miércoles, 21 de diciembre de 2016

LA PROFECÍA DE PERÓN: EL RESURGIR NACIONAL

LA PROFECÍA DE PERÓN: EL RESURGIR NACIONAL
 
 
 
 En estos últimos años ha sido notable el resurgir del sentimiento nacional en varias naciones de Europa. Hungría y Polonia representan los casos paradigmáticos de este resurgimiento de lo nacional, recuperando sus profundas raíces cristianas, las cuales han modelado su devenir histórico. Este renacer nacional constituye en última instancia la respuesta de los pueblos frente al avasallamiento político, social y económico impuesto por el poder financiero internacional mediante la globalización impulsada desde la década del ’70 en adelante, globalización que ha significado una brutal concentración de la riqueza mundial en muy pocas manos y un empobrecimiento cada vez mayor de gran parte de la humanidad. Los informes anuales emitidos desde el 2010 por el Credit Suisse pone en evidencia este brutal proceso de acumulación de la riqueza, al mostrar que el 0,7% de la población adulta mundial posee el 44% de la riqueza global. Un reciente informe de una ONG británica, Oxfam, ha sostenido que la economía mundial está diseñada para que la usufructúe el 1% de la población mundial, pero definiendo lapidariamente que “este proceso debe ser detenido y modificado radicalmente” (210 Oxfam Briefing Paper, An Economy for the 1%, Enero 2016).
Parafraseando a Karl Marx, bien se puede decir que un fantasma recorre Europa: el fantasma del nacionalismo. Por un lado, los voceros del capitalismo liberal juzgan como un retroceso este resurgir nacional, al poner en peligro el proceso de globalización. Pero por otro lado, también los voceros del reaccionario progresismo pseudo-revolucionario condenan este despertar de lo nacional, al juzgarlo como una expresión aggiornada del fascismo o del nazismo.
Pero no sólo en Europa ha despertado el nacionalismo. La reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos se ha basado en gran parte en su apelación al orgullo nacional y a la recuperación de Estados Unidos como nación, frente a la prédica internacionalista e imperialista de su contrincante demócrata.
El analista Jorge Castro ha afirmado recientemente que “ha terminado una fase de la globalización”, la de los procesos globales de producción, en los que el proceso intensivo de industrialización se trasladó de los países avanzados a los emergentes, en especial a China, país que alcanzó un nivel de competitividad excepcional a nivel global y los niveles de rentabilidad más elevados de la historia del capitalismo. Como contrapartida, los países desarrollados, y en especial Estados Unidos, han sufrido un “ruinoso proceso de desindustrialización”. Pero según este analista surge ahora “un nuevo sistema de producción global completamente horizontalizado, en el que se compite a través de la innovación y en el que el capital es básicamente intelectual”, y que constituye un nuevo mecanismo de acumulación nacional, en el cual los dos únicos protagonistas son China y Estados Unidos (Jorge Castro, “Fase nacional de la globalización”, en Clarín-Ieco, 20 de noviembre de 2016, en http://www.ieco.clarin.com/economia/Fase-nacional-globalizacion_0_1689431149.html).
Como en otros tantos temas hoy de importancia fundamental, Juan Domingo Perón anticipó hace más de 40 años que este proceso de globalización (al que él denominaba de universalización) iba a estar en tensión y conflicto con el sentimiento nacional de los pueblos y gobiernos del mundo.
