martes, 25 de septiembre de 2018

¿SI DICEN QUE SON PERONISTAS, POR QUÉ NO SE INSPIRAN EN PERÓN?




A través de varios artículos publicados en este medio, pusimos de relieve y destacamos el camino al fracaso que tenía la actual gestión gubernamental, al pretender imponer una política bien liberal en lo económico y social, que tiene como objetivo retrotraer a la Argentina a la nefasta “Década Infame”, previa a la llegada de Perón y del justicialismo a la historia nacional.

Luego del golpe de Estado contrarrevolucionario de setiembre de 1955 se quiso intentar lo mismo, tanto por parte de gobiernos civiles como de facto, con el fracaso absoluto como resultado prácticamente “cantado”, pues si algo enseña la Historia es que los procesos políticos que tienen el retroceso como meta marchan inexorablemente al derrumbe.

En este sentido, ha llamado la atención la frase convertida en muletilla por varios dirigentes políticos del oficialismo, acompañados de repetidores mediáticos y analistas políticos liberales, que expresa que “venimos de 70 años de fracaso político y económico”, que recién ahora se estaría superando gracias al “cambio” que expresaría y estaría llevando a cabo el actual gobierno nacional. Pero hablar de 70 años hacia atrás es remitirse a 1948, incluyendo al Peronismo (Justicialismo) como partícipe o causa del fracaso nacional, lo cual constituye en realidad una mentira histórica que los datos económicos y sociales disponibles en archivos oficiales y en innumerables estudios nacionales y extranjeros demuelen sin compasión. Basta leer simplemente el libro escrito por el historiador y economista británico H. S. Ferns, La Argentina, claramente pro-british, antiargentino y antiperonista, en el que reconoce la obra revolucionaria que llevó a cabo Perón en sus dos primeras presidencias (pp. 246-247).
     
Que nuestro liberalismo vernáculo visualice a Perón y su política de gobierno como el inicio de la decadencia política y económica argentina responde a su concepción ideológica y es coherente con ella. Pero resulta llamativo y sorprendente que ejemplares típicos de “nuestro” progresismo (dicho sea de paso: ¿qué es ser progresista en Argentina?), autodefinidos “liberales de izquierda” (¿????) como Juan José Sebreli o inconfesos miembros de una organización política supranacional suizo-norteamericana como Fernandito Iglesias coincidan en esa misma visión liberal-oligarca del tristemente célebre Álvaro Alsogaray o del siniestro “general” Albano Harguindegui. Evidentemente, a liberales y progresistas los une el odio visceral al anti-peronismo.

En este punto, surge un interrogante: ¿por qué quienes se dicen dirigentes “peronistas” permiten que estos especímenes políticos mientan históricamente y manchen la figura y la memoria del fundador del Justicialismo? ¿Por qué sólo se limitan a hacer una simple mención “histórica” del Justicialismo y de su obra revolucionaria y se resisten al liderazgo espiritual y doctrinal de Perón y de su legado, que es lo sigue vigente cada vez más?  Lamentablemente, la militancia política justicialista se ha reducido a hablar de Perón como figura del pasado, de lo que hizo y de lo que dijo, pero sin proyectar en el presente y hacia el futuro su proyección espiritual, cultural y doctrinal, es decir, su legado motivador y orientador en esta hora tan dramática para nuestra Patria y para nuestro sufrido pueblo, así diagnosticada hasta por los mismos analistas y economistas que simpatizan con el actual gobierno “macrista”.

En este sentido, es a todas luces innegable la incapacidad política de la dirigencia gubernamental en sus distintos ámbitos de acción, ejecutivo y legislativo. Sus miembros se creyeron los reyes de la gestión, pero resultaron ser los operarios del descalabro. Se paseaban por el mundo como los campeones del “cambio”, pero corrieron en chancletas y con la escupidera en la mano para arrojarse a los brazos del FMI. Ante una “oposición” atomizada y fragmentada al extremo, chocaron la calesita y se pusieron el país de sombrero. El “mejor equipo de los últimos 50 años” sólo supo ser un gestor de grandes negocios especulativos para el sector financiero y un endeudador a todas luces irresponsable. Les molestaba (y molesta) ser identificados o llamados como “gobierno para ricos”, cuando en realidad ha sido un “(des)gobierno para millonarios y para los grandes inversionistas internacionales, especulativos y depredadores”.

