las más cautelosas previsiones, o la incomprensión de los hermanos, o la perfidia de los mezquinos, o todo eso junto, en un solo instante, en un solo minuto.

Son las horas de prueba a que Dios nos somete y de las que solo emergen los que fortalecieron su alma en la fe: esencia divina capaz de remover las montañas, realizar acciones inverosímiles y de llegar a convertir los sueños en realidad”.

En 1816, el Congreso de Tucumán, “recibía a la Patria casi cadáver”, ha dicho uno de nuestros grandes historiadores. Y en verdad era así.

El desastre de Rancagua dejaba a Chile a merced de la reacción contrarrevolucionaria; las más oscuras conjuraciones conspiraban en Mendoza y Buenos Aires, contra la expedición libertadora que preparaba el general San Martín; el enemigo triunfante en el norte se aprestaba para invadir el territorio argentino y asestar a la revolución el golpe de gracia; la montonera anárquica campeaba en el litoral; veteranas tropas portuguesas marchaban sobre la Banda Oriental para jaquear, desde Montevideo, el flanco de los patriotas; porteños y provincianos anteponían pasiones y rencillas lugareñas a la suerte común de la nacionalidad; en Buenos Aires las rivalidades caudillescas convulsionaban el ambiente; en otras regiones de nuestra América –en el Cuzco, en Nueva Granada, en Venezuela – sucumbían, también, al contraataque realista.

El cuadro de la situación no podía ser más sombrío. Pero, porque creyeron firmemente; porque tuvieron fe en sí mismos y en el destino glorioso de la patria; porque veían la realidad futura, presintiéndola en la exaltación mística de sus ideales, pudo el capitán de los Andes remover las montañas, convirtiendo el sueño de la libertad argentina en la bandera triunfante de la emancipación sudamericana; y pudieron los congresales de Tucumán rasgar las tinieblas que se cernían sobre la nación incipiente, proyectando sobre el mundo luz inextinguible, en su desamparada grandeza.

¡Que solos y que pobres, pero que fuertes y espiritualmente ricos en virtudes propias de nuestra raza, debieron sentirse los fundadores de la patria!
La verdadera fe, cuando Dios la concede para las grandes empresas, no es una gracia estática; es un soplo creador de inspiración dinámica que se abre en un haz de virtudes para perdurar a través del tiempo.

Es junto a la fe, la austeridad, que ahoga al egoísmo porque es ofrenda y sacrificio permanente; es junto a la fe, lasolidaridad, que mata la flaqueza porque es aliento fraternal recíproco; es junto a la fe, la lealtad, que enaltece la propia estimación porque es decoro, respeto de sí mismo y el alimento espiritual más maravilloso con que se debe nutrir el noble corazón del soldado; y es la fe, junto a la camaradería, que une especialmente a todos los hombres de armas para realizar acciones de contenido heroico y de trascendencia legendaria. Virtudes militares, como veis, han sido y siguen siendo virtudes del alma argentina.

Nacidos así a la vida independiente, echamos a andar por nuestra cuenta. En ciento treinta años el país recorrió muchas etapas, y en cada una de ellas no todos los días fueron de sol; más de una vez hubo que doblar el cabo de las tempestades; y el cuadro entonces, si no idéntico, fue siempre parecido; la conjuración de factores aciagos, internos y externos; la ceguera de muchos buenos, la sordidez de muchos malos; y en la puja irreducible contra la adversidad los dones ancestrales de siempre vencieron”.

No se trata de ganar una elección, sino de refundar la Nación.

ES PALABRA DE PERÓN, PORQUE PERÓN VIVE

José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                               Secretario General

Movimiento “Primero la Patria” 

[Publicado en Política del Sur, 18 de setiembre de 2018, Año 13 No. 583]

sábado, 22 de septiembre de 2018

“Sur, Paredón (FMI) y después… ya nunca me verás como me vieras”


“Sur, Paredón (FMI) y después… ya nunca me verás como me vieras”

En estas últimas semanas el gobierno nacional recurrió muchas veces a la muletilla de la “tormenta” para describir los problemas económicos y políticos que tuvo que sobrellevar hasta este fin de semana, cuando tuvo que dar un volantazo para no perder el dominio del timón de la “embarcación” estatal con la que venía “navegando”. Pero la “tormenta” se convirtió en inundación, con lo cual los argentinos, en su gran mayoría, nos vemos invadidos por una especie de nostalgia de las cosas que han pasado, llenos de amargura por el sueño de “un cambio” que murió.

