Hace
exactamente 45 años, un viernes como hoy, se produjo el reencuentro de Perón
con el pueblo argentino, poniendo fin a un exilio infame que duró casi 18 años.
Exilio infame, promovido por el odio irracional de la
oligarquía argentina, consciente e inconscientemente al servicio de las
finanzas internacionales y del imperialismo internacional del dinero. Pero a pesar de ese odio
irracional, PERÓN VOLVIÓ ENVUELTO EN LA GLORIA.
Más
allá de su significado político, el retorno del querido y amado General
constituyó el triunfo del amor por encima del odio y de la muerte. A pesar de
todas las infamias y agravios sufridos (que incluyó la vejación del cadáver de
Evita), Perón volvió a la Argentina predicando un mensaje de unidad nacional, echando a la espalda los
malos recuerdos; nos exhortó a forjar una Revolución en
paz, liberando a la Patria de las garras de un
neocolonialismo saqueador y reconstruyendo las instituciones fundamentales para
asegurar el pleno imperio de la
Soberanía política, la Independencia
económica y la Justicia
social. Nos pidió desarmar no sólo las manos,
sino también los espíritus,
para encarar un auténtico proceso de Liberación Nacional. Nos recordó que nunca
es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna.
Gracias
a ese inolvidable viernes 17 de noviembre, el retorno del General Perón
significó la posibilidad firme del renacimiento de la Argentina y el despertar
del espíritu nacional en los corazones de millones de argentinos, comprometido
en la sagrada misión de forjar la felicidad del Pueblo y la grandeza nacional.
Ese
inolvidable 17 de noviembre constituyó el inicio de la Reconstrucción
Nacional que Perón vino para entregarnos como el servicio
supremo y definitivo que él estaba decidido a cumplir para que los argentinos
pudiéramos ser artífices y dueños de nuestro destino, no instrumentos de la
ambición de nadie. En los comienzos de su vida política él mismo se había
juramentado a ser “una llama épica y sagrada que ilumine el camino de la
victoria”. El día de su retorno Perón comenzaba a dar los últimos pasos para
cumplir con ese juramento sagrado de 1943, ofrendando los últimos alientos de
vida que le quedaban para mostrarnos el camino de la Victoria.
A
45 años de este magno acontecimiento, los Peronistas en particular y los
Argentinos en general tenemos que pedirle perdón a Perón por no haber sabido
ser dignos de la gracia que la Divina
Providencia nos regalara en esos días con el retorno del
General. Tenemos que pedirle perdón por no haber sabido mantener en alto sus
banderas y por no haber sabido impedir que advenedizos, aventureros y
mercenarios inescrupulosos tergiversaran y prostituyeran los ideales
libertadores del Justicialismo. Tenemos que pedirle perdón por no haber podido
impedir que el Justicialismo de Perón fuera invadido y copado por piratas y
mercaderes de la política, que hicieron del Movimiento Nacional un aguantadero
y una cueva de ladrones. Tenemos que pedirle perdón por no haber tenido la
grandeza de alma y el coraje suficientes para llevar al triunfo sus banderas y
hacer realidad su legado. Tenemos que pedirle perdón por haber tolerado que
mediocres hinchados de soberbia hicieran de la militancia sagrada y abnegada
una profesión rentada y que el delito formara parte de la gestión pública.
Tenemos que pedirle perdón por haber permitido que la vieja oligarquía vencida
por la acción revolucionaria y reparadora del Justicialismo vuelva a ser
gobierno en la Argentina. Tenemos
que pedirle perdón por no haber podido impedir que la sangre derramada por
tantos patriotas en aras de un ideal, la heroica Resistencia de numerosos
compatriotas y la Lealtad
inquebrantable de los que se mantuvieron firmes en la adversidad fueran
prostituidas por delirantes que, además de merecer la cárcel, necesitan urgente
atención psiquiátrica, que creen que hicieron una “revolución” gobernando con
las leyes de Videla y Martínez de Hoz.
La prueba más evidente que
PERÓN VIVE lo constituye el
hecho que quienes hoy “gobiernan” transitoriamente y los adversarios y enemigos
históricos del Justicialismo no pueden dejar de hablar y de referenciarse en
Perón. Por eso, frente al amenazante futuro que nos acecha como Nación y frente
a la degradación moral y espiritual padecida como nunca antes en la historia
argentina, los Peronistas en particular y los Argentinos en general no tenemos
otro camino que asumir el desafío de esta hora y forjar un nuevo
retorno de Perón, rescatándolo del exilio histórico al que lo ha condenado una
dirigencia mediocre y mezquina, actualizando su Legado inmortalizado en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional,
en el que ya visualizaba el proceso de universalización del mundo, los desafíos
que ese proceso planteaba y los caminos que la Argentina e
Hispanoamérica debían recorrer para mantenerse dignamente en pie frente a los
poderosos del mundo. Estamos llamados y obligados a institucionalizar un
nuevo RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, para ser una nación autónoma y plena, en medio de un proceso de
universalización neocolonialista, hasta ahora fuertemente plasmado en beneficio
de los más ricos del mundo.