En las “Conclusiones y Aperturas” del Modelo Argentino del Proyecto Nacional, Perón afirma que la Argentina está llamada a ser una nación autónoma y plena, en medio de un proceso de universalización que puede llevar a formas integradas en el orden político, económico y social. Para Perón se trata de “un nuevo renacimiento” que debe ser llevado a cabo por los pueblos mismos, para no caer en las redes de decisiones arbitrarias ajenas a sus necesidades. Fiel a su esencia humanista y cristiana, este planteo peronista de integración popular universal está en línea con el pensamiento de la Iglesia Católica expresado en el documento Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, que propone “un orden político, económico y social que esté más al servicio del hombre y le permita a cada uno y al grupo afirmar y cultivar su propia dignidad”.
En consecuencia, la sutil y difícil tarea de los hombres del futuro es “lograr una integración que no consista en una nueva forma enmascarada de imperialismo” y “compatibilizar el universalismo con la indispensable preservación de la identidad de los pueblos”. Esta ardua labor exige robustecer desde ya una profunda cultural nacional “como único camino para consolidar el ser nacional y para preservar su unidad en los tiempos que se avecinan”.
La historia nos muestra que el proceso de universalización fue llevado a cabo en forma inexorable por el imperialismo financiero internacional a través de dispositivos políticos y económicos como el Grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral, el Consejo de las Américas, el Diálogo Interamericano, el Council on Foreign Relations/CFR, el Royal Institute of Foreign Affairs/RIIA (británica), para beneficio exclusivo de la ultraminoritaria plutocracia angloamericana dueña de las principales empresas multinacionales que dominan la economía mundial.
Para Perón, la única posibilidad de sumarse a este proceso de universalización consistía en llevar a cabo una política que nos permitiera ser más argentinos que nunca. Este proceso de argentinización e integración al mundo fue frustrado e impedido tanto por el nefasto Proceso de 1976-1983 como los posteriores desgobiernos “democráticos” hasta la fecha, a través de un falso enfrentamiento liberalismo-progresismo que nos ha llevado a la situación de postración actual en la que nos encontramos, con un pejotismo domesticado y aggiornado y un movimiento nacional impotente para articular la política de unión nacional y de liberación y reconstrucción nacional que la Argentina está llamada a realizar para avanzar con dignidad hacia el futuro de grandeza que es irrenunciable como mandato histórico.
Lamentablemente, frente a esta visión de grandeza de Perón, la única vigente hoy en día, casi toda nuestra dirigencia “nacional” está afectada de una atroz miopía torpe impregnada de mediocridad imperante en todos los niveles y se encuentra enfrascada en disputas inútiles, inoperantes e intrascendentes para repartirse las migajas del saqueo que llevan adelante las multinacionales dueñas de nuestro país.
En el colmo de la estupidez y de la sensatez, los actuales gobernantes pretenden dirigir la Argentina imitando al Sai Baba, frente a una pretendida dirigencia opositora que se cree revolucionaria y popular bajando de Puerto Madero y Las Canitas, y frente a una dirigencia social que embolsa millones de pesos en provecho propio eternizando la miseria y la exclusión de millones de hermanos, simulando una “lucha” contra una oligarquía local y silenciando la presencia imperante de la oligarquía angloamericana internacionalista.
No es con política de sacristía infectada de internacionalismo ni con rejuntes de estafadores ideológicos que los argentinos podremos reconstruir y liberar nuestra querida patria argentina, sino fortaleciendo y promoviendo nuestro ser nacional, humanista y cristiano, bajo la visión estratégica de Juan Perón, más vigente que nunca.
     