La situación económica financiera desarrollada desde abril del corriente año hasta la fecha dejó a la vista la fragilidad estructural del “programa” que supimos conseguir con la administración actual, a pesar de que los voceros gubernamentales tratan de demostrar que la problemática económica es el resultado de tormentas externas y herencia de la administración anterior. En este artículo nos avocamos a informar las acciones que ha realizado el gobierno actual con un resultado no satisfactorio, generando por eso desequilibrios macroeconómicos provocadores de la crisis.

A continuación, detallamos:

1.- Arreglo con los holdouts aceptando el monto reclamado y generando emisión de deuda externa.

2.- Devaluación del peso, llevando el valor del dólar de 2015 de $ 9,60 a $13,95 para diciembre de 2015 con el levantamiento del cepo. En ese momento la tasa de interés estaba entre 26,9 y 29% según los plazos del depósito. En palabras del ministro de Economía -Prat Gay- la devaluación no se iba a trasladar a los precios, porque éstos ya incluían en sus costos el valor del dólar no oficial. Pero el resultado fue un aumento desmedido de los precios.
Esta acción provocó además una pérdida de 70.000 millones de pesos al BCRA, por la venta de dólares a futuro realizada por la administración anterior. La devaluación no tuvo en cuenta la pérdida que le iba a generar al BCRA.
Para amenguar la cifra antes indicada se estableció un impuesto a la renta obtenida del 35%.

3.- Se abrió la cuenta capital, lo cual provocó la entrada y salida de capitales de tipo especulativo sin control, generando el llamado carry trade (que significa pasar los dólares a pesos y colocarlos a altas tasas de interés que eran superiores al aumento del dólar, para después de un determinado tiempo volver a pasarse a dólares y ganar con tasas exorbitantes en dólares.
La salida de estos capitales provoca corridas cambiarias.

4.- Se había proyectado un aluvión de inversiones y la variación interanual fue la siguiente: en el año 2016, 5,1%;  en el 2017, fue de 11,3% y en el 2018 es imposible determinarlo.

5.-En abril 2017 se realizó un blanqueo de capitales, el cual en lugar de usarse para disminuir el déficit se utilizó para la reparación histórica de los jubilados que no logró reparar absolutamente nada.

6.-Pacto fiscal con las provincias. Seguramente los puntos enunciados no podrán cumplirse o deberán modificarse frente a este nuevo escenario económico.

7.-Reforma tributaria, la cual se aplicará para las declaraciones de 2018 y pueden quedar a contramano de la realidad económica actual.

8.-Con el argumento de cubrir el déficit fiscal sin emisión monetaria se tomó deuda externa en dólares, los que fueron vendidos al BCRA, emitiendo esta entidad los pesos que necesitaba la Tesorería. Para evitar el aumento de la base monetaria el BCRA emitió Lebac para absorber los pesos emitidos por la compra de dólares, por este motivo se pagan intereses en dólares -por el préstamo del exterior- y en pesos -por las lebac emitidas-, es decir, por el mismo dinero pagamos intereses dos veces.

9.-Apertura indiscriminada de la economía, lo que permitió un abrumador ingreso de importaciones sin considerar de ninguna manera el perjuicio a la producción nacional. Cualquier nación correctamente conducida administra con suma cautela la apertura de su comercio exterior. 

10.- Tarifas servicios públicos y combustibles: Las tarifas y los combustibles, más allá de que tenían un atraso, se actualizaron en un esquema de dolarización de las mismas. La justificación fue que las empresas respectivas tenían la obligación de realizar futuras inversiones, sin embargo los servicios no han mejorado, las concesionarias y los productores han obtenido ganancias extraordinarias, sin que se haya podido establecer los costos de producción. Pero con esta actualización se ha asfixiado a familias y a pequeñas y medianas empresas, sin considerar que determinadas subvenciones o subsidios existen en otras naciones, con el fin de potenciar el consumo y la producción.
La dolarización de las tarifas ha llevado a un colapso económico que se ve reflejado en el cierre de empresas y en los despidos masivos de empleados del sector privado.
El resultado de esta acción determinó en el año 2017 una balanza comercial negativa (exportaciones -importaciones) de 8.472 millones de dólares y en siete meses de 2018 también negativa, de 5.867 millones de dólares.
Esto se puede detener por la terrible devaluación de la moneda que llevó el dólar a $40, provocando una restricción a las importaciones por su encarecimiento.