Hoy, 17 de noviembre de 2017, tenemos que RE-ENCONTRARNOS
CON PERÓN para asumir el
compromiso de cumplir con el mandato histórico que emana de nuestra
historia patria: “tenemos la responsabilidad histórica de definir el País que
deseamos y abandonar las luchas internas que desgastan nuestra esperanza y nos
desvían del camino por el que podemos y debemos transitar.
Nuestra patria tiene todo lo
necesario para que sus hijos sientan el gozo infinito de la vida. Dios nos ha
brindado riquezas incalculables; sólo falta que asumamos la
decisión irrevocable de realizar la empresa que nos aguarda”.
En su último discurso ante el
Pueblo, antes de partir de este mundo, el General Perón nos dejó su bendición:
“deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las
venturas y la felicidad que merecen”. Que la Divina Providencia
nos dé la fuerza y la valentía para ser dignos de esta bendición.
A MI
PUEBLO
(Mensaje de Perón al pueblo argentino al
emprender su retorno a la patria después de dieciocho años de exilio, publicado
en el diario Crónica el 16 de noviembre de 1972)
Compañeros
peronistas:
Pocos podrán imaginar la
profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de
cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros
nuevos de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas para el bien
de la patria, están decididos a llevarlas al triunfo.
También, como en los viejos
tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora que, dando el
mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del
mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra. Vuelvo al país
después de dieciocho años de exilio, producto de un revanchismo que no ha hecho
sino perjudicar gravemente a la nación. No seamos nosotros colaboradores de tan
fatídica inspiración.
Nunca hemos sido tan fuertes.
En consecuencia, ha llegado la hora de emplear la inteligencia y la tolerancia,
porque el que se siente fuerte suele estar propicio a prescindir de la
prudencia.
El pueblo puede perdonar
porque en él es innata la grandeza. Los hombres no solemos estar siempre a su altura
moral, pero hay circunstancias en que el buen sentido ha de imponerse. La vida
es lucha y renunciar a ésta es renunciar a la vida; pero en momentos como los
que nuestra patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente
realidad.
Agotemos primero los módulos
pacíficos que para la violencia siempre hay tiempo. Desde que todos somos argentinos,
tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no serán los de
afuera los beneficiarios. Que seamos nosotros, los peronistas, los que sepamos dar el mejor
ejemplo de cordura.
Hasta pronto y un gran abrazo
para todos.
15 de noviembre de 1972
Juan D. Perón
PERÓN HABLA A LA
JUVENTUD:
(7 de febrero de 1974)
-"Lo
difícil es conseguir a los mejores, porque el hombre bueno no se viene a
ofrecer. El que lo hace, generalmente, no lo es. Al hombre capaz hay que ir a buscarlo a su
casa".-
-"La
juventud, como todos los demás argentinos, tiene derecho a pensar y a sentir
como le parezca. Este es un derecho inalienable del hombre dentro de la
democracia, que es lo que defendemos. Lo que no puede ser es que nos estemos
tirando las suertes como los gitanos; decimos que somos una cosa y, a lo mejor,
somos otra".-
-"Esto
es lo que necesitamos saber, pensando que más vale un buen hombre al frente de cinco que uno malo al
frente de cinco mil. Yo me quedo con el que está con cinco y no con
el que tiene cinco mil".-
-"Prefiero un
dirigente honesto que tenga diez detrás de él y no un deshonesto que tenga diez
mil, porque ese es que me va a derrumbar a la larga".-
-"Cuidado,
organizarse no
es juntar gente, ni poner engañado detrás de un dirigente que, a lo mejor, lo
merece todo, menos ser dirigente".-
-"Un
dirigente que está diciendo una cosa y está queriendo hacer otra, es el peor
dirigente que puede haber, porque en medio de todo es un estafador; un
estafador de la fe de los demás".-
-"El
Movimiento ha demostrado, a lo largo de treinta años de existencia, su absoluta
falta de sectorización. El Movimiento ha sido siempre cualquier cosa, menos
sectario. Nosotros hemos brindado siempre dentro del Movimiento la amplitud más
absoluta, pero esa amplitud tiene su límite".-
-"No
se obliga a nadie a estar en el Movimiento Peronista. A la juventud, en fin, la
queremos toda y a todos. Sabemos el mérito que tienen en el trabajo y en la lucha
que han realizado".-
-"Para
mi este es el concepto. Un profundo conocimiento de la situación me ha llevado
a esta conclusión. Antes de organizarnos tenemos que pensar en el horizonte
directivo. Quién es quien en ese horizonte. Nos interesa que represente mucho o
poco; para mí
un malvado, aunque represente mucho, es mucho peor que uno bueno que represente
muy poco. Así veo yo el problema político".-
-" No queremos liberar ruinas, queremos liberar una nación. No queremos
liberar un cadáver~
queremos liberar un ser que trabaje y se
desenvuelva. En estos momentos no podemos hablar todavía de liberación.
¿Liberación de qué, si todo lo tenemos hipotecado?".-
José
Arturo Quarracino Juan
Carlos Vacarezza
Secretario Político Secretario General
[Publicado
en Política
del Sur, 21 de noviembre
de 2017, Año 12 No. 560
]
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