 
            José A. Quarracino                                           Juan Carlos Vacarezza
Subcoordinador general                         Coordinador General
Movimiento “Primero la Patria”

miércoles, 26 de octubre de 2016

ESQUIZOFRENIA FEMINISTA y el GENOCIDIO ROCKEFELLER

ESQUIZOFRENIA FEMINISTA y el GENOCIDIO ROCKEFELLER

(24 de octubre de 2016)

 

Días pasados las mujeres argentinas se expresaron condenando la ola de violencia mortal que hoy agobia al conjunto de la sociedad argentina, a través de la consigna “Ni una menos”. Pero extrañamente, en medio de esa manifestación y reclamo justos, grupos feministas y progresistas introdujeron el reclamo del “aborto legal, seguro y gratuito”, reflejando una clarísima actitud de esquizofrenia moral y política: por un lado, protestan contra la muerte de las mujeres y por otro lado justifican la aplicación de la pena de muerte contra mujeres y varones en el seno materno, contra seres humanos que son absolutamente inocentes e indefensos.
Siguiendo con su actitud esquizofrénica, estos grupos justificadores del aborto como derecho se reivindican generalmente como progresistas, latinoamericanistas e indigenistas, pero su discurso es una repetición literal en español de los argumentos antinatalistas de la feroz y cruel plutocracia angloamericana que domina el mundo, de la cual el clan Rockefeller ha sido su vocero y operador político por excelencia. Se jactan de ser “indigenistas y latinoamericanos”, perosu lengua materna es el inglés.
Suponen estas abortistas que la despenalización del aborto y su legalización –aunque se trate de un crimen- permite brindar «servicios de aborto seguro» a quienes desean eliminar a los hijos gestados y todavía presentes en el vientre materno. Dicen que la penalización del aborto hace que las mujeres de escasos recursos acudan a prácticas clandestinas e ilegales que ponen en riesgo su vida y en algunos casos termina con el fallecimiento de la mujer abortante. Según quienes “enarbolan” este argumento, la penalización del aborto no afecta a las mujeres que cuentan con recursos para pagar un aborto en clínicas privadas, donde aparentemente abortan “en forma segura”. Por eso deducen que como las mujeres pudientes violan la ley, hay que permitirles a las mujeres pobres que obren igual que las mujeres ricas, pero sólo en este caso en particular de matar a sus hijos en el vientre materno.
Se presumen «progresistas», pero esta argumentación “progre” es una repetición textual de la que ya ha hecho en 1972 John Davison Rockefeller III, al afirmar dogmáticamente que «cuando el aborto es prohibido, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos indeseados. Abortos médicamente seguros han estado siempre a disposición de las mujeres ricas, para las que pueden afrontar los elevados costos de doctores y viajes al extranjero; pero la mujer pobre se ha visto obligada a arriesgar su vida y salud con remedios caseros y practicantes con mala fama»[1]. Además de su matriz oligarca y plutocrática, es evidente que este pensamiento adolece de un grave defecto de irracionalidad jurídica y política, en cuanto sostiene que una ley es inútil o no sirve… porque los pudientes o ricos la violan e incumplen (???). Curiosa reivindicación que hacen los progresistas no sólo del “derecho” de los ricos de violar la ley y no ser castigados por ello, sino que además le conceden a los pobres el mismo “derecho”.
John Davison Rockefeller III
Estas progresistas “latinoamericanas” no tienen problemas en coincidir en forma total y absoluta con los dueños del capitalismo internacional, genocida y depredador. Repiten sus mismos argumentos en clave “revolucionaria”: «[…] la anticoncepción es el método de elección para prevenir un nacimiento no deseado. Creemos que el aborto no debe ser considerado un sustituto para el control de la natalidad, sino más bien como un elemento en un sistema general de cuidado de la salud materno-infantil»[2]. Clarísimo: el aborto no es considerado un crimen ni asesinato, sino un “problema de salud pública”. Lo mismo repiten desde hace tiempo los y las progresistas, al igual que muchos liberales.
Esto se complementa con otros argumentos siempre citados por el progresismo izquierdoso y que se articulan con el argumento anterior: “[…] las mujeres deben tener la libertad de determinar su propia fertilidad, la cuestión del aborto debe ser dejado a la conciencia de la mujer involucrada, en consulta con su médico, […] los Estados deben ser alentados a aprobar estatutos objetivos que creen un marco claro y positivo para la práctica del aborto a petición”[3]. Es decir:
a) el aborto es una decisión libre de la mujer
b) el aborto es una cuestión que sólo involucra a la mujer y al médico (desaparición de los esposos y padres)
c) el Estado es garante de la ejecución de ese “derecho”.
Llamativamente, esta concepción antinatalista y abortista de los imperialistas yanquis es la misma que repiten en español los “progres”: Aborto como derecho y acto libre – Involucra solamente a la mujer y a un médico – Estado garante del ejercicio de ese “derecho”.
ni una menos 19 de octubre de 2016
“Nuestras” feministas dicen que el aborto es un derecho. Creen que dicen una novedad, pero quien ha inventado este derecho no ha sido la ONU, ni tampoco ha sido consagrado en ningún tratado internacional. El que inventó que el aborto es un derecho ha sido el yanqui John Davison Rockefeller III en 1973, al afirmar que “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su fertilidad”[4]. ¿Sobre qué principio se funda este derecho? Según Rockefeller, en el principio ético básico [inventado por él] que afirma que “sólo se traen al mundo los hijos deseados”[5]. Según este siniestro personaje, existe el “derecho” de eliminar al hijo no deseado. Lo mismo piensan las progresistas antiimperialistas, porque en realidad son feministas que repiten los argumentos de un macho yanqui. Son antiimperialistas que le dan estatus democrático al ideario genocida del imperialismo angloamericano.
Paradójica o esquizofrénicamente, “nuestras” feministas reclaman contra la violencia, pero al mismo tiempo hacen apología de la pena de muerte contra los nascituros, impulsada por el imperialista Rockefeller.
                                       