11.- Con buen criterio, en el 2016 el gobierno nacional había instrumentado el pago trimestral del IVA para beneficio de las Pymes y trabajadores autónomos, a través de la RG 3878 de la AFIP (manteniendo la obligación de las declaraciones juradas mensuales). Pero las nuevas medidas económicas que está a punto de instrumentar la administración Macri seguramente va a dar de baja esta operatoria impositiva.

12.- Determinó el gobierno una baja de retenciones a las exportaciones de soja y una eliminación de retenciones a otros productos agropecuarios y a la minería. Pero cuando una administración se encuentra ante un déficit fiscal equivalente al 5% del PBI no puede tomar medidas de esa naturaleza sin considerar el incremento del mismo, en la actualidad se calcula un déficit fiscal cercano al 10% del PBI.

13.- El endeudamiento externo de la nación de aproximadamente 100.000 millones de dólares no fue en realidad para cubrir déficit fiscal en pesos, sino para permitir cubrir los saldos negativos de la cuenta corriente: 15.000 millones en 2016, 31.000 millones en 2017 y una proyección hacia 2018 de otros 20.000/25.000 millones de dólares, y además permitir el ahorro en moneda extranjera, el pago de dividendos y regalías, el turismo, las ganancias enviadas por las empresas transnacionales al exterior y la formación de reservas internacionales en el BCRA. Si el país no se hubiera endeudado estas acciones no se podrían haber realizado, no hubiéramos tenido los dólares necesarios porque exportamos menos que lo que importamos. Además, se les permitió a los exportadores un plazo máximo de 10 años para reingresar al país los dólares de exportación, especialmente los del campo.

El actual presidente de la Sociedad Rural Argentina consideró inconveniente frenar la baja de retenciones al campo y propuso reducir el plazo de 10 años, tal como lo declaró el 31 de agosto ppdo. en el diario Ámbito Financiero.

En los años de gestión de este gobierno la inflación fue la siguiente: 40% en 2016, 24,8% en 2017 y en el 2018 llegará aproximadamente al 40%.

El PBI nominal en dólares fue de 544.730 millones dólares en el 2016, 637.205 millones de dólares en 2017 (producto de un dólar con bajo valor) y en el 2018 se calcula alrededor de 400.000 millones de dólares, en la medida que no haya más devaluación del peso.

En 2019 se estima una caída del PBI en 5% o más, si es que se logra estabilizar las variables económicas.

Para hacer una comparación: la caída del PBI fue del 4,4% y en el 2002 fue del 10%.

Consumo privado. Variación interanual:  -1,4% en 2016 y 3,6% en 2017. Ahora es difícil estimar el monto de caída en el año en curso.

La tasa de desempleo del 7,6% de 2016 pasó a una estimación del 10% o más en el año en curso.
Durante los primeros 7 meses del año se pagaron por intereses de la deuda externa 255.614 millones de pesos, marcando un aumento del 65,4% con respecto al mismo periodo del año anterior. Se empeñan por reducir el déficit primario y aumentan el déficit financiero.

Algunas consideraciones:

Si bien es cierto que la administración anterior terminó su gestión con un déficit fiscal calculado en el 5% del PBI, con pocas reservas en el BCRA (sustentadas primordialmente con el crédito swap de China por 10.000 millones de dólares), con un control cambiario estricto en lo referente a importaciones y turismo, con el impedimento de giros por ganancias, dividendos, honorarios etc. al exterior, con declaraciones juradas de DJAIT  que trababan de alguna manera la continuidad del flujo productivo, debido a que nuestra estructura industrial necesita permanentemente de insumos importados, y con ciertas restricciones vía impuestos al turismo, de alguna manera lo transcripto configuraba una situación macroeconómica de características complejas al fin de la gestión de la administración anterior, de tal modo que las apreciaciones vertidas precedentemente nos indican lo siguiente:

-     Las predicciones de la administración actual sobre el esquema macroeconómico no estuvieron acordes con las promesas de la campaña electoral, más allá de la inserción que tuvo el presidente de la Nación en determinados círculos internacionales del poder económico.

