martes, 6 de febrero de 2018

¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?



¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?

Los liberales se lo recuerdan

 

La vida política nacional se encuentra en estado de ebullición. Después de dos años de “gestión”, el gobierno del presidente Macri se encuentra en una situación más que delicada y muy preocupante, porque, entre otras cosas, no puede o no saber cómo reactivar la economía ni frenar la inflación. Eso sí, al igual que en el caso del gobierno anterior, para sus familias y sus amigos los negocios marchan viento en popa. Y al igual que el gobierno anterior, delira imaginando un mundo de fantasía, creyendo que estamos viviendo un proceso de “cambio” y de “progreso” que solo existe en las mentes alocadas de sus funcionarios, que cobran suculentos salarios para no hacer nada. Son los mismos economistas y analistas de su propio partido o simpatizantes del mismo -los Melconian, los de Pablo, los Espert, etc.- quienes han comenzado a encender luces de alarma, diagnosticando que es poco o muy poco lo que se ha hecho hasta ahora, o avisando que la Argentina avanza hacia una nueva frustración.

Es que el gobierno nacional pretende resolver los problemas de siempre, aplicando las mismas “soluciones” liberales que han fracasado históricamente: la apertura indiscriminada de la economía, la no intervención del Estado en rubros estratégicos fundamentales, el endeudamiento externo como supuesto motor del crecimiento económico, la acentuación del perfil agroexportador e insumo dependiente industrial, la entrega sin control de la explotación de los recursos naturales a las grandes multinacionales, etc.

Frente a este fracaso en camino, y sin hacerse cargo de su responsabilidad en el acceso de la plutocracia autóctona y de las tradicionales familias oligarcas al gobierno a través de los votos, nos encontramos con el promocionado intento de “reorganizar” o de “reconstruir” el peronismo, a través del rejunte de una dirigencia que se muestra huérfana de ideas y de mística, y que ha sido protagonista principal de las tres últimas derrotas electorales sufridas por el campo nacional y popular, que en vez de unir y organizar doctrinalmente a la gran masa del pueblosolamente juntan dirigentes de todo tipo y pelaje, algunos de ellos enemigos históricos de Perón, a quien no dudaron en enfrentar con las armas en la mano. En ese rejunte vuelven a aparecer muchos aventureros y oportunistas que, en el mejor de los casos, han usado al peronismo para su propio enriquecimiento personal y de sus familiares, y en el peor de los casos lo han pervertido y prostituido.

Otros sugieren una especie de fórmula matemática, para hacer una especie de combo con el pasado, presente y futuro del justicialismo, en una mezcla inexplicable e inexplicada de humanismo cristiano como base histórica filosófica, digitalización cibernética presente y futurología, replanteando las viejas preguntas para responderlas de cara al futuro, y con esas nuevas respuestas formular una propuesta al pueblo argentino.

No falta tampoco quienes proponen un camino “erótico-político”: elaborar una propuesta para “volver a enamorar al electorado” peronista. Para estos sectores, o sectas, ya no hay pueblo, sólo hay “ciudadanos” y “electores” a los que “hay que presentarles una propuesta” que “los enamore”. En esta línea de flatulencia mental, se dicen “peronistas”, pero parecen olvidar que Perón elaboró una doctrina y ofreció al pueblo argentino una causa por la cual vivir y lucharcuyos fundamentos y raíces los tomó del pueblo mismo. Bien podrían estos aprendices de políticos leer la Primera Parte del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, y se enterarían de que Perón mismo se autodefinía como un intérprete del pueblo y de sus aspiraciones, no un inventor de relatos. ¿Estos aprendices se creen superiores a Perón?

En definitiva, estos tres caminos transitan sobre una base común: Perón pasó al olvido, ignoran o disimulan que desde 1976 la Argentina ha vuelto a ser una colonia dependiente del poder financiero internacional y sólo piensan en las contingencias electorales futuras. Pretenden reconstruir un organismo que es imposible de restaurar, porque la inmoralidad y las traiciones ya han hecho metástasis en su estructura. LA ARGENTINA DEBE RENACER, como lo planteó Perón en sus últimos años al volver a la patria, y nuestro deber primero es RECONSTRUIR AL HOMBRE, que ha sido destruido espiritualmente por tantos de decadencia y de degradación. 