En última instancia, reclamar la despenalización del aborto no sólo es hacer apología del delito, también es reconocer que el ejercicio del aborto mata a las mujeres que se niegan a ser madres. En otras palabras: aplicar la pena de muerte sobre inocentes e indefensos también termina a veces matando a sus madres. Hacer apología de la despenalización del aborto es absolutamente irracional desde el punto de vista científico y político. Hace algunos años, la abogada Carmen Argibay, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y partidaria de la despenalización del aborto, afirmó que «quienes piden la aplicación de la pena de muerte se convierten en asesinos»[6]. Si pedir la pena de muerte para el asesino es convertirse en asesino, ¿quienes piden la despenalización del aborto [pena de muerte] no se convierten en más asesinos todavía, según Argibay dixit?
Terrible la esquizofrenia del progresismo abortista: se cree “evolucionado” y “revolucionario”, pero no es nada más que un divulgador literal de la ideología antinatalista y genocida del clan Rockefeller y de la plutocracia internacional que representa.


[1] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: «[…] when abortion is prohibited, women resort to illegal abortions to prevent unwanted births. Medically safe abortions have always been available to the wealthy, to those who could afford the high costs of physicians and trips abroad; but the poor woman has been forced to risk her life and health with folk remedies and disreputable practitioners».
[2] Rockefeller Commission Report, Op. cit., ibidem: «[...] contraception is the method of choice for preventing an unwanted birth. We believe that abortion should not be considered a substitute for birth control, but rather as one element in a comprehensive system of maternal and infant health care. For many, the very need for abortion is evidence of a social and personal failure in the provision and use of birth control».
[3] Rockefeller Commission Report, Op. cit., ibidem: «women should be free to determine their own fertility, that the matter of abortion should be left to the conscience of the individual concerned, in consultation with her physician, and that states should be encouraged to enact affirmative statutes creating a clear and positive framework for the practice of abortion on request».
[4] John Davison Rockefeller III, The Second American Revolution. Some personal observations, Harper & Row, Publishers, New York 1973, p. 64: the abortion is «a woman’s right to determine her own fertility».
[5] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: «only wanted children are brought into the world».
[6] Perfil.com, 16 de febrero de 2009, en http://www.perfil.com/contenidos/2009/02/18/noticia_0042.html.

 https://josequarracino.wordpress.com/2016/10/25/esquizofrenia-feminista-y-el-genocidio-rockefeller/

Aqui y Ahora (05.05.16) – Juan Carlos Vacarezza.

martes, 16 de agosto de 2016

Consejo de las Américas (Rockefeller y su dominio de la economía nacional e hispanoamericana)






¿Qué es el CONSEJO DE LAS AMÉRICAS?  

  ¿Por qué nadie habla de él?


El 24 de marzo de 1976 dio comienzo en nuestro país el fatídico proceso de destrucción de la Argentina que Juan Domingo Perón había erigido como una Nación auténticamente libre, justa y soberana. Como muestran la historia y los documentos que han ido apareciendo todos estos años, ese infame proceso –pomposa y soberbiamente autodenominado “de reorganización nacional”- fue impulsado por la minúscula oligarquía financiera angloamericana, encabezada por la familia Rockefeller. No fue casual que el ministro de Economía fuese el ultraliberal católico abogado José Alfredo Martínez de Hoz, miembro en ese entonces del Consejo Internacional del Chase Manhattan Bank. No lo pusieron como ministro por oligarca (que lo era), sino por ser empleado del banco históricamente propiedad del clan Rockefeller.

Comenzó así el “retorno a la Argentina anterior al 4 de junio de 1943”, como anunció uno de los jerarcas militares del Proceso, el general Albano Eduardo Harguindeguy. El resultado de ello fue que la economía argentina, a partir del año 1983, volvió a ser vulnerable y a las presiones y condicionamientos que históricamente impuso el imperialismo financiero británico en nuestra Patria, hasta el advenimiento de Perón.

