martes, 28 de noviembre de 2017

Gracias, querido General, por tu retorno glorioso


1972 – 17 de Noviembre – 2017:
* Gracias, querido General, por tu retorno glorioso *

Hace exactamente 45 años, un viernes como hoy, se produjo el reencuentro de Perón con el pueblo argentino, poniendo fin a un exilio infame que duró casi 18 años. Exilio infame, promovido por el odio irracional de la oligarquía argentina, consciente e inconscientemente al servicio de las finanzas internacionales y del imperialismo internacional del dinero. Pero a pesar de ese odio irracional, PERÓN VOLVIÓ ENVUELTO EN LA GLORIA.

Más allá de su significado político, el retorno del querido y amado General constituyó el triunfo del amor por encima del odio y de la muerte. A pesar de todas las infamias y agravios sufridos (que incluyó la vejación del cadáver de Evita), Perón volvió a la Argentina predicando un mensaje de unidad nacional, echando a la espalda los malos recuerdos; nos exhortó a forjar una Revolución en paz, liberando a la Patria de las garras de un neocolonialismo saqueador y reconstruyendo las instituciones fundamentales para asegurar el pleno imperio de la Soberanía política, la Independencia económica y la Justicia social. Nos pidió desarmar no sólo las manos, sino también los espíritus, para encarar un auténtico proceso de Liberación Nacional. Nos recordó que nunca es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna.

Gracias a ese inolvidable viernes 17 de noviembre, el retorno del General Perón significó la posibilidad firme del renacimiento de la Argentina y el despertar del espíritu nacional en los corazones de millones de argentinos, comprometido en la sagrada misión de forjar la felicidad del Pueblo y la grandeza nacional.  

Ese inolvidable 17 de noviembre constituyó el inicio de la Reconstrucción Nacional que Perón vino para entregarnos como el servicio supremo y definitivo que él estaba decidido a cumplir para que los argentinos pudiéramos ser artífices y dueños de nuestro destino, no instrumentos de la ambición de nadie. En los comienzos de su vida política él mismo se había juramentado a ser “una llama épica y sagrada que ilumine el camino de la victoria”. El día de su retorno Perón comenzaba a dar los últimos pasos para cumplir con ese juramento sagrado de 1943, ofrendando los últimos alientos de vida que le quedaban para mostrarnos el camino de la Victoria.

A 45 años de este magno acontecimiento, los Peronistas en particular y los Argentinos en general tenemos que pedirle perdón a Perón por no haber sabido ser dignos de la gracia que la Divina Providencia nos regalara en esos días con el retorno del General. Tenemos que pedirle perdón por no haber sabido mantener en alto sus banderas y por no haber sabido impedir que advenedizos, aventureros y mercenarios inescrupulosos tergiversaran y prostituyeran los ideales libertadores del Justicialismo. Tenemos que pedirle perdón por no haber podido impedir que el Justicialismo de Perón fuera invadido y copado por piratas y mercaderes de la política, que hicieron del Movimiento Nacional un aguantadero y una cueva de ladrones. Tenemos que pedirle perdón por no haber tenido la grandeza de alma y el coraje suficientes para llevar al triunfo sus banderas y hacer realidad su legado. Tenemos que pedirle perdón por haber tolerado que mediocres hinchados de soberbia hicieran de la militancia sagrada y abnegada una profesión rentada y que el delito formara parte de la gestión pública. Tenemos que pedirle perdón por haber permitido que la vieja oligarquía vencida por la acción revolucionaria y reparadora del Justicialismo vuelva a ser gobierno en la Argentina. Tenemos que pedirle perdón por no haber podido impedir que la sangre derramada por tantos patriotas en aras de un ideal, la heroica Resistencia de numerosos compatriotas y la Lealtad inquebrantable de los que se mantuvieron firmes en la adversidad fueran prostituidas por delirantes que, además de merecer la cárcel, necesitan urgente atención psiquiátrica, que creen que hicieron una “revolución” gobernando con las leyes de Videla y Martínez de Hoz.

La prueba más evidente que PERÓN VIVE lo constituye el hecho que quienes hoy “gobiernan” transitoriamente y los adversarios y enemigos históricos del Justicialismo no pueden dejar de hablar y de referenciarse en Perón. Por eso, frente al amenazante futuro que nos acecha como Nación y frente a la degradación moral y espiritual padecida como nunca antes en la historia argentina, los Peronistas en particular y los Argentinos en general no tenemos otro camino que asumir el desafío de esta hora y forjar un nuevo retorno de Perón, rescatándolo del exilio histórico al que lo ha condenado una dirigencia mediocre y mezquina, actualizando su Legado inmortalizado en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, en el que ya visualizaba el proceso de universalización del mundo, los desafíos que ese proceso planteaba y los caminos que la Argentina e Hispanoamérica debían recorrer para mantenerse dignamente en pie frente a los poderosos del mundo. Estamos llamados y obligados a institucionalizar un nuevo RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, para ser una nación autónoma y plena, en medio de un proceso de universalización neocolonialista, hasta ahora fuertemente plasmado en beneficio de los más ricos del mundo.