Un viejo apotegma sostiene que “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Estas propuestas “reconstructoras” muestran en apariencia buenas intenciones, pero lamentablemente sin la más mínima autocritica. Por el contrario, sólo presentan propuestas “metodológicas” para un mejor funcionamiento del dispositivo electoralista. Mas que “reconstruir el peronismo”, solo piensan en un armado electoralista contra el macrismo. DE PERÓN NI NOTICIAS, DE SU DOCTRINA Y DE SU LEGADO MUCHO MENOS. 

Muchos de estos neo-renovadores y “reconstructores” se olvidan que ellos mismos cerraron e impidieron todo tipo de organización escolástica permanente y seria para formar dirigentes capaces y honestos, motivo por el cual muchos que hoy se sienten peronistas no saben por qué lo son; que dejaron de lado la Política en serio para hacer puro hincapié en la “gestión”; que desaprovecharon y postergaron a dirigentes y militantes de primer nivel para favorecer roscas políticas, muchas veces con personajes extraños al pensamiento y al sentir nacionales; que dejaron de lado la organización básica de familias y barrios, uno de los fundamentos originales del justicialismo. En otras palabras, dejaron de lado toda la enseñanza de Perón y su legado imperecedero, sometiéndolo a un exilio históricoque ha llevado al conjunto del campo nacional a padecer derrota tras derrota, para terminar hundido en una ciénaga espiritual y doctrinal de la que resulta casi imposible salir.

TENEMOS QUE RENACER, y ello solamente será posible si recuperamos y rescatamos la memoria viva y heroica de los padres de la Patria, desde Artigas hasta Perón, y de todos aquellos que, con su esfuerzo, su sacrificio y su entrega hicieron posible una Argentina digna, feliz, justa, libre y soberana. Como nos enseña Perón, “cuando un pueblo se decide a la lucha suele ser invencible”. SI SABEMOS RENACER COMO PUEBLO, todo lo demás se nos dará por añadidura.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

NAVIDAD Y LA PAZ SOCIAL

NAVIDAD Y LA PAZ SOCIAL

 

Como en otros momentos de la historia, estamos en vísperas de la tradicional festividad de la Navidad, en medio de un clima social y político impregnado de espíritus y sentimientos totalmente contrarios a los de la fiesta navideña.

Como hemos dicho y mostrado en reiteradas oportunidades, gracias al aporte de serios historiadores, las religiones y sus cuerpos de creencias han sido siempre la base y el fundamento de la vida en común, de las producciones culturales y de las civilizaciones que supieron forjar los pueblos y naciones a lo largo de la historia universal. Es decir, las convicciones religiosas y sus principios dogmáticos se proyectaron siempre en su vida cultural, familiar, social, económica y política, proporcionando los valores y principios sobre los cuales se sustentaron y basaron su existencia nacional.

En este contexto, no se puede poner en duda la influencia que el cristianismo tuvo a lo largo de la historia occidental y el basamento político y social que proporciono en particular a esta región del mundo de la que formamos parte, fusionándose y mixturándose con las poblaciones indígenas que encontró al llegar a estas tierras de América.

Nadie está obligado a creer en el Dios bíblico, en su dimensión trinitaria y en su encarnación redentora, en su presencia real en los sacramentos, etc., cuestiones todas que pertenecen al ámbito de la fe religiosa. Pero si todos pueden aceptar como universalmente válidas las consecuencias y proyecciones culturales y políticas de esas creenciasen tanto y en cuanto no son contrarias a la razón humana. Por ejemplo, que un Dios omnipotente se hace hombre y niño para redimir al género humano a través de su sacrificio expresa política y culturalmente que el Poder como tal es, en esencia, servicio y entrega sin límites, cuyo ejercicio dignifica a aquel que se beneficia con su acción. Significa que el Poder es fundamentalmente ejercicio de humildad y humillación -el superior se abaja hacia el inferior, y así lo eleva-, no un acto de soberbia del que se cree superior a los demás. Juan Domingo Perón supo muchas veces expresar esta verdad de hondo sentido religioso en una consigna política: “en política, no es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna”.

“Dios es la luz del mundo”, dice la fe bíblica y cristiana. La misión de la luz es iluminar a los demás, nunca a sí misma. Arde y se consume, sin obtener nada a cambio para sí, sino para beneficio de los demás. Como luz, Dios arde e ilumina para siempre, sin consumirme. ¿Qué logra con ello para sí? Nada. En este sentido, el Poder divino es servicio para todo lo creado, no es auto glorificación de sí mismo.

