jueves, 6 de junio de 2013

70 aniversario de la Revolución del 4 de Junio de 1943

Renunciar a la política es renunciar a la lucha y renunciar a la lucha es renunciar a la vida, porque la vida es lucha” (Juan Domingo Perón)

1943 – 4 de Junio – 2013





Muy lejos de ser una simple asonada militar o un simple golpe de Estado, el pronunciamiento militar del 4 de junio de 1943 significa históricamente el inicio o el germen del proceso político, social, económico, cultural y religioso que irrumpió definitivamente el 17 de octubre de 1945 y que ha dividido en dos la historia de nuestra Patria, en un antes y un después. En otras palabras: si el peronismo constituye, en palabras de Eva Perón, “el cristianismo hecho política”, el 9 de junio de 1943 bien puede parangonarse con la natividad o encarnación de lo que después se configuró e instituyó como una doctrina profundamente humanista y profundamente cristiana, que tiene como objetivo final de su accionar la dignificación de los humildes de nuestra Patria y la redención y liberación de la Nación.
El Grupo Obra de Unificación (G.O.U.) que impulsó el proceso revolucionario tuvo como objetivo de su organización “unir espiritualmente a todos los jefes y oficiales del Ejército”, para cohesionar a sus cuadros y lograr así “la unidad de acción, base de todo esfuerzo colectivo racional”.
El G.O.U. no fue una logia, ni una secta, ni menos una cofradía secreta. Más bien fue un movimiento de unificación de ideas y de sentimientos, basado en la “renuncia a los bienes materiales a las ambiciones personales”, “la grandeza de la Patria y del Ejército” como inspiración permanente, “el sacrificiocomo ambición y la verdad como lema”, la “renuncia a la vida cómoda”, y la exaltación de “la acción y la lucha como fuentes de eterna vivificación de todo lo humano y lo divino”. En otras palabras, fue un movimiento nacido del idealismo y nutrido con el renunciamiento. En definitiva, el G.O.U. se propuso conformar una fuerza colectiva de aglutinación espiritual y de unificación de los soldados de la Nación, con la finalidad última de sostener y fortalecer la grandeza y la dignidad de la Patria.
Así concebido, animado de estos valores morales y espirituales, el movimiento revolucionario de 1943 no constituyó un golpe militar de palacio y una invasión de las esferas gubernamentales, sino el comienzo de la obra reparadora y dignificadora del pueblo y de la Nación Argentina, frente a la postración política y económica que padecía la Argentina como apéndice de las finanzas internacionales y del Imperio Británico. La corrupción estructural y el fraude electoral como “políticas de Estado” eran la consecuencia de esa condición neo-colonial.
Por eso la Proclama del 4 de junio de 1943 declara como objetivos del pronunciamiento la defensa de los sagrados intereses de la Patria, la abnegación, launidad y unión de los argentinos, el sostenimiento de las instituciones y las leyes, la soberanía real e integral de la Nación, el bien y la prosperidad de la Patria como principio inspirador de la actuación pública.
En definitiva, el 4 de junio de 1943 constituye la gestación y el nacimiento de la empresa restauradora de la soberanía nacional y popular que tendrá su expresión señera y culminante en la gesta popular del 17 de octubre de 1945.

¿Cuál es el mensaje que esta fecha transmite para nuestros días? Que los argentinos somos invencibles, si nos atrevemos a luchar con ayuda de los valores morales para hacer frente a un materialismo estúpido y claudicante; que para ser grandes y dignos debemos marchar hacia la historia, no hacia la riqueza y el vicio; que somos felices, no porque tengamos mucho sino porque no ambicionamos nada de los bienes materiales que todo lo corrompen y todo lo pudren.

