domingo, 15 de julio de 2012

9 DE JULIO


9 DE JULIO 
1816:
Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata
1947:
Acta de Independencia Económica de la Nación Argentina
2012:
Por la Tercera Independencia Nacional
 
«¡Qué solos y qué pobres, pero qué fuertes y espiritualmente ricos en virtudes propias de nuestra raza debieron sentirse los fundadores de la patria!»
(Juan Domingo Perón, 9 de julio de 1946)
 
Por la Tercera Independencia Nacional
 
En julio de 1816, representantes de los pueblos de las Provincias Unidas de Sudamérica declararon la ruptura de los vínculos que ligaban a esta región con los reyes de España, la recuperación de los derechos de los que habían sido despojados para proclamarse como nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli, y de toda dominación extranjera. Eran todas difíciles para nuestra Patria Grande, sometida a la presión de la reacción contrarrevolucionaria, de conspiraciones oscuras contra el ejército libertador de San Martín, de amenazas de invasión en el norte, de invasiones portuguesas sobre la Banda Oriental, de rencillas internas entre porteños y provincianos y de rivalidades caudillescas.
Pese a ello, los congresales reunidos en San Miguel del Tucumán creyeron firmemente en sí mismos y en el futuro de nuestra Patria. Por eso, pudieron rasgar las tinieblas y oscuridades que se cernían sobre nuestra nación incipiente, y llenos y animados del santo ardor de la justicia proclamaron nuestra Independencia política, para convertirse en los héroes tutelares e inmortales de nuestra soberanía.
 
Al presentar su Primer Plan Quinquenal, el general Perón había afirmado que entre las ambiciones y necesidades de su incipiente gobierno se contaba el anhelo de lograr la liberación absoluta de todo colonialismo económico, para rescatar al país de la dependencia de las finanzas foráneas. En julio de 1947, en la misma casa histórica en la que se proclamó la independencia patria, el gobierno del General Perón promulgó el Acta de la Independencia Económica, mediante la cual se reafirmaba el propósito del pueblo argentino de consumar su emancipación económica frente a los poderes capitalistas foráneos que hasta ese entonces habían ejercido el control y dominio de nuestra economía, bajo las formas de hegemonías económicas condenables y de los inescrupulosos nativos vinculados a dichos poderes foráneos.
Mediante este acto, se conmemoraba la gesta de 1816, actualizando sus propósitos libertadores y afianzando las raíces productivas que la fortalecían y nutrían. Se continuaba así la liberación de nuestra Patria, con una economía recuperada, libre del capitalismo foráneo, al igual que de las hegemonías económicas mundiales y de las nacionales comprometidas con éstas.
 
Hoy, los argentinos nos encontramos sometidos a la agresión integral del poder financiero internacional y a los intereses ligados a él, que desde 1976 y en forma ininterrumpida no sólo ha arrasado con la organización productiva de nuestra Patria, para volver a convertirnos en un país-granero, sino que además ha aniquilado las conquistas laborales y obreras, diluido nuestra identidad cultural y nacional y extranjerizado al extremo los recursos naturales y las finanzas de nuestra Patria. Como aliados de este criminal accionar, este poder inhumano ha contado con el aporte cipayo de dirigentes y funcionarios, pasados y actuales, que han hipotecado y siguen hipotecando la riqueza de nuestro país a la avidez extranjera mundialista, llegando a admitir la infamia que poderes inherentes a nuestra soberanía se ejerciten dentro de nuestro territorio, a través de núcleos foráneos enquistados en los engranajes de nuestra economía.
Por eso, frente a esta postración económica, social y política de nuestra Patria, saqueada integralmente por izquierda y por derecha, y frente a la mentira institucionalizada que pretende hacer creer que estamos en presencia de un proceso nac&por, cuando en realidad estamos recorriendo el camino de un nuevo sometimiento al imperialismo internacional del dineronos abrazamos a los ideales emancipadores y liberadores de nuestros Padres fundadores y a las banderas supremas y eternas de la Soberanía política, la Independencia económica y la Justicia social; nos aferramos al riquísimo patrimonio espiritual heredado de los caudillos y líderes de nuestra Nación y de la Patria Grande hispanoamericana, quienes pusieron por delante el corazón de patriotas y ofrecieron a nuestros antepasados lo mejor de sí mismos. En tal sentido, reafirmamos nuestro compromiso de levantar las banderas liberadoras y dignificadoras de nuestra Patria, para continuar y asegurar los esfuerzos y las luchas de todos los héroes y patriotas que ofrendaron su existencia para forjar la felicidad de nuestro pueblo y la grandeza de nuestra Nación.
 
Por la definitiva Independencia de nuestra Patria
PERÓN VIVE

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