No es casualidad que para definir el sentido de su vida y de su misión, Perón eligiera también la imagen de la luz, al decir a comienzos de su vida política, el 2 de diciembre de 1943, que el estaba dispuesto “a arder como una llama épica y sagrada para iluminar el camino de la victoria” [del pueblo]. Estas mismas palabras las recordó poco tiempo antes de su fallecimiento, el 1 de mayo de 1974, mostrando la fidelidad que el mismo había guardado al juramento que había formulado en 1943. Perón iluminó la vida política argentina y el destino histórico del pueblo. Como es notorio, el sentido y el objetivo de la vida de Perón fue servicio total y absoluto al pueblo, y nada para sí mismo, excepto la satisfacción del deber cumplido.

Es por esto que el creador del Justicialismo ha fundamentado el movimiento político por el creado sobre la base de “una nueva filosofía de la vida, simple, practica, popular, profundamente cristiana profundamente humanista (Verdad 14ª del Justicialismo).

Fue la identificación doctrinal con el cristianismo que en sus años de gobierno, tanto Perón como Eva dirigieran un mensaje al pueblo argentino en las vísperas de Nochebuena, resaltando, entre otras cosas, la alegría de la festividad cristiana con el compromiso justicialista de hacer que los niños argentinos aprendan a sonreír desde la infancia; que el triunfo contra la injusticia es la mejor prueba que se esta en el camino de Dios; que la dignificación del hombre es la victoria del Hombre, que es la esencia misma de Jesús; que esta victoria del Hombre se hace realidad concreta al acercar el amor y el alimento al mayor numero de hermanos; que cualquiera sea el destino que tengamos como país, que “nuestra meta y nuestra primera preocupación sea, imitando humildemente a Cristo, el corazón del Hombre y e amor por el prójimo”; que “con los ojos puestos en Dios, brindemos por la Patria”; que al hacerse hombre, Dios fue recibido y cobijado por los humildes, no por los soberbios y los poderosos, razón por la cual “los humildes tienen un derecho absoluto y supremo sobre todas las Nochebuenas”; que la Nochebuena “es la noche de la humildad, la noche de la justicia”.

 

Hoy la Argentina esta atravesando tiempos duros y difíciles, plagado de desencuentros y frustraciones que hunden sus raíces en la incapacidad que hemos tenido, como Nación, de revertir el sometimiento neocolonialista al que hemos sido sometidos desde el año 1976. Estamos viviendo horas difíciles, en las que parece que la soberbia se ha convertido en la actitud que pretende imperar sobre todo, a costa del dolor y del sufrimiento de los mas debiles, y en las que la mediocridad parece haberse convertido en la “virtud” indolente de una dirigencia que no sabe encontrar el rumbo para mejor servir al pueblo. En estas horas, en vísperas de una nueva Navidad, nos parece importante volver a las palabras de Perón en su ultima Navidad en la tierra, para encontrar la luz y la guía que nos permitan defender nuestra dignidad y encontrar el camino para hacer realidad en nuestra patria la Justicia y el Amor.

Argentinos:

Hoy, 24 de diciembre de 1973, no he querido dejar pasar la Nochebuena sin llegarles con un mensaje, no del presidente de la Nación, sino de un hermano que anhela la felicidad de todos y trabaja sin descanso para lograrla.

El mundo vive horas inciertas. En todas las latitudes de la Tierra están sucediendo fenómenos nuevos cargados de peligros y amenazas, producto de la insensatez de los hombres y aberración de los sistemas que ellos mismos han puesto en marcha.

Nuestro país anhela tomar otros caminos que lo alejen de las acechanzas de un destino incierto a que puede conducirnos una conducta semejante. Por ello ha cesado la lucha y hemos retomado la paz y al trabajo redentor. Debemos volver a la Constitución y a la ley, que es lo único que puede conducirnos a la libertad que deseamos y a la grandeza que anhelamos para nuestra Patria.

Ya no podemos pensar en pequeñez, hagamos triunfar al país, que cuando el país se realice, todos los argentinos tendrán oportunidad de realizarse. Nosotros queremos que las futuras generaciones de argentino sepan sonreír desde la infancia y eso sólo puede ser producto de la felicidad del pueblo, que todo lo merece. Luchar por esa felicidad y por la grandeza de la Patria es un deber irrenunciable de cada argentino.