PROCLAMA REVOLUCIONARIA DEL 4 DE JUNIO DE 1943


Las Fuerzas Armadas de la Nación, fieles y celosas guardianas del honor y tradiciones de la Patria como así mismo del bienestar, los derechos y libertades del pueblo argentino, han venido observando silenciosa pero muy atentamente las actividades y el desempeño de las autoridades superiores de la nación.
Ha sido ingrata y dolorosa la comprobación. Se han defraudado las esperanzas de los argentinos, adoptando como sistema la venalidad, el fraude, el peculado y la corrupción. Se ha llevado al pueblo al escepticismo y a la postración moral, desvinculándose de la cosa pública, explotada en beneficio de siniestros personajes movidos por la más vil de las pasiones.
Dichas fuerzas, conscientes de la responsabilidad que asumen ante la historia y ante su  pueblo -cuyo clamor ha llegado hasta los cuarteles- deciden  cumplir con el deber de esta hora: que les impone salir en defensa de los sagrados intereses de la Patria.
La defensa de tales intereses impondrá la abnegación de muchos, porque no hay gloria sin sacrificio.
Propugnamos la honradez administrativa, la unión de todos los argentinos, el castigo de los culpables y la restitución al Estado de todos los bienes mal habidos.
Sostenemos nuestras instituciones y nuestras leyes, persuadidos de que no son ellas, sino los hombres quienes han delinquido en su aplicación.
Anhelamos firmemente la unidad del pueblo argentino, porque el Ejército de la Patria, que es el pueblo mismo, luchará por la solución de sus problemas y la restitución de derechos y garantías conculcadas.
Lucharemos por mantener una real e integral soberanía de la Nación; por cumplir firmemente el mandato imperativo de su tradición histórica; por hacer efectiva una absoluta, verdadera y leal unión y colaboración americana y cumplimiento de los pactos y compromisos internacionales.

Declaramos que cada uno de los militares, llevados por las circunstancias a la función pública,  se compromete bajo su honor:
A trabajar honrada e incansablemente en defensa del honor del bienestar, de la libertad, de los derechos y de los intereses de los argentinos.
A renunciar a todo pago o emolumento que no sea el que por su jerarquía o grado le corresponde en el ejército.
A ser inflexibles en el desempeño de la función pública, asegurando la equidad y la justicia de los procedimientos.
A reprimir de la manera más enérgica, entregando a la justicia, no sólo al que cometa un acto doloso en perjuicio del Estado, sino también a todo el que, directa o indirectamente, se preste a ello”.

A aceptar la carga pública con desinterés y obrar en ella sólo inspirados en el bien y la prosperidad de la Patria.

MOVIMIENTO “PRIMERO LA PATRIA”
Juan Gabriel Labaké            Juan Carlos Vacarezza
         
 Jorge Alberto Dall’Aglio

Rodolfo Jorge Brieba                José Arturo Quarracino         

sábado, 27 de abril de 2013

JORNADA SOBRE DEUDA EXTERNA


 Jornada Preparatoria
para

CONGRESO NACIONAL SOBRE DEUDA EXTERNA

Invitamos a Usted a participar en una Jornada de reflexión, como paso inicial para la celebración de un

CONGRESO NACIONAL sobre DEUDA EXTERNA

con la contribución de entidades y personalidades consustanciadas y comprometidas con la historia y el destino de nuestra Nación

FECHA: Jueves 9 de Mayo de 2013          HORARIO: 16 a 20 horas
LUGAR DE ENCUENTRO: DÍAZ VELEZ 3569
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires)


INVITAN:



ü  Movimiento “Primero la Patria”
ü  Federación Luterana Mundial
ü  Ejercer por Quilmes
ü  Foro Argentino de la Deuda Externa
ü  Foro Argentino para el Proyecto Nacional y la Comunidad Organizada
ü  Grupo de Reflexión
ü  Movimiento Emancipador
ü  Movimiento Unidad Nacional Independencia




             DEPENDENCIA


                      Ó





      LIBERACIÓN








El presente político, social y económico de la República Argentina presenta dos datos fundamentales, dignos de ser estudiados con detallada atención.

Por un lado, nuestro país constituye el único caso en el mundo, que a lo largo del siglo XX evolucionó de una estructura económica agro-pastoril a una etapa con desarrollo industrial, para llegar al final del mencionado siglo a reconstituirse como una estructura básicamente agro-pastoril. Transcurrida ya una década del siglo XXI, nuestro país presenta la misma matriz exportadora de comienzos del siglo XX: si trigo y vacas eran originariamente la fuente de ingreso de divisas internacionales, hoy lo es la soja forrajera. Si hemos vivido una época de desarrollo industrial, hoy éste brilla por su ausencia, no aporta nada a la economía mundial.

