martes, 6 de febrero de 2018

¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?



¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?

Los liberales se lo recuerdan

 

La vida política nacional se encuentra en estado de ebullición. Después de dos años de “gestión”, el gobierno del presidente Macri se encuentra en una situación más que delicada y muy preocupante, porque, entre otras cosas, no puede o no saber cómo reactivar la economía ni frenar la inflación. Eso sí, al igual que en el caso del gobierno anterior, para sus familias y sus amigos los negocios marchan viento en popa. Y al igual que el gobierno anterior, delira imaginando un mundo de fantasía, creyendo que estamos viviendo un proceso de “cambio” y de “progreso” que solo existe en las mentes alocadas de sus funcionarios, que cobran suculentos salarios para no hacer nada. Son los mismos economistas y analistas de su propio partido o simpatizantes del mismo -los Melconian, los de Pablo, los Espert, etc.- quienes han comenzado a encender luces de alarma, diagnosticando que es poco o muy poco lo que se ha hecho hasta ahora, o avisando que la Argentina avanza hacia una nueva frustración.

Es que el gobierno nacional pretende resolver los problemas de siempre, aplicando las mismas “soluciones” liberales que han fracasado históricamente: la apertura indiscriminada de la economía, la no intervención del Estado en rubros estratégicos fundamentales, el endeudamiento externo como supuesto motor del crecimiento económico, la acentuación del perfil agroexportador e insumo dependiente industrial, la entrega sin control de la explotación de los recursos naturales a las grandes multinacionales, etc.

Frente a este fracaso en camino, y sin hacerse cargo de su responsabilidad en el acceso de la plutocracia autóctona y de las tradicionales familias oligarcas al gobierno a través de los votos, nos encontramos con el promocionado intento de “reorganizar” o de “reconstruir” el peronismo, a través del rejunte de una dirigencia que se muestra huérfana de ideas y de mística, y que ha sido protagonista principal de las tres últimas derrotas electorales sufridas por el campo nacional y popular, que en vez de unir y organizar doctrinalmente a la gran masa del pueblosolamente juntan dirigentes de todo tipo y pelaje, algunos de ellos enemigos históricos de Perón, a quien no dudaron en enfrentar con las armas en la mano. En ese rejunte vuelven a aparecer muchos aventureros y oportunistas que, en el mejor de los casos, han usado al peronismo para su propio enriquecimiento personal y de sus familiares, y en el peor de los casos lo han pervertido y prostituido.

Otros sugieren una especie de fórmula matemática, para hacer una especie de combo con el pasado, presente y futuro del justicialismo, en una mezcla inexplicable e inexplicada de humanismo cristiano como base histórica filosófica, digitalización cibernética presente y futurología, replanteando las viejas preguntas para responderlas de cara al futuro, y con esas nuevas respuestas formular una propuesta al pueblo argentino.

No falta tampoco quienes proponen un camino “erótico-político”: elaborar una propuesta para “volver a enamorar al electorado” peronista. Para estos sectores, o sectas, ya no hay pueblo, sólo hay “ciudadanos” y “electores” a los que “hay que presentarles una propuesta” que “los enamore”. En esta línea de flatulencia mental, se dicen “peronistas”, pero parecen olvidar que Perón elaboró una doctrina y ofreció al pueblo argentino una causa por la cual vivir y lucharcuyos fundamentos y raíces los tomó del pueblo mismo. Bien podrían estos aprendices de políticos leer la Primera Parte del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, y se enterarían de que Perón mismo se autodefinía como un intérprete del pueblo y de sus aspiraciones, no un inventor de relatos. ¿Estos aprendices se creen superiores a Perón?

En definitiva, estos tres caminos transitan sobre una base común: Perón pasó al olvido, ignoran o disimulan que desde 1976 la Argentina ha vuelto a ser una colonia dependiente del poder financiero internacional y sólo piensan en las contingencias electorales futuras. Pretenden reconstruir un organismo que es imposible de restaurar, porque la inmoralidad y las traiciones ya han hecho metástasis en su estructura. LA ARGENTINA DEBE RENACER, como lo planteó Perón en sus últimos años al volver a la patria, y nuestro deber primero es RECONSTRUIR AL HOMBRE, que ha sido destruido espiritualmente por tantos de decadencia y de degradación. 

Un viejo apotegma sostiene que “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Estas propuestas “reconstructoras” muestran en apariencia buenas intenciones, pero lamentablemente sin la más mínima autocritica. Por el contrario, sólo presentan propuestas “metodológicas” para un mejor funcionamiento del dispositivo electoralista. Mas que “reconstruir el peronismo”, solo piensan en un armado electoralista contra el macrismo. DE PERÓN NI NOTICIAS, DE SU DOCTRINA Y DE SU LEGADO MUCHO MENOS. 

Muchos de estos neo-renovadores y “reconstructores” se olvidan que ellos mismos cerraron e impidieron todo tipo de organización escolástica permanente y seria para formar dirigentes capaces y honestos, motivo por el cual muchos que hoy se sienten peronistas no saben por qué lo son; que dejaron de lado la Política en serio para hacer puro hincapié en la “gestión”; que desaprovecharon y postergaron a dirigentes y militantes de primer nivel para favorecer roscas políticas, muchas veces con personajes extraños al pensamiento y al sentir nacionales; que dejaron de lado la organización básica de familias y barrios, uno de los fundamentos originales del justicialismo. En otras palabras, dejaron de lado toda la enseñanza de Perón y su legado imperecedero, sometiéndolo a un exilio históricoque ha llevado al conjunto del campo nacional a padecer derrota tras derrota, para terminar hundido en una ciénaga espiritual y doctrinal de la que resulta casi imposible salir.

TENEMOS QUE RENACER, y ello solamente será posible si recuperamos y rescatamos la memoria viva y heroica de los padres de la Patria, desde Artigas hasta Perón, y de todos aquellos que, con su esfuerzo, su sacrificio y su entrega hicieron posible una Argentina digna, feliz, justa, libre y soberana. Como nos enseña Perón, “cuando un pueblo se decide a la lucha suele ser invencible”. SI SABEMOS RENACER COMO PUEBLO, todo lo demás se nos dará por añadidura.