Como ha informado este domingo el analista económico Pablo Wende en el diario Infobae (“El "déficit cero" viene con impuestazo incluido y no se salva nadie, la mejor idea que ha tenido el gobierno nacional para enfrentar la crisis que su incapacidad ha generado es hacer caer todo el peso del ajuste en el sector privado en su totalidad -productores y trabajadores- y en el sector laboral de la función pública. ¿Quiénes se salvan del ajuste? Los que forman parte de las estructuras políticas del Estado.



Ante esta perspectiva dramática, en vez de imitar el ejemplo de vida del General, la “oposición” sólo ha atinado a copiar sus gestos, pero sin su mirada estratégica. Por eso ha confundido la unidad del pueblo y de la Nación con el rejunte de dirigentes, “para enfrentar al neoliberalismo endeudador”, pero con los mismos que han sido o culpables, cómplices o responsables de la llegada de éste último al gobierno.

Ya en 1972 Perón no se cansaba de destacar que la Argentina vivía en ese entonces una situación complicada en sus raíces: lo más grave, decía siempre, que habían provocado los gobiernos de facto posteriores a 1955 eran la destrucción del hombre y la destrucción del Estado. De marzo de 1976 a la fecha ambas destrucciones se han profundizado a niveles alarmantes.

Como el mismo Perón dijo en ciertas oportunidades, él había puesto en manos de la dirigencia afín su proyecto de país, pero esa dirigencia había convertido ese proyecto en un quiosco de golosinas y revistas.

Ante la degradación moral y política que hoy nos caracteriza, hoy la “oposición” plantea, como hemos dicho líneas arriba, la unidad [de dirigentes] para producir un cambio de gobierno en el 2019, mediante el voto popular. ¿Con qué valores espirituales, morales y culturales? ¿Con qué proyecto de país, con cuáles orientaciones estratégicas? En este punto… silencio de radio. Pero en La Comunidad Organizada y en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional Perón habla y propone el renacimiento nacional, es decir, hacer todo nuevo, hacer nuevas todas las cosas.

Proponemos volver a Perón en concreto, en reconocer y asumir su conducción estratégica imperecedera, más allá de su ausencia física, porque como dice un texto del Antiguo Testamento, “los que enseñan la Justicia en la Tierra brillan como estrellas por toda la eternidad”.


Perón eterno, Evita inmortal, sostiene uno de las consignas más hermosas y orientadoras del Justicialismo. Ante la necesidad de hacer renacer nuestra Nación, ante la necesidad de hacer realidad el legado justicialista de Perón, antes de toda acción táctica a presente y a futuro es fundamental inspirarse y dejarse arrebatar el alma y el corazón por el ejemplo de los padres fundadores de nuestra Patria:

Hay horas de la vida de los pueblos, como en la de los hombres, en que la oscuridad lo envuelve todo. Parecería que al conjuro de la maldición bíblica se malograsen hasta los anhelos más nobles y las aspiraciones más santas.

Es, a veces, el encadenamiento de sucesos infaustos ajenos a la voluntad humana, o hechos de la naturaleza que contrarían las más cautelosas previsiones, o la incomprensión de los hermanos, o la perfidia de los mezquinos, o todo eso junto, en un solo instante, en un solo minuto.

Son las horas de prueba a que Dios nos somete y de las que solo emergen los que fortalecieron su alma en la fe: esencia divina capaz de remover las montañas, realizar acciones inverosímiles y de llegar a convertir los sueños en realidad”.

En 1816, el Congreso de Tucumán, “recibía a la Patria casi cadáver”, ha dicho uno de nuestros grandes historiadores. Y en verdad era así.

El desastre de Rancagua dejaba a Chile a merced de la reacción contrarrevolucionaria; las más oscuras conjuraciones conspiraban en Mendoza y Buenos Aires, contra la expedición libertadora que preparaba el general San Martín; el enemigo triunfante en el norte se aprestaba para invadir el territorio argentino y asestar a la revolución el golpe de gracia; la montonera anárquica campeaba en el litoral; veteranas tropas portuguesas marchaban sobre la Banda Oriental para jaquear, desde Montevideo, el flanco de los patriotas; porteños y provincianos anteponían pasiones y rencillas lugareñas a la suerte común de la nacionalidad; en Buenos Aires las rivalidades caudillescas convulsionaban el ambiente; en otras regiones de nuestra América –en el Cuzco, en Nueva Granada, en Venezuela – sucumbían, también, al contraataque realista.