-          La duda que nos invade es la siguiente: la situación actual económica de la nación es producto de la incapacidad de gestión, necedad ideológica o intereses subalternos, o es el resultado de un plan armoniosamente preparado y efectivamente ejecutado de “acudir al FMI para lograr el equilibrio financiero hasta el 2019 con un gran ajuste fiscal”.

-    En realidad, no podemos contestarnos esta pregunta. Los acontecimientos futuros determinarán la respuesta a nuestro interrogante, sin embargo, el peso de la historia caerá sobre los responsables.


José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                               Secretario General

Movimiento “Primero la Patria” 

Publicado en Política del Sur el 4 de setiembre de 2018, Año 13 No. 582 

jueves, 16 de agosto de 2018

MENSAJE A LOS JÓVENES DEL AÑO 2000


12 de agosto de 1948: Mensaje de Juan Domingo Perón a los jóvenes del año 2000
 
En la celebración del aniversario de la Reconquista de Buenos Aires, efectuada el 12 de agosto de 1948, una columna de estudiantes transportó un cofre muy parecido a una urna funeraria, en cuyo interior estaba guardado -dentro de un tubo de aluminio- un mensaje manuscrito de Perón. A los pies del monumento a Manuel Belgrano se hizo un pozo de 80 centímetros de profundidad donde fue ubicado el cofre. Después se lo cubrió con cemento y una baldosa de mármol. Así debía permanecer hasta el 12 de agosto del 2006, año en que se iban a cumplir los 200 años de las Invasiones Inglesas.

Pero en 1955, luego del sangriento golpe contrarrevolucionario de la “Revolución Libertadora”, el cofre y su mensaje fueron desenterrados y destruidos.

El 12 de agosto del 2000 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires enterró en la misma Plaza de Mayo un texto facsímil del mensaje de Perón, el cual fue desenterrado y dado a conocer el 12 de agosto del 2006.





MENSAJE A LOS JÓVENES DEL AÑO 2000 

Juan Domingo Perón 

(Escrito en 1950 y dado a conocer el 17 de Agosto de 2000)

"La juventud argentina del año 2000 querrá volver sus ojos hacia el pasado y exigir a la historia una rendición de cuentas encaminada a enjuiciar el uso que los gobernantes de todos los tiempos han hecho del sagrado depósito que en sus manos fueron poniendo las generaciones precedentes, y también si sus actos y sus doctrinas fueron suficientes para llevar el bienestar a sus pueblos y para conseguir la paz entre las naciones.

Por desgracia para nosotros, ese balance no nos ha sido favorable. Anticipémonos a él para que conste, al menos, nuestra buena fe y confesemos lealmente que ni los rectores de los pueblos ni las masas regidas, han sabido lograr el camino de la felicidad individual y colectiva.
En el transcurso de los siglos hemos progresado de manera gigantesca en el orden material y científico, y si cada día se avanza en la limitación del dolor, es solamente en su aspecto físico, porque en el moral, el camino recorrido ha sido pequeño.



El egoísmo ha regido muchas veces los actos de gobierno y no es el amor al prójimo, ni siquiera la compasión o la tolerancia, lo que mueve las determinaciones humanas.

Esa acusación resulta aplicable tanto a los pueblos como a los individuos. Cierto que en uno y en otros se dan ejemplos de altruismo, pero como hechos aislados de poca o ninguna influencia en la marcha de la humanidad. Es cierto que en ocasiones parece que se ha dado un gran impulso en favor de los nobles ideales y de las causas justas, pero la realidad nos llama a sí y nos hace ver que todo era una ilusión. Apenas terminada la guerra, ponemos nuestra esperanza en que ha de ser la última porque las diferencias entre las naciones se han de resolver por las vías del derecho aplicado por los organismos internacionales. Pocos años bastan para demostrarnos con un conflicto bélico de mayores proporciones el tremendo error en que habíamos caído. Hasta el aspecto caballeresco de las batallas se ha perdido y hoy vemos con el corazón empedernido cómo al cabo de veinte siglos de civilización cristiana, caen en la lucha niños, mujeres y ancianos.