Por otro lado, la estructura económica actual de nuestro país presenta la misma configuración que en la década 1930-1940, anterior al advenimiento del peronismo: concentración económica y elevada extranjerización. Es decir, gran parte de la riqueza que el país produce queda en muy pocas manos, que en su gran mayoría son extranjeras. Los recursos naturales y la riqueza que formalmente son propiedad nacional o provincial, en realidad son usufructuados a más no poder por unas pocas empresas multinacionales, cuyos dueños son en realidad los grandes bancos de inversión internacionales, en su gran mayoría anglo-americanos.

¿Cuál es el contexto en el que se ha desarrollado este proceso y que ha desembocado en esta situación? Toda nuestra historia política y económica está atravesada por un conflicto o dilema sempiterno: desarrollo autónomo acorde a las necesidades reales del país  o crecimiento económico de unos pocos sectores y de unas pocas actividades, subordinado a los intereses económicos extranjeros.
Durante la mayor parte de nuestra historia nacional ha imperado la segunda alternativa mencionada, que para poder tener viabilidad y sustentabilidad ha necesitado recurrir necesariamente al permanente endeudamiento crónico externo, a causa del inevitable déficit fiscal permanente que generaba.
Este proceso de esclavitud y dependencia financiera externa comenzó en 1806, con la primera invasión inglesa (que se apoderó y robó el Tesoro del Virreynato del Río de la Plata), continuó con el empréstito de la Baring Brothers en 1825 y se potenció  y consolidó a partir de 1860, con los sucesivos gobiernos nacionales y sin solución de continuidad hasta el advenimiento del peronismo en 1945. Durante este largo período, solamente dos gobiernos –Rosas e Yrigoyen- intentaron promover un desarrollo económico sin endeudamiento externo.

En 1947, el gobierno peronista rescató la totalidad de la deuda argentina en manos de inversionistas extranjeros (británicos en su casi totalidad) y mantuvo al país fuera del control de la organización financiera internacional edificada con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, nacionalizando los resortes fundamentales de la economía, nacionalizando la actividad financiera y  desarrollando una estructura de servicios que mantenía en el país la totalidad de las divisas que ingresaban por el comercio internacional.
El proceso de endeudamiento financiero externo fue reiniciado por el gobierno de la llamada Revolución Libertadora, para cubrir el déficit fiscal creciente que comenzó a generar el liberalismo económico reimplantado.
Sólo el gobierno radical de 1963-1966 y el tercer gobierno peronista de 1973-1976 aplicaron respectivas políticas económicas sin recurrir al endeudamiento externo.
A partir de 1976 comenzó a crecer exponencialmente y en forma imparable la deuda externa, hasta alcanzar la cifra de 245 mil millones de dólares (entre capital e intereses), más allá del pretendido “desendeudamiento” vociferado en los últimos años.

Es esta deuda pública externa, que ha adquirido caracteres de eternidad, la que ha condicionado y limitado nuestro desarrollo económico, ya que insumió más de 40 mil millones de dólares que no fueron aplicados al sistema productivo, y que en estos últimos años ha provocado el ajuste que padecen todos los sectores de la economía (excepto el sistema financiero, que no deja de generar ganancias siderales) y los sectores sociales nacionales: trabajadores, jubilados, docentes, estudiantes.

Es esta deuda pública externa la que “obliga” a gravar el salario, mientras exime de impuestos a la renta financiera, y al juego. Es esta deuda pública externa la que “obliga” a cobrar altas retenciones a la producción agropecuaria, mientras exime de impuestos y subsidia a la explotación minera. Es esta deuda pública externa la que, para ser honrada al día, desinvierte en salud, educación, justicia, seguridad, transporte, infraestructura vial, etc.