El cuadro de la situación no podía ser más sombrío. Pero, porque creyeron firmemente; porque tuvieron fe en sí mismos y en el destino glorioso de la patria; porque veían la realidad futura, presintiéndola en la exaltación mística de sus ideales, pudo el capitán de los Andes remover las montañas, convirtiendo el sueño de la libertad argentina en la bandera triunfante de la emancipación sudamericana; y pudieron los congresales de Tucumán rasgar las tinieblas que se cernían sobre la nación incipiente, proyectando sobre el mundo luz inextinguible, en su desamparada grandeza.

¡Que solos y que pobres, pero que fuertes y espiritualmente ricos en virtudes propias de nuestra raza, debieron sentirse los fundadores de la patria!
La verdadera fe, cuando Dios la concede para las grandes empresas, no es una gracia estática; es un soplo creador de inspiración dinámica que se abre en un haz de virtudes para perdurar a través del tiempo.

Es junto a la fe, la austeridad, que ahoga al egoísmo porque es ofrenda y sacrificio permanente; es junto a la fe, lasolidaridad, que mata la flaqueza porque es aliento fraternal recíproco; es junto a la fe, la lealtad, que enaltece la propia estimación porque es decoro, respeto de sí mismo y el alimento espiritual más maravilloso con que se debe nutrir el noble corazón del soldado; y es la fe, junto a la camaradería, que une especialmente a todos los hombres de armas para realizar acciones de contenido heroico y de trascendencia legendaria. Virtudes militares, como veis, han sido y siguen siendo virtudes del alma argentina.

Nacidos así a la vida independiente, echamos a andar por nuestra cuenta. En ciento treinta años el país recorrió muchas etapas, y en cada una de ellas no todos los días fueron de sol; más de una vez hubo que doblar el cabo de las tempestades; y el cuadro entonces, si no idéntico, fue siempre parecido; la conjuración de factores aciagos, internos y externos; la ceguera de muchos buenos, la sordidez de muchos malos; y en la puja irreducible contra la adversidad los dones ancestrales de siempre vencieron”.

No se trata de ganar una elección, sino de refundar la Nación.

ES PALABRA DE PERÓN, PORQUE PERÓN VIVE

José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                               Secretario General

Movimiento “Primero la Patria” 

[Publicado en Política del Sur, 18 de setiembre de 2018, Año 13 No. 583]

sábado, 22 de septiembre de 2018

“Sur, Paredón (FMI) y después… ya nunca me verás como me vieras”


“Sur, Paredón (FMI) y después… ya nunca me verás como me vieras”

En estas últimas semanas el gobierno nacional recurrió muchas veces a la muletilla de la “tormenta” para describir los problemas económicos y políticos que tuvo que sobrellevar hasta este fin de semana, cuando tuvo que dar un volantazo para no perder el dominio del timón de la “embarcación” estatal con la que venía “navegando”. Pero la “tormenta” se convirtió en inundación, con lo cual los argentinos, en su gran mayoría, nos vemos invadidos por una especie de nostalgia de las cosas que han pasado, llenos de amargura por el sueño de “un cambio” que murió.

La situación económica financiera desarrollada desde abril del corriente año hasta la fecha dejó a la vista la fragilidad estructural del “programa” que supimos conseguir con la administración actual, a pesar de que los voceros gubernamentales tratan de demostrar que la problemática económica es el resultado de tormentas externas y herencia de la administración anterior. En este artículo nos avocamos a informar las acciones que ha realizado el gobierno actual con un resultado no satisfactorio, generando por eso desequilibrios macroeconómicos provocadores de la crisis.

A continuación, detallamos:

1.- Arreglo con los holdouts aceptando el monto reclamado y generando emisión de deuda externa.