Hoy, 17 de noviembre de 2017, tenemos que RE-ENCONTRARNOS CON PERÓN para asumir el compromiso de cumplir con el mandato histórico que emana de nuestra historia patria: “tenemos la responsabilidad histórica de definir el País que deseamos y abandonar las luchas internas que desgastan nuestra esperanza y nos desvían del camino por el que podemos y debemos transitar.

Nuestra patria tiene todo lo necesario para que sus hijos sientan el gozo infinito de la vida. Dios nos ha brindado riquezas incalculables; sólo falta que asumamos la decisión irrevocable de realizar la empresa que nos aguarda”.

En su último discurso ante el Pueblo, antes de partir de este mundo, el General Perón nos dejó su bendición: “deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen”. Que la Divina Providencia nos dé la fuerza y la valentía para ser dignos de esta bendición.
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A MI PUEBLO
(Mensaje de Perón al pueblo argentino al emprender su retorno a la patria después de dieciocho años de exilio, publicado en el diario Crónica el 16 de noviembre de 1972)
Compañeros peronistas:
Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas para el bien de la patria, están decididos a llevarlas al triunfo.
También, como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora que, dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra. Vuelvo al país después de dieciocho años de exilio, producto de un revanchismo que no ha hecho sino perjudicar gravemente a la nación. No seamos nosotros colaboradores de tan fatídica inspiración.
Nunca hemos sido tan fuertes. En consecuencia, ha llegado la hora de emplear la inteligencia y la tolerancia, porque el que se siente fuerte suele estar propicio a prescindir de la prudencia.
El pueblo puede perdonar porque en él es innata la grandeza. Los hombres no solemos estar siempre a su altura moral, pero hay circunstancias en que el buen sentido ha de imponerse. La vida es lucha y renunciar a ésta es renunciar a la vida; pero en momentos como los que nuestra patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente realidad.
Agotemos primero los módulos pacíficos que para la violencia siempre hay tiempo. Desde que todos somos argentinos, tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no serán los de afuera los beneficiarios. Que seamos nosotros, los peronistas, los que sepamos dar el mejor ejemplo de cordura.
Hasta pronto y un gran abrazo para todos.
15 de noviembre de 1972
  Juan D. Perón


PERÓN HABLA A LA  JUVENTUD:
(7 de febrero de 1974)
 
-"Lo difícil es conseguir a los mejores, porque el hombre bueno no se viene a ofrecer. El que lo hace, generalmente, no lo es. Al hombre capaz hay que ir a buscarlo a su casa".-
-"La juventud, como todos los demás argentinos, tiene derecho a pensar y a sentir como le parezca. Este es un derecho inalienable del hombre dentro de la democracia, que es lo que defendemos. Lo que no puede ser es que nos estemos tirando las suertes como los gitanos; decimos que somos una cosa y, a lo mejor, somos otra".-
-"Esto es lo que necesitamos saber, pensando que más vale un buen hombre al frente de cinco que uno malo al frente de cinco mil. Yo me quedo con el que está con cinco y no con el que tiene cinco mil".-
-"Prefiero un dirigente honesto que tenga diez detrás de él y no un deshonesto que tenga diez mil, porque ese es que me va a derrumbar a la larga".-
-"Cuidado, organizarse no es juntar gente, ni poner engañado detrás de un dirigente que, a lo mejor, lo merece todo, menos ser dirigente".-
-"Un dirigente que está diciendo una cosa y está queriendo hacer otra, es el peor dirigente que puede haber, porque en medio de todo es un estafador; un estafador de la fe de los demás".-
-"El Movimiento ha demostrado, a lo largo de treinta años de existencia, su absoluta falta de sectorización. El Movimiento ha sido siempre cualquier cosa, menos sectario. Nosotros hemos brindado siempre dentro del Movimiento la amplitud más absoluta, pero esa amplitud tiene su límite".-
-"No se obliga a nadie a estar en el Movimiento Peronista. A la juventud, en fin, la queremos toda y a todos. Sabemos el mérito que tienen en el trabajo y en la lucha que han realizado".-
-"Para mi este es el concepto. Un profundo conocimiento de la situación me ha llevado a esta conclusión. Antes de organizarnos tenemos que pensar en el horizonte directivo. Quién es quien en ese horizonte. Nos interesa que represente mucho o poco; para mí un malvado, aunque represente mucho, es mucho peor que uno bueno que represente muy poco. Así veo yo el problema político".-
-" No queremos liberar ruinas, queremos liberar una nación. No queremos liberar un cadáver~ queremos liberar un ser que trabaje y se desenvuelva. En estos momentos no podemos hablar todavía de liberación. ¿Liberación de qué, si todo lo tenemos hipotecado?".-
 
José Arturo Quarracino                                  Juan Carlos Vacarezza     
              Secretario Político                                       Secretario General
  
 
 
[Publicado en Política del Sur, 21 de noviembre de 2017, Año 12 No. 560
] 

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