TEMARIO:

* “Consideraciones políticas  sobre la Deuda Externa
Dr. Juan Gabriel Labaké



* “Consideraciones religiosas, morales y espirituales sobre la Deuda Externa
Pastor Ángel Felipe Furlan

* “Estructura financiera del mecanismo de la Deuda Externa
Lic. Héctor Giuliano

* “Consecuencias sociales, jurídicas y políticas del endeudamiento externo crónico
Dr. Javier Llorens

* “Poder financiero mundial
Dr. Juan Carlos Vacarezza



Coordinador de la Jornada: Dr. Jorge Alberto Dall’Aglio




lunes, 22 de abril de 2013

Proyecto de reforma judicial

http://www.ladefensadigital.com/2013/04/labake-teme-al-absolutismo.html#more



El histórico dirigente peronista Juan Gabriel Labaké, advirtió que “el quebrantamiento en el equilibrio de poderes conlleva el riesgo del absolutismo”. Lo hizo en la sede del Movimiento Primero la Patria, donde ayer se organizó una exposición sobre el proyecto gubernamental de “democratización de la justicia”. En la unidad básica Leonardo Favio, en Máximo Paz 60, el disertante comenzó presentando una síntesis de la evolución universal del derecho como base y fundamento de toda comunidad civilizada, desde los comienzos de la historia, pasando por las distintas etapas políticas vividas por la comunidad y luego arribar al esquema tripartito de separación de poderes pensado por Montesquieu, como sistema que permite el adecuado equilibrio entre los mismos, al ser la ley el principio supremo al que todos se encuentran sometidos, tanto gobernantes como gobernados.


  “El quebrantamiento de ese equilibrio de poderes -denunció el expositor- conlleva el riesgo del absolutismo, en el que una única voluntad impone sus decisiones y criterios al resto de la comunidad, sin limitaciones de ningún tipo".




Más allá de todas las formulaciones eufemísticas del proyecto gubernamental, es clara su
intención de eliminar todo lo que se oponga a la voluntad del ejecutivo nacional, barriendo la independencia del Poder Judicial, mediante los proyectos de reforma del Consejo de la Magistratura, de limitación de las Cautelares y de creación de nuevas cámaras de casación, con los cuales vacía de poder a la Corte Suprema de Justicia.

Resaltó el disertante el carácter anticonstitucional de muchas de las disposiciones de los mencionados proyectos, lo que permite suponer el seguro rechazo del Poder Judicial a la pretendida reforma y el incierto futuro que se abriría ante tal circunstancia.
Concluida su exposición, el doctor Labaké contestó las preguntas que le hicieron varios de los presentes, dando lugar a un rico debate de ideas.

El dirigente peronista Juan Carlos Vacarezza, coordinador general del Movimiento Primero la Patria, pronunció las palabras de cierre de la jornada, reclamando “el compromiso franco y generoso de todos los que están en condiciones de hacer su aporte a la apremiante tarea de reconstruir los lazos sociales y rescatar los valores morales, espirituales y religiosos que son los que permiten edificar y consolidar una comunidad política, pensando en la trascendencia de la obra que es necesario emprender para labrar la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación”.




sábado, 30 de marzo de 2013

Acto homenaje al gobierno constitucional de 1973-1976 y a la resistencia peronista posterior





EL 23 de marzo, en horas de la mañana, el Movimiento "Primero la Patria" celebrò un acto en su sede central, situada en Màximo Paz 60 (Lanùs Oeste), para rendir homenaje al gobierno constitucional derrocado en 1976 por el nefasto Proceso cìvico-militar de triste memoria. En el acto los militantes presentes rindieron homenaje tambìèn a los dirigentes sindicales y polìticos que enfrentaron y resistieron ejemplarmente a la dictadura militar. Tambièn descubrieron un cuadro en homenaje a Leonardo Favio.
 

Fue invitado principal a este acto el dirigente peronista Oraldo Britos, quien expuso su experiencia como legislador durante el ùltimo gobierno peronista y recordò el esfuerzo que hicieron muchos dirigentes de ese momento para enfrentar con valentìa y coraje las injusticias que padecieron muchos militantes del campo nacional (entre ellos, Deolindo Felipe Bittel, Herminio Iglesias, Edgardo Murguìa, Miguel Unamuno, Jorge di Pasquale, Sebastiàn Borro, etc.).