2.- Devaluación del peso, llevando el valor del dólar de 2015 de $ 9,60 a $13,95 para diciembre de 2015 con el levantamiento del cepo. En ese momento la tasa de interés estaba entre 26,9 y 29% según los plazos del depósito. En palabras del ministro de Economía -Prat Gay- la devaluación no se iba a trasladar a los precios, porque éstos ya incluían en sus costos el valor del dólar no oficial. Pero el resultado fue un aumento desmedido de los precios.
Esta acción provocó además una pérdida de 70.000 millones de pesos al BCRA, por la venta de dólares a futuro realizada por la administración anterior. La devaluación no tuvo en cuenta la pérdida que le iba a generar al BCRA.
Para amenguar la cifra antes indicada se estableció un impuesto a la renta obtenida del 35%.

3.- Se abrió la cuenta capital, lo cual provocó la entrada y salida de capitales de tipo especulativo sin control, generando el llamado carry trade (que significa pasar los dólares a pesos y colocarlos a altas tasas de interés que eran superiores al aumento del dólar, para después de un determinado tiempo volver a pasarse a dólares y ganar con tasas exorbitantes en dólares.
La salida de estos capitales provoca corridas cambiarias.

4.- Se había proyectado un aluvión de inversiones y la variación interanual fue la siguiente: en el año 2016, 5,1%;  en el 2017, fue de 11,3% y en el 2018 es imposible determinarlo.

5.-En abril 2017 se realizó un blanqueo de capitales, el cual en lugar de usarse para disminuir el déficit se utilizó para la reparación histórica de los jubilados que no logró reparar absolutamente nada.

6.-Pacto fiscal con las provincias. Seguramente los puntos enunciados no podrán cumplirse o deberán modificarse frente a este nuevo escenario económico.

7.-Reforma tributaria, la cual se aplicará para las declaraciones de 2018 y pueden quedar a contramano de la realidad económica actual.

8.-Con el argumento de cubrir el déficit fiscal sin emisión monetaria se tomó deuda externa en dólares, los que fueron vendidos al BCRA, emitiendo esta entidad los pesos que necesitaba la Tesorería. Para evitar el aumento de la base monetaria el BCRA emitió Lebac para absorber los pesos emitidos por la compra de dólares, por este motivo se pagan intereses en dólares -por el préstamo del exterior- y en pesos -por las lebac emitidas-, es decir, por el mismo dinero pagamos intereses dos veces.

9.-Apertura indiscriminada de la economía, lo que permitió un abrumador ingreso de importaciones sin considerar de ninguna manera el perjuicio a la producción nacional. Cualquier nación correctamente conducida administra con suma cautela la apertura de su comercio exterior. 

10.- Tarifas servicios públicos y combustibles: Las tarifas y los combustibles, más allá de que tenían un atraso, se actualizaron en un esquema de dolarización de las mismas. La justificación fue que las empresas respectivas tenían la obligación de realizar futuras inversiones, sin embargo los servicios no han mejorado, las concesionarias y los productores han obtenido ganancias extraordinarias, sin que se haya podido establecer los costos de producción. Pero con esta actualización se ha asfixiado a familias y a pequeñas y medianas empresas, sin considerar que determinadas subvenciones o subsidios existen en otras naciones, con el fin de potenciar el consumo y la producción.
La dolarización de las tarifas ha llevado a un colapso económico que se ve reflejado en el cierre de empresas y en los despidos masivos de empleados del sector privado.
El resultado de esta acción determinó en el año 2017 una balanza comercial negativa (exportaciones -importaciones) de 8.472 millones de dólares y en siete meses de 2018 también negativa, de 5.867 millones de dólares.
Esto se puede detener por la terrible devaluación de la moneda que llevó el dólar a $40, provocando una restricción a las importaciones por su encarecimiento.

11.- Con buen criterio, en el 2016 el gobierno nacional había instrumentado el pago trimestral del IVA para beneficio de las Pymes y trabajadores autónomos, a través de la RG 3878 de la AFIP (manteniendo la obligación de las declaraciones juradas mensuales). Pero las nuevas medidas económicas que está a punto de instrumentar la administración Macri seguramente va a dar de baja esta operatoria impositiva.

