lunes, 3 de julio de 2017

43º Aniversario del Tránsito a la Inmortalidad de JUAN DOMINGO PERÓN

43º Aniversario del Tránsito a la Inmortalidad de JUAN DOMINGO PERÓN
(1974 – 1º de Julio – 2017)
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«Perón está tan identificado con la Patria que yo veo en él a la Patria misma. […] Perón es un ideal encarnado. Perón es el ideal argentino hecho figura de hombre. Es el viejo ideal de todas las esperanzas hecho carne. Por eso el movimiento político puede tenerlo como Líder único sin correr el peligro de desaparecer el día infausto que falte Perón, porque siempre quedará Perón al frente de su pueblo como un ideal, como una bandera, como guía, como estrella para señalar en las noches el camino de la victoria»
(Eva Perón, 16 de diciembre de 1949)
 
Hoy se cumplen 43 años del día 1 de julio, cuando el General Perón partía hacia la inmortalidad. Un vacío inmenso e incomensurable se produjo no sólo en el “universo” peronista, sino también en la Argentina, ya que dejaba este mundo ese gran argentino que dividió en dos la historia patria. Partía aquél que, como definiera sabiamente Eva Perón, había sido, es y será para siempre el “rostro de Dios” en medio de estos tiempos tenebrosos y de un mundo cada vez más caótico. El amado y querido General recibió el premio de la gloria eterna por haber amado hasta el extremo a nuestra bendita Nación y al Pueblo de la patria por el que ofrendó su vida.
Mucho después, gracias al testimonio de historiadores y médicos, supimos que su retorno definitivo –desde noviembre de 1972- y la responsabilidad presidencial que asumió desde octubre de 1973 le significó a Perón vivir sus últimos meses de vida en medio de graves padecimientos físicos que supo disimular con la estoicidad propia de un soldado cabal, porque nada era más importante para él que cumplir con el ideal sagrado al que había consagrado su vida: forjar la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación. POR ESTOS IDEALES OFRENDÓ SU VIDA, y por estos ideales HOY NOS PIDE A LOS ARGENTINOS DE BIEN QUE PONGAMOS TODA NUESTRA VIDA Y NUESTRO SER AL SERVICIO de esos mismos objetivos por los que él vivió y murió.
Ese 1º de julio Perón ingresó a la inmortalidad que Dios le otorga a quienes ofrendan su vida al servicio de su pueblo. Por eso sabemos y estamos convencidos que PERÓN VIVE, en la vigencia perenne que tiene su Legado Doctrinal como reaseguro eterno del futuro de la Argentina. La mejor prueba que sigue vivo es el ataque alevoso que sufre hoy por parte de una intelectualidad gorila, tan llena de erudición como de mediocridad y pobreza espiritual, que pretende atribuirle todos los males que hoy aquejan y prostituyen la vida política nacional. Paradoja llamativa: para los gorilas, Perón está vivo, mientras que para muchos de los que se proclaman sus seguidores el gran líder ha quedado en el pasado, y pretenden por eso ser los nuevos “líderes”, ya no de la argentinidad sino de “la gente” y de la “ciudadanía”. A todos ellos los condena la verdad peronista que afirma que “aquél que se cree más de lo que es, comienza a ser un oligarca”. En definitiva, la luz de Perón sigue brillando en medio de nosotros como llama épica y sagrada que ilumina el camino de la victoria.
Por eso el homenaje que debemos hacer hoy no es el de recordar su memoria, ni seguir lamentando su partida. El homenaje que hoy se nos impone llevar a cabo es rescatar a Perón del exilio histórico al que lo ha pretendido enviar una dirigencia cansada y avejentada, y continuar su obra reparadora y redentora de nuestra Patria. DEBEMOS LLEVAR A CABO UN NUEVO RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, amalgamada en una matriz espiritual y doctrinal alimentada por la memoria viva de los argentinos que han sido testigos oculares de la gesta histórica ejecutada por Perón y por la energía heroica de las nuevas generaciones que están llamadas a hacer de la Argentina la Patria Grande por la cual vivieron y ofrendaron su vida los grandes próceres de nuestra América hispana, humanista y cristiana.  
Como rostro de Dios y como estrella que señala el camino de la victoria, el general Perón ESTÁ PRESENTE EN MEDIO DE NOSOTROS, animando espiritualmente nuestras almas, modelando sabiamente nuestras mentes e inflamando de amor nuestros corazones, para que nos decidamos a ser fieles hijos suyo y a llevar al triunfo final su proyecto nacional, mediante la unión de todos los argentinos de bien.
Como bien definió Isabel Perón en su momento, Perón fue “humilde en su grandeza y grande en su humildad” a lo largo de toda su vida. Dios quiera que nos dejemos impregnar e inundar de esa grandeza y de esa humildad, para servir a la gran causa del pueblo y de la Nación argentina que es la razón y el sentido de nuestra existencia en esta vida.
Querido General Juan Domingo Perón, tuyos son el poder y la gloria, para felicidad de nuestro Pueblo y para grandeza de nuestra Nación.
 