Los presentes homenajearon a Oraldo Britos, entregàndole un diploma en nombre del Movimiento.
El acto concluyò con las palabras que pronunciò el dirigente Juan Carlos Vacarezza, coordinador general del Movimiento "Primero la Patria". 




ANTE EL CASO CHÁVEZ, EL TRATADO CON IRÁN Y EL PAPA FRANCISCO

Carta a los peronistas para que la lean todos los argentinos



Hace tiempo que los peronistas nos debemos un sinceramiento, quizás un “mea culpa”.
Regresó Perón  en 1973, y dos bandas autodenominadas peronistas, para “homenajearlo”, se mataron sin misericordia en Ezeiza.
Triunfó Perón ese año, y una de las bandas le “cortó las patas” al asesinar brutalmente a su mano derecha en el gremialismo.
Murió Perón y la escena fue copada por las dos bandas que, en nombre del peronismo, se dedicaron a regar con sangre argentina el suelo patrio y a desestabilizar –conscientemente o no- a nuestro gobierno constitucional.
Durante el Proceso llamado de Reorganización Nacional, hubo varios peronistas que se anotaron en alguno de los dos o tres proyectos políticos que ciertos militares montaron para auto-sucederse en el poder… con  votos peronistas.
Concluido el Proceso, la cúpula de la dirigencia del Partido Justicialista no trepidó en suscribir un acuerdo con los militares para que éstos le entregaran el poder, a cambio de cubrirles la retirada a los dictadores, mientras ambos suscriptores de ese acuerdo de fulleros dejaban inhabilitada a la ex presidente Isabel Perón para que no interfiriera el indecente pacto logrado.
En el lapso en que al Dr. Alfonsín le fueron bien las cosas, algunos conspicuos peronistas aceptaron militar en el “Tercer Movimiento Histórico”, y hasta hubo un “apresurado” que se anotó como vicepresidente en una futura fórmula presidencial “mixta”, con la que los radicales buscaban la reelección de Alfonsín, reforma de la Constitución Nacional de por medio. El triunfo peronista en las elecciones parlamentarias de 2007 abortó el engendro.
En la década de los años ’90, la gran mayoría de los dirigentes del PJ fueron “derechistas” neoliberales y aceptaron con jolgorio el Consenso de Washington y las relaciones  carnales; también la desaparición inhumana de la justicia social y la destrucción de nuestra industria nacional, dos de las joyas del abuelo Juan Domingo.
A partir de 2003, muchos se rebautizaron como “izquierdistas”, o “progresistas”, y cambiaron las 20 verdades por un par de dislates neomarxistas-gramscianos.
Pero nuestra crisis de identidad no termina ahí: entre los peronistas que se han mantenido alejados del experimento kirchnerista-progresista-izquierdista también se cuecen las habas de la desorientación ideológica.