12.- Determinó el gobierno una baja de retenciones a las exportaciones de soja y una eliminación de retenciones a otros productos agropecuarios y a la minería. Pero cuando una administración se encuentra ante un déficit fiscal equivalente al 5% del PBI no puede tomar medidas de esa naturaleza sin considerar el incremento del mismo, en la actualidad se calcula un déficit fiscal cercano al 10% del PBI.

13.- El endeudamiento externo de la nación de aproximadamente 100.000 millones de dólares no fue en realidad para cubrir déficit fiscal en pesos, sino para permitir cubrir los saldos negativos de la cuenta corriente: 15.000 millones en 2016, 31.000 millones en 2017 y una proyección hacia 2018 de otros 20.000/25.000 millones de dólares, y además permitir el ahorro en moneda extranjera, el pago de dividendos y regalías, el turismo, las ganancias enviadas por las empresas transnacionales al exterior y la formación de reservas internacionales en el BCRA. Si el país no se hubiera endeudado estas acciones no se podrían haber realizado, no hubiéramos tenido los dólares necesarios porque exportamos menos que lo que importamos. Además, se les permitió a los exportadores un plazo máximo de 10 años para reingresar al país los dólares de exportación, especialmente los del campo.

El actual presidente de la Sociedad Rural Argentina consideró inconveniente frenar la baja de retenciones al campo y propuso reducir el plazo de 10 años, tal como lo declaró el 31 de agosto ppdo. en el diario Ámbito Financiero.

En los años de gestión de este gobierno la inflación fue la siguiente: 40% en 2016, 24,8% en 2017 y en el 2018 llegará aproximadamente al 40%.

El PBI nominal en dólares fue de 544.730 millones dólares en el 2016, 637.205 millones de dólares en 2017 (producto de un dólar con bajo valor) y en el 2018 se calcula alrededor de 400.000 millones de dólares, en la medida que no haya más devaluación del peso.

En 2019 se estima una caída del PBI en 5% o más, si es que se logra estabilizar las variables económicas.

Para hacer una comparación: la caída del PBI fue del 4,4% y en el 2002 fue del 10%.

Consumo privado. Variación interanual:  -1,4% en 2016 y 3,6% en 2017. Ahora es difícil estimar el monto de caída en el año en curso.

La tasa de desempleo del 7,6% de 2016 pasó a una estimación del 10% o más en el año en curso.
Durante los primeros 7 meses del año se pagaron por intereses de la deuda externa 255.614 millones de pesos, marcando un aumento del 65,4% con respecto al mismo periodo del año anterior. Se empeñan por reducir el déficit primario y aumentan el déficit financiero.

Algunas consideraciones:

Si bien es cierto que la administración anterior terminó su gestión con un déficit fiscal calculado en el 5% del PBI, con pocas reservas en el BCRA (sustentadas primordialmente con el crédito swap de China por 10.000 millones de dólares), con un control cambiario estricto en lo referente a importaciones y turismo, con el impedimento de giros por ganancias, dividendos, honorarios etc. al exterior, con declaraciones juradas de DJAIT  que trababan de alguna manera la continuidad del flujo productivo, debido a que nuestra estructura industrial necesita permanentemente de insumos importados, y con ciertas restricciones vía impuestos al turismo, de alguna manera lo transcripto configuraba una situación macroeconómica de características complejas al fin de la gestión de la administración anterior, de tal modo que las apreciaciones vertidas precedentemente nos indican lo siguiente:

-     Las predicciones de la administración actual sobre el esquema macroeconómico no estuvieron acordes con las promesas de la campaña electoral, más allá de la inserción que tuvo el presidente de la Nación en determinados círculos internacionales del poder económico.

-          La duda que nos invade es la siguiente: la situación actual económica de la nación es producto de la incapacidad de gestión, necedad ideológica o intereses subalternos, o es el resultado de un plan armoniosamente preparado y efectivamente ejecutado de “acudir al FMI para lograr el equilibrio financiero hasta el 2019 con un gran ajuste fiscal”.

-    En realidad, no podemos contestarnos esta pregunta. Los acontecimientos futuros determinarán la respuesta a nuestro interrogante, sin embargo, el peso de la historia caerá sobre los responsables.


José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                               Secretario General

Movimiento “Primero la Patria” 

Publicado en Política del Sur el 4 de setiembre de 2018, Año 13 No. 582