Con la “recuperación de la democracia”, para no poner en peligro el nuevo estatus neo-colonial impuesto, el proceso político argentino se ha visto teñido de discusiones y disputas confrontativas, con enfrentamientos ideologizados y descalificatorios que han hecho que la comunidad nacional, lejos de unirse, se configure en dos, tres o cuatro bloques irreconciliables, con etiquetamientos ideologizantes y confrontativos, sin tomar en cuenta en lo más mínimo la estructura de poder político-económica-financiera neocolonial que desde el año 1983 maneja el país a su antojo, sin importarle en lo más mínimo quien gobierna, porque controla todo.

El Council of the Americas [Consejo de las Américas] fue el dispositivo económico-empresarial que utilizó la familia Rockefeller para controlar y dominar la economía argentina. Mientras que Interamerican Dialogue [Diálogo Interamericano] fue el dispositivo político utilizado para consolidar y fortalecer el control y dominio económicos.













                               
SUSAN SEGAL, Presidente de la Americas Society/Council of the Americas          --            DAVID ROCKEFELLER

1. El Consejo de las Américas es un organismo creado en 1965 por David Rockefeller, para agrupar a las más importantes empresas norteamericanas, basado en la creencia fundamental que “los mercados libres y los emprendimientos privados ofrecen los medios más efectivos para lograr el crecimiento y la prosperidad económicos de la región[1]. Como se puede apreciar, se trata del más puro y rancio dogma liberal híper-capitalista, que supone que la libertad de comercio y la iniciativa privada constituyen el mejor medio para hacer desarrollar económica y socialmente a Hispanoamérica.

Sobre la base de estas dos premisas dogmáticas, el Consejo de las Américas tiene como objetivo fundamental informar, alentar y promover mercados libres e integrados para beneficio de las compañías que forman parte de nuestra membresía, así como de los Estados Unidos y de todos los pueblos de las Américas”[2].

En realidad, se pretende el crecimiento económico de nuestros países, para sustentar los intereses comerciales del conglomerado empresarial de David Rockefeller y familia.

Desde esa época inicial y en forma paulatina ha crecido el número de miembros del Consejo, y hoy en día son más de 200 las compañías de primerísimo nivel que forman parte del nucleamiento y que “representan a la mayoría de las inversiones privadas estadounidenses en América latina. Entre ellas, tiene la primacía Chevron Corp como empresa corporativa patrón, y las que más se destacan después de ella están, entre otras, American Express Company, Archer-Daniels-Midland Company, Bank of America, Bank of New Scotia, Barrick Gold Corporation, BlackRock (accionista de YPF), Bank of New York-Mellon, Bunge Limited, Cargill Incorporated, Cisco Systems, Citigroup Inc., The Coca-Cola Company, Direct TV Latinoamerican, Elliot Management, Enel [dueño de Edesur], Exxon Mobil Corp., Federal Express, Financial Times, Ford Motor Company, General Electric Company, Goldman Sachs, Google Inc., Hewlett Packard Company, IBM Corp., J. P. Morgan-Chase, Johnson & Johnson, Kellog Co., Kraft Foods International, Manpower Group Inc., MasterCard, Mc Donald Corporation, Merck & Co., MetLife Inc., Microsoft Corporation, Monsanto Company, Nike Inc., Pepsico, Philip Morris International, Pluspetrol, Time Warner/Turner, Twitter, Visa International, Wal-Mart Stores Inc., Western Union Company, etc.

2. Pero además de las empresas estadounidenses mencionadas, se han agregado al Consejo como miembros corporativos empresas que no son estadounidenses, sino de distintas nacionalidades (por lo menos en su origen), como ser Banco Santander (“español”), Banco Bradesco (“brasileño), BBVA (“español”), Banco do Brasil, CEMEX (“mexicana”), Cisneros Group of Companies (“venezolano”), Credit Suisse (“suizo”), Deutsche Bank, Glaxo-Smith-Kline (“inglés”), Grupo Televisa (“mexicano”), Itaú Unibanco Holdings (“brasileño”), MBA Lazard (“francés”), Odebrecht (“brasileña”), Petrobras, Grupo Prisa (“español”) Repsol[3], Río Tinto (“inglesa”), Shell International, Telefónica Internacional USA, etc.