Los Kirchner

En estos diez años de gobierno matrimonial, el kirchnerismo ha tenido una borrascosa relación con los peronistas. Por un lado, ha intentado monopolizar una insólita “advocación” de Evita –una Evita zurda-, hecha a imagen y semejanza de los K, y separada de Perón (intento bastante absurdo y anti-histórico, además). Mientras, por el otro lado, trataba de ningunear al General por quien, todo kirchnerista que se precie de tal, debe sentir esa rara mezcla de envidia y odio que delatan sus ojos y sus palabras, e inspiró a los “izquierdistas” autores de la ópera “Evita”.
Aparte de ello, el kirchnerismo ha hecho cosas buenas, regulares y malas. Desde mi personal punto de vista, el balance es fuertemente negativo. No vale la pena detallar las pocas luces y las muchas sombras de la década K.
Lo real es que no ha sido un gobierno peronista, ni dio resultados peronistas, porque los olmos no dan peras. Simplemente, los Kirchner nunca fueron ni quieren ser peronistas. Al contrario, quieren destruir al peronismo o, en todo caso, reemplazar su conducción y su doctrina. Algo semejante, aunque no igual, a la ingenua y “agrandada” propuesta que el grupo Montoneros le hizo a Perón a fines de 1973: transformar la Jefatura del Movimiento en una conducción bicéfala: Perón-Firmenich, o quizás Firmenich-Perón…
Años antes, el General había definido, con socarronería, algunos intentos similares:
“Me vienen a proponer hacer una sociedad para vender vacas y gallinas: Yo debo poner las vacas, y ellos una gallina”.
Pero, sin olvidar ni minimizar las enormes y profundas diferencias que nos separan del tan particular “izquierdismo” kirchnerista (también de la “derecha” anti-kirchnerista), es necesario comprender que lo suyo no es despreciable y desechable en bloque, “in  totum”.
Al margen del elevado grado de corrupción oficial y oficializada y de la pretensión de  eternizarse en el poder destruyendo a todos los que se oponen a ello (sean políticos, jueces, sindicalistas, medios de comunicación, empresarios o simples ONG), el kirchnerismo ha encarado ciertas soluciones de fondo que coinciden con nuestra posición. A su muy particular manera, es cierto, pero las ha encarado.
En política exterior, por caso, la creación  de la UNASUR, la oposición al ALCA, el apoyo a una coalición sudamericana (o iberoamericana) que intente liberarse de la tutoría de EE. UU., y otras iniciativas semejantes, aún con sus errores y horrores y sus ditirambos de adolescentes caribeños o rioplatenses, están en la dirección que buscamos desde siempre los peronistas.
Lo razonable, entonces, es apoyar o al menos no boicotear esas iniciativas, sin dejar de denunciar y oponernos a los excesos, actos de corrupción, atropellos, y gatopardismos de los K.
En este punto es necesario decir que el peronismo tiene diferencias y coincidencias (obviamente parciales) tanto con la “izquierda”, como con la “derecha”. Y ello porque ambas ideologías cargan con un doble pecado original: surgieron entre los siglos XVIII y XIX de elucubraciones de cenáculos intelectuales que poco y nada de contacto tenían con sus respectivos pueblos, y surgieron  en países lejanos muy distintos al nuestro. Ambas son trasnochados productos europeos. Nuestra ideología, ya lo dijo su creador, surgió de la observación e interpretación de las necesidades, ideales, anhelos y vocación de nuestro pueblo. Por eso es nacional.
Querer imponer una de las arcaicas ideologías europeas a la situación argentina de hoy, necesariamente lleva a tergiversar o mutilar la realidad. Quienes lo intentan imitan a Procusto, aquel posadero bandido de la mitología griega que tenía una cama corta: cuando llegaba un viajero alto, le cortaba las piernas para que “entrara” en su cama, pero jamás cambiaba la cama.
Con cualquier “izquierda”, siempre que sea auténtica y no la de Puerto Madero, coincidiremos y podremos buscar apoyos y aún alianzas para encarar los problemas sociales: pobreza, marginación, exclusión e injusticias sociales, etc. En cambio, difícilmente podremos acordar nada importante con ella en el terreno de la cultura y de la identidad nacionales, y de los valores del humanismo cristiano que inspiran al peronismo.
A su vez, con la “derecha”, en la medida en que tenga algo de sensibilidad humana y de sentido nacional, podremos encontrar puntos de coincidencias en los temas que nos separan de la “izquierda”.
Si la cuestión se analiza con detenimiento, tales características están ratificando lo ya sabido: el peronismo es realmente una tercera posición ideológica y política: ni “derecha” ni “izquierda”. Nacional y popular.
Si, hipotéticamente, existiera una “izquierda” que respetara los valores del humanismo cristiano y tuviera sentido verdaderamente nacional,  sería peronismo y no “izquierda”. A su turno, si hubiera una “derecha” que pusiera en primer plano la justicia social y no el lucro y la concentración egoísta de la riqueza, no seria “derecha” sino peronismo.
He ahí, muy resumidamente, el fondo de la cuestión.


Irán, Chávez y el papa Francisco

El asunto es que, en sólo un par de meses, han sucedido tres acontecimientos que actuaron como la prueba del ácido para los peronistas y para todos los argentinos: primero, la presidente firmó un Tratado con Irán para arreglar el entuerto que su propio gobierno (aunque no sólo él) había armado en el caso AMIA; luego, se murió Hugo Chávez, y para rematarla… un argentino fue elegido papa y tuvo al “extraña” idea  de llamarse Francisco, como “il poverello d’Assisi”.