¡PERÓN VIVE!
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Correo electrónico: primerolapatria@ymail.com

MIENTRAS BAILAN AL COMPÁS DE LAS “PASO”, EL PUEBLO SE VA AL CARAJ…

MIENTRAS BAILAN AL COMPÁS DE LAS “PASO”, EL PUEBLO SE VA AL CARAJ…
 
 

Como es público y notorio hasta la saturación, podemos ver en estos días el revoltijo que caracteriza el mundo político a una semana del cierre de listas para las P.A.S.O. (Primeras Abiertas, Simultáneas y Obligatorias).

Como es público y notorio también, en este cierre de listas brilla por su ausencia absoluta el debate de ideas, de posturas doctrinales y de propuestas acordes a ellas. En realidad, este proceso electoral se parece cada vez más al baile de la silla, o más bien a una licuadora bailable, en la que todos los pretendidos candidatos se aparean con todos, para hacer “alianzas” y “acuerdos” que duran un suspiro. Es una calesita en la que hay “sortija para todos” y “para todos los gustos”. Lo único importante es sacar la sortija, no importa con quién, cualquiera sirve.

Todos vociferan tener soluciones para los terribles y tremendos problemas que agobian al conjunto de la nación y se auto-proclaman los “reparadores”. Lo que no se entiende muy bien es por qué los que gobiernan, si tienen las soluciones, no las aplican ahora, y los que ya estuvieron doce años por qué anuncian que van a resolver los problemas que ellos mismos crearon y no los resolvieron cuando fueron gobierno.
Unos asumieron el gobierno, pero sin contar con un plan económico ni, mucho menos, con una alternativa, tal como lo proclamó hace unas semanas el economista Miguel Ángel Broda, partidario del gobierno. Mientras esperan que la economía se reactive per se, se han endeudado –al igual que la anterior administración gubernamental- en forma creciente y a tasas que inevitablemente van a llevar a una próxima cesación de pagos, tal como lo preanunció hace más de un año el economista Juan Carlos de Pablo en una conferencia dada en Lanús, en mayo del año pasado (los autores de esta nota hemos sido testigos presenciales de ello).

Tanta improvisación hay en el gobierno, que hasta el economista José Luis Espert tuvo que denunciar que quienes “manejan” hoy la política nacional “son millonarios que saben hacer negocios y ganar dinero, pero que de política no saben nada”. Muestra de ello es que toman medidas administrativas en contra de los sectores de menos recursos (jubilados, pensionados, etc.) provocando reacciones sociales de envergadura. Como no tienen plan, administran el día a día, por eso corren siempre atrás de los acontecimientos, pero hasta que los problemas no les revientan en la cara no reaccionan ni se anticipan. Eso sí, llamativamente nunca se equivocan contra los más pudientes, siempre contra los humildes.

Estos aprendices de políticos hablan mucho de “cambio”, pero aplican las históricas, viejas y fracasadas recetas del endeudamiento externo para cubrir gastos corrientes y para fomentar un crecimiento económico híper acotado y sectorial, que inevitablemente termina en crisis. Hablan de “transparencia”, pero nunca han podido explicar por qué casi todos ellos cuentan con una empresa o institución off shore, o por qué en negocios con el Estado siempre hay un pariente o un deudor con vínculos estrechísimos con los funcionarios de turno. Hablan de “transparencia”, pero ganaron millones de pesos con la famosa venta de dólar a futuro del dúo dinámico Kicillof-Vanoli, a pesar de haberla criticado en un primer momento.
Piden paciencia para “llegar al cambio prometido”, pero por las dudas cobran sueldos de 5 ó 6 cifras “para pasar el ajuste” y salir a tocar timbre por los barrios los fines de semana. Tienen un ministro de la Producción que hasta ahora no produjo nada, salvo un comentado romance con una ¿estrella artística?, que duró lo que un suspiro. O un ministro de Medio Ambiente, que ante los desastres ambientales recomienda rezar. Al igual que los “progresistas nac&pop”, creen que la política es simplemente gestión, por eso reducen su “militancia” a llenar planillas Excel y armar cuadros estadísticos, mientras el pueblo en su gran mayoría anda a la deriva, en el desamparo más cruel e inimaginable, como “ovejas sin pastor” o padeciendo que “todos los días lo maten como a un perro”.