3. También se cuentan empresas “argentinas” entre los miembros de este selecto organismo propiedad del magnate David Rockefeller: Aeropuertos Argentina 2000, Banco de la Nación Argentina, Bridas Corporation (hermanos Bulgheroni), Celulosa Arauco y Constitución, IRSA Inversiones y Representaciones SA (Eduardo Elztain[4]), Latam Airlines Group, Panedile Argentina SA (constructora patagónica), Techint Incorp., etc. En el 2014 “se incorporó” a la membresía del Concejo la reprivatizada YPF. Llamativamente, fueron las administraciones “nac&pop” de Néstor y Cristina Kirchner son las que PUSIERON EN MANOS DE LA OLIGARQUÍA ESTADOUNIDENSE dos empresas de importancia estratégica para el desarrollo nacional: Banco de la Nación Argentina e YPF.   

4. Mención especial merece la firma Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, estudio jurídico que ha defendido oficialmente a la Argentina en Estados Unidos, en todo lo que se refiere al tema de la deuda externa y a las negociaciones financieras encaradas por nuestro país en la Bolsa de Valores neoyorkina.

5. En la segunda quincena del mes de setiembre de cada año, los presidentes de los países hispanoamericanos son agasajados en la sede neoyorkina del Consejo, donde exponen sus consideraciones políticas y sus proyectos ante los representantes de las empresas que forman parte del organismo, tras lo cual los respectivos presidentes reciben la aprobación y el reconocimiento[5].
Aunque sean críticos de la globalización y del Alca, nuestros representantes políticos son tratados con total cortesía, como auténticos amigos. Quizás éste sea uno de los motivos que expliquen por qué, tanto en las jornadas “latinoamericanas” como en la visita a la sede central, nunca se planteen los tres temas que tanto daño han hecho a nuestros países y a nuestros pueblos: la deuda externa cada vez más impagable, la injusta y desigual distribución de la riqueza, la concentración económica mundial cada vez mayor y la primacía que ha adquirido la especulación financiera parasitaria e improductiva frente a la economía real. 

6. ¿Qué significan en realidad todos estos datos? Ante todo, que la familia Rockefeller tiene el control (en contados casos también la propiedad) de las empresas mencionadas, con lo cual es el dueño real de las mismas. En lo que se refiere a nuestro país (y a los países hermanos hispanoamericanos), gran parte de nuestra economía y de nuestro sistema financiero están en manos de la familia Rockefeller, lo cual incluye a nuestro Banco de la Nación Argentina y a la gran empresa nacional que fue YPF.

En definitiva, nuestra querida Argentina, desde 1976 en adelante y en forma imparable, se ha convertido en una COLONIA-GRANJA DE LA FAMILIA ROCKEFELLER Y DEL IMPERIALISMO INTERNACIONAL DEL DINERO, gracias al neo-liberalismo y a la socialdemocracia progresista.



     
 

  
    
Reuniones en setiembre de 2012, en Nueva York, con el Council of the Americas


José Arturo Quarracino                                      Juan Carlos Vacarezza
Sub-coordinador general                                          Coordinador General

MOVIMIENTO “PRIMERO LA PATRIA”




[1] Este dato y los que siguen estaban en http://207.21.242.176/coa/about/history.html, formando parte de la página web, en inglés, del Americas Society/Council of the Americas, hasta que fue eliminada.
[3] Como todos sabemos, esta empresa “española” perdió gran parte de su participación accionaria en YPF, pero esta pérdida fue subsanada y convertida en ganancia a través del acuerdo secreto con Chevron Corporation.
[4] Dueño de los grandes shoppings de Argentina, dueño del Banco Hipotecario, dueño de CRESUD, uno de los principales inversores en pools de siembras, tesorero del Congreso Judío Mundial, etc.
[5] Fernando Henrique Cardoso, Ricardo Lagos, Lula da Silva, Tabaré Vázquez,  Alejandro Toledo, Néstor Carlos Kirchner, Michelle Bachellet, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner, Fernando Lugo, José Mujica, Martín Torrijos, Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, etc.