Apenas un conflicto social ha sido resuelto vemos asomar otro, de más grandes proporciones, no siempre solucionado por las vías de la inteligencia y de la armonía sino por la coacción estatal o de las propias partes contendientes más fuertes, no el del mejor derecho.

Frente a esta lamentable realidad: ¿de qué han servido las doctrinas políticas, las teorías económicas y las elucubraciones sociales? Ni las democracias ni las tiranías, ni los empirismos antiguos ni los conceptos modernos han sido suficientes para aquietar las pasiones o para coordinar los anhelos. La libertad misma queda limitada a una hermosa palabra, de muy escaso contenido, pues cada cual la entiende y la aplica en su propio beneficio. El capitalismo se vale de ella no para elevar la condición de los trabajadores procurando su bienestar, sino para deprimirles y explotarles. Los poseedores de la riqueza no quieren compartirla con los desposeídos sino aceptarla y monopolizarla. E inversamente, los falsos apóstoles del proletariado quieren la libertad más para usarla como un arma en la lucha de clases que para obtener lo que sus reivindicaciones tengan de justas.

No ha empezado a alborear el liberalismo económico cuando -para impedir sus aplausos- tiene el Estado que iniciar una intervención cada vez más intensa a fin de evitar el daño entre las partes y el daño a la colectividad. Pero tampoco su intervencionismo constituye un remedio eficaz porque, o es partidista, o busca anular las libertades individuales y con ellas a la propia persona humana.

El mundo ha fracasado. Mas este fracaso, ¿será tan absoluto que no deje un mínimo resquicio a la esperanza? Posiblemente podamos mantener el optimismo con la ilusión de que el avance de la humanidad hacia su bienestar es tan lento que no lo percibimos, pero de cada evolución queda una partícula aprovechable para el mejor desarrollo de la humanidad. El avance es invisible y está oculto por sus propios vicios a que antes he aludido, pero no por eso deja de existir.

Se haría más perceptible si cada uno de nosotros se despojase de algo propio en beneficio de sus semejantes, si tratase de dirigir las disputas con la razón y no con la violencia. Dentro de mis posibilidades así he procurado hacerlo y, en este sentido, he orientado mi labor de gobernante. Válgame por lo menos la intención y sea ella la que juzguen y valoren mis críticos del porvenir.

La humanidad debe comprender que hay que formar una juventud inspirada en otros sentimientos, que sea capaz de realizar lo que nosotros no hemos sido capaces. Ésa es la verdad más grande que en estos tiempos debemos sustentar sin egoísmos, porque éstos nos han conducido solamente a desastres.

En nuestra querida Argentina, el panorama descripto se ha sentido sin ser cruento, pero en el orden general, los hechos prueban que ha sido el acierto la resolución que ha precedido nuestra realidad. La independencia política que heredamos de nuestros mayores hasta nuestros días, no había sido colectivizada por la independencia económica que permitiera decir con verdad que constituíamos una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.



Por eso nosotros hemos luchado sin descanso para imponer la justicia social que suprimiera la miseria en medio de la abundancia; por eso hemos declarado y realizado la independencia económica que nos permitiera reconquistar lo perdido y crear una Argentina para los argentinos, y por eso nosotros vivimos velando porque la soberanía de la Patria sea inviolable o inviolada mientras haya un argentino que pueda oponer su pecho al avance de toda prepotencia extranjera, destinada a menguar el derecho que cada argentino tiene de decidir por sí dentro de las fronteras de su tierra.

Contra un mundo que ha fracasado, dejamos una doctrina justa y un programa de acción para ser cumplido por nuestra juventud: ésa será su responsabilidad ante la Historia.
¡Quiera Dios que ese juicio les sea favorable y que al leer este mensaje de un humilde argentino, que amó mucho a su Patria y trató de servirla honradamente, podáis -hermanos del 2000- lanzar vuestra mirada sobre la Gran Argentina que soñamos, por la cual vivimos, luchamos y sufrimos!"