En el colmo de la insensatez, su única aspiración política consiste en atizar y fomentar la división electoral de la “supuesta” oposición política, para llegar tranquilo a las próximas elecciones legislativas. Creen y quieren hacer creer que “la nueva política” es poner caras lindas en las boletas electorales, o promover como legisladores a científicos o a víctimas de delito. Pretenden producir un “cambio histórico y cultural”, pero no tienen ni idea de lo que está pasando en el mundo ni tampoco en la Argentina profunda.
 
Ni que hablar de la “oposición nac&pop”, la gran responsable y culpable que los “enemigos liberales” hayan llegado al gobierno por medio de los votos por primera vez en la historia política nacional. Que critica al gobierno por haber aumentado la pobreza en 3 ó 4 puntos porcentuales, cuando ella –siendo gobierno- la dejó en 29-30%. Que critica el feroz endeudamiento externo llevado a cabo por la actual gestión, pero siguiendo el impulso de “los revolucionarios de la Patagonia”, que de una deuda post-canje del 2005 de 145.000 millones de dólares dejaron al final de su mandato una deuda de 240.000 millones de dólares, después de haber pagado la friolera de 190.000 millones de dólares. Que critica la pérdida de la soberanía nacional en los litigios judiciales internacionales, cuando fue el mismo Néstor Kirchner quien firmó en el canje de deuda del 2005 “la prórroga de jurisdicción a favor de los tribunales estaduales y federales y la renuncia a oponer la defensa de la inmunidad soberana” y la aceptación de los tribunales de Nueva York, Londres y Tokyo como sedes para litigar judicialmente (Decreto 319/2004, artículo 8 y Decreto 1735/2004, artículo 3). Que critica el “antipatriotismo liberal” del actual gobierno, pero olvidándose que siendo gobierno mantuvo la política liberal extranjerizante de Martínez de Hoz y del menemismo de los ’90, manteniendo vigente la Ley de Entidades Financieras 21.526/1977 y manteniendo hasta la actualidad el control extranjero sobre la privatizada YPF (Repsol/Banca Rothschild-familia Esquenazi/Banco Credit Suisse y reprivatización 2012/Chevron y fondos buitres [George Soros, BlackRock, Banco Lazard, Goldman Sachs, etc.]. Oposición que habla de “antiimperialismo yanqui” pero que se olvida del saludo sumiso en setiembre del 2008 ante David Rockefeller, el verdadero padre del Proceso de Reorganización Nacional y enemigo histórico declarado de Perón y su revolución nacional.
Oposición “nac&pop” que siendo gobierno no fomentó las organizaciones libres del pueblo sino que convirtió a gran parte del pueblo en Estado-dependiente y rehén de los dueños de los aparatos políticos de turno; que no fomentó la creación de trabajo genuino sino que armó la industria del subsidio, financiada con deuda externa contraída con el Banco Mundial.

Hoy da vergüenza ajena ver a gran parte de esa dirigencia “nac&pop” desesperada por armar un rejunte electoral bajo el pomposo nombre de “unidad del campo nacional y popular”, aferrada a una multimillonaria hotelera exitosa que les aseguraría “los votos del pobrerío del conurbano”, “empresaria” que en el fondo los desprecia y los humilla a gritos y reproches. Dirigencia que busca la “unidad” y que clama por una “conductora”-candidata sólo para que ponga la tarasca para la campaña, porque hoy esa dirigencia no tiene las grandes cajas del Estado para subsidiarse. Es una dirigencia que ha progresado políticamente a costa de las cajas públicas del Estado, convertido en feudo y fuente de “trabajo” para sí y sus parientes y amigos. Es una dirigencia que tiene terror a quedarse sin el Estado, porque nunca trabajó ni se ganó el pan con el sudor de su frente, y en la actividad privada no sabe hacer casi nada. No es una dirigencia forjada en la lucha de la resistencia por la vuelta de Perón, sino una dirigencia que ha hecho del peronismo una franquicia para su enriquecimiento personal y que se ha resistido y resiste, hasta las últimas consecuencias, a rescatar a Perón del exilio histórico, porque si lo hiciera tendrá que servir al pueblo, no servirse de él. Si rescataran a Perón del exilio histórico, ya no podrían hablar de “mi pueblo”, de “mi gente”, de “mi provincia”, de “mi feudo municipal”, tendrían que hablar del pueblo con respeto y reverencia como lo hacían Perón y Evita, que se consideraban servidores del pueblo, no sus dueños.
 