Tenemos un país de una inmensa riqueza potencial, sólo nos queda real izarla y para ello lo único que necesitamos es paz y trabajo. Que la fuerza que nos mueva sea el amor en todas sus formas y que la Unidad Nacional y la solidaridad patriótica sean las piedras sillares en que asentemos el principio y el fin de nuestro destino.

La riqueza podrá ser poderosa, pero sin estabilidad social será extraordinariamente frágil.  Por eso nosotros queremos dar al país una gran riqueza consolidado por un perfecto equilibrio social.

No se nos escapa que estos objetivos serán interferidos por los enemigos del orden, los agentes del odio y los intereses espurios. Pero si todo el pueblo decide a luchar por ese destino, no habrá fuerza capaz de doblegar su empeño.

Confieso que mi mayor felicidad en estas fiestas es la de comprobar todos los días, en mi paso por las calles de la ciudad, esa alegría que no suele engañarme.

Sé que tenemos problemas, pero también sé, que con el apoyo organizado del pueblo no hay problemas que no tengan solución. Los que aprendan a tener fe en el pueblo jamás llegaran a verse defraudados.

Doy gracias a Dios de que, en mis últimos años me haya permitido hacer algo por lo que más quiero, mi Pueblo y mi Patria.

Entrando en el día del Redentor, de frente a mi Patria, deseo hacer llegar a todos los argentinos mis mejores deseos de felicidad y la paz necesaria que nos permita trabajar unidos y solidarios para una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación Argentina

24 de diciembre de 1973

 

                   José Arturo Quarracino                                Juan Carlos Vacarezza

                            Secretario Político                                       Secretario General  

viernes, 8 de diciembre de 2017

Cátedra Tte. Gral. Juan D. Perón - Prof. José Arturo Quarracino

Gracias al ciclo "Catedra Tte. Gral. Juan D. Perón" llevado a cabo por los compañeros "Movimiento Peronista" contamos con cinco vídeos del Profesor José Arturo Quarracino, Secretario Político del Movimiento Primero la Patria, hablando sobre los fundamentos Humanistas y Cristianos del Peronismo.


Catedra Tte. Gral. Juan D. Peron - Prof. Jose A. Quarracino - 1


Catedra Tte. Gral. Juan D. Peron - Prof. Jose A. Quarracino - 2


Catedra Tte. Gral. Juan D. Peron - Prof. Jose A. Quarracino - 3

Catedra Tte. Gral. Juan D. Peron - Prof. Jose A. Quarracino - 4


Catedra Tte. Gral. Juan D. Peron - Prof. Jose A. Quarracino - 5


Agradecemos a los compañeros de Movimiento Peronista por los vídeos.



martes, 28 de noviembre de 2017

Gracias, querido General, por tu retorno glorioso


1972 – 17 de Noviembre – 2017:
* Gracias, querido General, por tu retorno glorioso *

Hace exactamente 45 años, un viernes como hoy, se produjo el reencuentro de Perón con el pueblo argentino, poniendo fin a un exilio infame que duró casi 18 años. Exilio infame, promovido por el odio irracional de la oligarquía argentina, consciente e inconscientemente al servicio de las finanzas internacionales y del imperialismo internacional del dinero. Pero a pesar de ese odio irracional, PERÓN VOLVIÓ ENVUELTO EN LA GLORIA.

Más allá de su significado político, el retorno del querido y amado General constituyó el triunfo del amor por encima del odio y de la muerte. A pesar de todas las infamias y agravios sufridos (que incluyó la vejación del cadáver de Evita), Perón volvió a la Argentina predicando un mensaje de unidad nacional, echando a la espalda los malos recuerdos; nos exhortó a forjar una Revolución en paz, liberando a la Patria de las garras de un neocolonialismo saqueador y reconstruyendo las instituciones fundamentales para asegurar el pleno imperio de la Soberanía política, la Independencia económica y la Justicia social. Nos pidió desarmar no sólo las manos, sino también los espíritus, para encarar un auténtico proceso de Liberación Nacional. Nos recordó que nunca es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna.