1.- El Tratado con Irán recibió una andanada ciega y muy superficial de críticas de parte de todo el arco opositor, desde el PRO y los dos diarios “independientes”, hasta los peronistas no kirchneristas, pasando por los radicales y el FAP. Lo realmente preocupante de la crítica de nuestros compañeros supuestamente “ortodoxos”, no es la superficialidad y la cantidad de viejos lugares comunes (falsos) que usaron como argumentos para oponerse al Tratado, sino los motivos de política exterior que adujeron: “significa un nuevo alineamiento internacional de la Argentina”, dijo uno de sus más caracterizados exponentes.
Desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976, la Argentina está alineada con la estrategia planetaria de EE. UU. Con Menem, el alineamiento se llamó “relaciones carnales”; con De la Rúa, “relaciones adultas”; Duhalde la continuó sin rebautizarla; y los Kirchner afrontaron una “heroica” resistencia verbal… casi sólo verbal.
Es bueno agregar que, en Medio Oriente y en la Argentina también, el poder dominante no está en las manos de EE.UU. exclusivamente, sino en las del poderoso “lobby” norteamericano-israelí. Liberarse del poder de dicho “lobby” dominante, aunque sea parcialmente, es una bendición del cielo, no una desgracia a lamentar como parecen creer nuestros compañeros peronistas anti-kirchneristas.
Mientras seguimos la investigación del caso AMIA de acuerdo a las “sugerencias” del informe de la CIA y el Mossad, traído a Buenos Aires por Miguel Ángel Toma y Antonio Stiusso durante la presidencia de Eduardo Duhalde, nuestra suerte estaba peligrosamente atada a los intereses del citado lobby norteamericano-israelí.
De modo que, si el Tratado con Irán nos aleja de la órbita de dominación de Israel, hay que festejarlo. Y si, además, amengua nuestra dependencia de la estrategia planetaria de Washington, mucho mejor.
En un mundo multipolar como el que ya vivimos, nuestro camino en política exterior debe ser un delicado equilibrio entre los distintos bloques de poder planetario, ayudados por nuestra alianza regional. No hay otra opción para posibilitar el acrecentamiento del poder nacional que, junto con la felicidad de nuestro pueblo, son nuestros dos objetivos centrales e innegociables.

2.- Por su lado, la muerte de Chávez agravó los signos de la confusión ideológica que padecemos: nuestros compañeros anti-kirchneristas agradecieron a Dios que, junto con la vida del líder venezolano,  se hubiera terminado también el “socialismo latinoamericano” medio en solfa y medio jolgorio caribeño que representaba Hugo Chávez.
Yo no creo que la verdadera intención  de Chávez haya sido liberar realmente a Venezuela y a Latinoamérica del dominio extranjero como lo hizo Perón, ya que nunca cortó los pingües negocios entre su país y los EE. UU. Aún hoy, la empresa petrolera venezolana, PDVSA, posee más de 600 estaciones de servicio en suelo de EE. UU., que Chávez le compró al grupo de David Rockefeller.
Según un exultante estudio de Ye Xie y Nathan Crooks, difundido el 30 de enero de este año, y que me  ha enviado ayer nuestro compañero José Arturo Quarracino:

Desde que asumió el poder en 1999, Hugo Chávez ha extendido su revolución socialista en Venezuela mediante la incautación de más de 1.000 empresas. Para los tenedores de bonos que se pegaron a él, devolvió rentabilidades que son el doble del promedio de los mercados emergentes.
El 681% de ganancia, equivalente a un 14,7 por ciento anual, ha enriquecido desde los inversores de Oppenheimer Funds Inc. hasta los de Goldman Management LP Sachs Asset, que contaron con la voluntad de Chávez de hacer correr la riqueza petrolera del país para pagar a sus acreedores, frente al crecimiento “arranque-parada” y a lacaída de las reservas. Si bien sus políticas alejaron a muchos inversores al mantener costos de endeudamiento de Venezuela de más del 12 por ciento en promedio durante su mandato, o 4 puntos porcentuales más elevados que los de las naciones en desarrollo, él nunca dejó de pagar un bono.
¿Negocios más que jugosos del venezolano para alimentar buitres? Raro. Muy raro.
Por otro lado, EE. UU., con los Castro de Cuba fue y es muy duro, incluso cruel e inhumano, al mantener el bloqueo de la isla. Con Venezuela, en cambio, y a pesar de toda la parafernalia verbal del finado Chávez, sigue haciendo muy buenos negocios,  silenciosamente por lo  visto. Otro caso raro. Muy raro.
De cualquier forma, hay que recordar a Perón: cuando alguien criticó a Fidel delante suyo, el General le respondió:
“Mi diferencia con Castro es que él abandonó hace rato esto (y sacó de entre su ropa el escapulario de hermano terciario franciscano), mientras yo aún lo conservo. De todos modos, concluyó, apoyo a todos los que tratan de liberar a su pueblo”.
Agrego que atacar al gobierno kirchnerista “in totum”, sin distinguir matices ni aciertos, es plegarse a los opositores seriales y vocacionales de la “derecha” más retrógrada (que expresa el diario La Nación), o a la mas comercial (propia del grupo Clarín).
Acepto que, de esa forma, quedaremos solos como don Quijote de la Mancha: nos atacarán o nos ningunearán los de “derecha” por ser “blandos” con los K, y nos fulminará el gobierno y su aplastante legión de escribas a sueldo por ser sospechosos de ayudar a la “derecha-mediática-destituyente”.
Esa realidad es muy dura, pero no nueva: siempre hemos sido el hecho maldito para los amos de adentro y de afuera, para la “derecha” y para la ”izquierda”; la peor de las rabias, la que no desaparece con la muerte del “perro”. Por eso nuestra prédica es  silenciada por la prensa de ambos lados, mientras los peronistas “políticamente correctos” gozan de los favores de los medios “independientes”, y los que “comprenden” a  los K engordan con el presupuesto oficial.
Para terminar de comprenderlo, conviene recordar que Winston Churchill, el más lúcido de nuestros enemigos, el George Canning del siglo XX, cuando sus amigos derrocaron a Perón en 1955 dijo satisfecho:
“Éste es el acontecimiento más importante para el mundo desde nuestro triunfo en la Segunda Guerra”.
Si no estamos dispuestos a afrontar esa dura realidad, no hagamos política, o al menos no la hagamos en  nombre del peronismo.


3.- El padre Bergoglio es ahora el papa Francisco

Cada vez que llamaba por teléfono, uno debía reponerse del “shock”.
“Habla el padre Bergoglio”, decía.
Se necesitaban unos segundos de silencio para caer en la cuenta de que era el cardenal primado de la Argentina. Ahora es el papa.
La tentación de comparar esta situación, detonante para nosotros, con  la vivida por Polonia y los otros países comunistas debido a la transformación de Karol Wojtyla en Juan  Pablo II es muy fuerte, pero falsa o equívoca.
Ambas situaciones no son exactamente asimilables, al menos para el peronismo de Perón.
Polonia y sus vecinos eran países dominados por el imperialismo soviético. Un papa polaco ayudó objetivamente a Lech Walesa a liberar su patria del invasor y dominador marxista.
Latinoamérica y, muy especialmente, nuestro país aún están en manos del lobby norteamericano-israelí, que no es marxista si no  crudamente capitalista.
El “milagro” de que un criollo haya llegado a gobernar las tierras vaticanas puede y debe significar una ayuda, también objetiva, para reforzar la alianza liberadora, aún débil y tambaleante, de la UNASUR. Es necesario hacerla más seria y efectiva, no justamente destruirla como sueñan y desean algunos peronistas anti-kirchneristas con la llegada del criollo Bergoglio a San Pedro.
De lo contrario,  el árbol nos tapará el bosque.


Colofón

Cada día estoy más convencido de que necesitamos, sin falta y cuanto antes, juntarnos todos en un Congreso del Pensamiento Nacional para dilucidar estas cuestiones, antes de que el peronismo ingrese en forma irreversible en su propia Torre de Babel.

Con un abrazo.

Juan Gabriel Labaké
Del Viso,  26 de marzo de 2013.