Gracias a ese inolvidable viernes 17 de noviembre, el retorno del General Perón significó la posibilidad firme del renacimiento de la Argentina y el despertar del espíritu nacional en los corazones de millones de argentinos, comprometido en la sagrada misión de forjar la felicidad del Pueblo y la grandeza nacional.  

Ese inolvidable 17 de noviembre constituyó el inicio de la Reconstrucción Nacional que Perón vino para entregarnos como el servicio supremo y definitivo que él estaba decidido a cumplir para que los argentinos pudiéramos ser artífices y dueños de nuestro destino, no instrumentos de la ambición de nadie. En los comienzos de su vida política él mismo se había juramentado a ser “una llama épica y sagrada que ilumine el camino de la victoria”. El día de su retorno Perón comenzaba a dar los últimos pasos para cumplir con ese juramento sagrado de 1943, ofrendando los últimos alientos de vida que le quedaban para mostrarnos el camino de la Victoria.

A 45 años de este magno acontecimiento, los Peronistas en particular y los Argentinos en general tenemos que pedirle perdón a Perón por no haber sabido ser dignos de la gracia que la Divina Providencia nos regalara en esos días con el retorno del General. Tenemos que pedirle perdón por no haber sabido mantener en alto sus banderas y por no haber sabido impedir que advenedizos, aventureros y mercenarios inescrupulosos tergiversaran y prostituyeran los ideales libertadores del Justicialismo. Tenemos que pedirle perdón por no haber podido impedir que el Justicialismo de Perón fuera invadido y copado por piratas y mercaderes de la política, que hicieron del Movimiento Nacional un aguantadero y una cueva de ladrones. Tenemos que pedirle perdón por no haber tenido la grandeza de alma y el coraje suficientes para llevar al triunfo sus banderas y hacer realidad su legado. Tenemos que pedirle perdón por haber tolerado que mediocres hinchados de soberbia hicieran de la militancia sagrada y abnegada una profesión rentada y que el delito formara parte de la gestión pública. Tenemos que pedirle perdón por haber permitido que la vieja oligarquía vencida por la acción revolucionaria y reparadora del Justicialismo vuelva a ser gobierno en la Argentina. Tenemos que pedirle perdón por no haber podido impedir que la sangre derramada por tantos patriotas en aras de un ideal, la heroica Resistencia de numerosos compatriotas y la Lealtad inquebrantable de los que se mantuvieron firmes en la adversidad fueran prostituidas por delirantes que, además de merecer la cárcel, necesitan urgente atención psiquiátrica, que creen que hicieron una “revolución” gobernando con las leyes de Videla y Martínez de Hoz.

La prueba más evidente que PERÓN VIVE lo constituye el hecho que quienes hoy “gobiernan” transitoriamente y los adversarios y enemigos históricos del Justicialismo no pueden dejar de hablar y de referenciarse en Perón. Por eso, frente al amenazante futuro que nos acecha como Nación y frente a la degradación moral y espiritual padecida como nunca antes en la historia argentina, los Peronistas en particular y los Argentinos en general no tenemos otro camino que asumir el desafío de esta hora y forjar un nuevo retorno de Perón, rescatándolo del exilio histórico al que lo ha condenado una dirigencia mediocre y mezquina, actualizando su Legado inmortalizado en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, en el que ya visualizaba el proceso de universalización del mundo, los desafíos que ese proceso planteaba y los caminos que la Argentina e Hispanoamérica debían recorrer para mantenerse dignamente en pie frente a los poderosos del mundo. Estamos llamados y obligados a institucionalizar un nuevo RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, para ser una nación autónoma y plena, en medio de un proceso de universalización neocolonialista, hasta ahora fuertemente plasmado en beneficio de los más ricos del mundo.

Hoy, 17 de noviembre de 2017, tenemos que RE-ENCONTRARNOS CON PERÓN para asumir el compromiso de cumplir con el mandato histórico que emana de nuestra historia patria: “tenemos la responsabilidad histórica de definir el País que deseamos y abandonar las luchas internas que desgastan nuestra esperanza y nos desvían del camino por el que podemos y debemos transitar.

Nuestra patria tiene todo lo necesario para que sus hijos sientan el gozo infinito de la vida. Dios nos ha brindado riquezas incalculables; sólo falta que asumamos la decisión irrevocable de realizar la empresa que nos aguarda”.

En su último discurso ante el Pueblo, antes de partir de este mundo, el General Perón nos dejó su bendición: “deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen”. Que la Divina Providencia nos dé la fuerza y la valentía para ser dignos de esta bendición.
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A MI PUEBLO
(Mensaje de Perón al pueblo argentino al emprender su retorno a la patria después de dieciocho años de exilio, publicado en el diario Crónica el 16 de noviembre de 1972)
Compañeros peronistas:
Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas para el bien de la patria, están decididos a llevarlas al triunfo.
También, como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora que, dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra. Vuelvo al país después de dieciocho años de exilio, producto de un revanchismo que no ha hecho sino perjudicar gravemente a la nación. No seamos nosotros colaboradores de tan fatídica inspiración.
Nunca hemos sido tan fuertes. En consecuencia, ha llegado la hora de emplear la inteligencia y la tolerancia, porque el que se siente fuerte suele estar propicio a prescindir de la prudencia.
El pueblo puede perdonar porque en él es innata la grandeza. Los hombres no solemos estar siempre a su altura moral, pero hay circunstancias en que el buen sentido ha de imponerse. La vida es lucha y renunciar a ésta es renunciar a la vida; pero en momentos como los que nuestra patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente realidad.
Agotemos primero los módulos pacíficos que para la violencia siempre hay tiempo. Desde que todos somos argentinos, tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no serán los de afuera los beneficiarios. Que seamos nosotros, los peronistas, los que sepamos dar el mejor ejemplo de cordura.
Hasta pronto y un gran abrazo para todos.
15 de noviembre de 1972
  Juan D. Perón


PERÓN HABLA A LA  JUVENTUD:
(7 de febrero de 1974)
 
-"Lo difícil es conseguir a los mejores, porque el hombre bueno no se viene a ofrecer. El que lo hace, generalmente, no lo es. Al hombre capaz hay que ir a buscarlo a su casa".-
-"La juventud, como todos los demás argentinos, tiene derecho a pensar y a sentir como le parezca. Este es un derecho inalienable del hombre dentro de la democracia, que es lo que defendemos. Lo que no puede ser es que nos estemos tirando las suertes como los gitanos; decimos que somos una cosa y, a lo mejor, somos otra".-
-"Esto es lo que necesitamos saber, pensando que más vale un buen hombre al frente de cinco que uno malo al frente de cinco mil. Yo me quedo con el que está con cinco y no con el que tiene cinco mil".-
-"Prefiero un dirigente honesto que tenga diez detrás de él y no un deshonesto que tenga diez mil, porque ese es que me va a derrumbar a la larga".-
-"Cuidado, organizarse no es juntar gente, ni poner engañado detrás de un dirigente que, a lo mejor, lo merece todo, menos ser dirigente".-
-"Un dirigente que está diciendo una cosa y está queriendo hacer otra, es el peor dirigente que puede haber, porque en medio de todo es un estafador; un estafador de la fe de los demás".-
-"El Movimiento ha demostrado, a lo largo de treinta años de existencia, su absoluta falta de sectorización. El Movimiento ha sido siempre cualquier cosa, menos sectario. Nosotros hemos brindado siempre dentro del Movimiento la amplitud más absoluta, pero esa amplitud tiene su límite".-
-"No se obliga a nadie a estar en el Movimiento Peronista. A la juventud, en fin, la queremos toda y a todos. Sabemos el mérito que tienen en el trabajo y en la lucha que han realizado".-
-"Para mi este es el concepto. Un profundo conocimiento de la situación me ha llevado a esta conclusión. Antes de organizarnos tenemos que pensar en el horizonte directivo. Quién es quien en ese horizonte. Nos interesa que represente mucho o poco; para mí un malvado, aunque represente mucho, es mucho peor que uno bueno que represente muy poco. Así veo yo el problema político".-
-" No queremos liberar ruinas, queremos liberar una nación. No queremos liberar un cadáver~ queremos liberar un ser que trabaje y se desenvuelva. En estos momentos no podemos hablar todavía de liberación. ¿Liberación de qué, si todo lo tenemos hipotecado?".-
 
José Arturo Quarracino                                  Juan Carlos Vacarezza     
              Secretario Político                                       Secretario General
  
 
 
[Publicado en Política del Sur, 21 de noviembre de 2017, Año 12 No. 560
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