Es por todo esto que hoy la gran mayoría del pueblo argentino se encuentra en el peor de los desamparos y en la indefensión más cruel. Basta recorrer los tribunales de familia, los hospitales públicos o los barrios más pobres del conurbano para ver el abandono al que está sometida la mayoría de la población argentina, impotente ante el accionar mortífero de la narco-criminalidad y muchas veces matada como perro, tal como lo definió certeramente en estos días un dirigente sindical del transporte.
Se supone que la política está llamada a hacerse cargo de este desamparo, pero lamentablemente mucha dirigencia política, liberal o progresista “nac&pop” cree que “al pueblo hay que tenerlo cortito”, o bien porque “levanta la cabeza y reclama” o bien porque “si lo capacitás después no lo podés controlar y se te independiza”.

Así, hoy la dirigencia política está bailando al son de las PASO, y el pueblo se va al joraca.

Pero una vez más, Perón nos rescata y nos hace saber que la política es amor y servicio, por eso debe hacerse cargo de “la destrucción del hombre en todos los estamentos nacionales” y de “la destrucción del Estado”, productos ambas de una “descomposición preconcebida que se ha venido operando a lo largo de los años y de los hechos que el país ha vivido fuera de los cauces de una comunidad organizada”. Esto obliga a “reconstruir lo destruido y preparar un mejor futuro inmediato para que en una nación realizada cada argentino pueda intentar su propia realización”. Ante los problemas que nos agobian y paralizan hay que reaccionar, porque “permanecer inactivo es casi resignarse a la desgracia”, para lo cual hay que “superar necesariamente las pasiones insanas en aras del bien común de la Patria, objetivo supremo de todos los argentinos”. Se trata de desterrar la lucha fraticida y estúpida para promover “una efectiva y racional colaboración de todos los argentinos”. Para ello se torna necesario “capacitarse moral e intelectualmente” y forjar una nueva generación dirigencial “calificada por todas las virtudes y capacitada para luchar hasta las últimas consecuencias”, porque “las comunidades no valen tanto por sus riquezas ni por el número de sus habitantes, sino por la capacidad de los dirigentes que las encuadran y conducen”.

En definitiva, la nueva formación dirigencial debe apuntar a “meditar sobre la mejor manera de servir antes que dedicarse a criticar desaprensivamente a los demás dirigentes”, porque “ningún aspirante a dirigente podrá engrandecerse con la desgracia de los demás, pero sí desprestigiarse por una elemental falta de ética política y humana”.

Estas y otras enseñanzas es la que impartió Juan Domingo Perón en el discurso de cierre de campaña del 21 de setiembre de 1973, en vísperas de ser elegido Presidente de la Nación. Pronunciadas hace casi 44 años, tienen absoluta vigencia y actualidad, por encima de los balbuceos insulsos y vacíos de todo contenido de una dirigencia que no sólo ya está perdiendo hasta el histórico aparato partidario del PJ, sino que está rifando algo mucho más grave como es su propia dignidad personal, a manos de una banda de impostores y falsarios, con irracionales delirios de grandeza carentes de toda legitimidad.

Para no irnos al joraca como pueblo y como Nación, se impone volver a Perón, se impone resistir la destrucción humana y estatal que nos han aplicado, se impone volver a rescatar a Perón del exilio histórico al que lo ha sometido una dirigencia falaz y descreída, para volver a hacer de la Argentina esa gran Nación que sea luz y ejemplo para todos los pueblos del mundo.     
 
José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                                        Secretario General
Movimiento “Primero la Patria”
 
[Publicado en Política del Sur, 20 de junio de 2017, Año 11 No. 540]

PERÓN, BELGRANO Y RECONOCIMIENTO A SEBASTIÁN SAK Y LUIS ALBERTO TORRES

PERÓN, BELGRANO Y RECONOCIMIENTO A SEBASTIÁN SAK Y LUIS ALBERTO TORRES
(20 de junio de 2017)
 
El martes 20 de junio, en horas de la mañana, el Movimiento “Primero la Patria” festejó y conmemoró el retorno definitivo del general Juan Domingo Perón en 1973, haciendo mención a otros importantes sucesos históricos acaecidos en el mes en curso: la irrupción del GOU el 4 de junio de 1943, el último discurso público de Perón el 12 de junio de 1974, el retorno definitivo el día 20 de 1973 y el discurso que pronunció por televisión el día 21. 
La celebración se llevó a cabo en el salón Torre del Sol, sito en Belgrano 1053 (Banfield oeste)
Se conmemoró también a los fusilados en 1956 por la tristemente célebre Revolución Libertadora.
La jornada contó con la presencia del dirigente peronista Mario Cafiero, ex diputado nacional y precandidato por la Alianza Creo 2017 en las próximas elecciones legislativas. También estuvieron presentes miembros de la Agrupación “18 de Febrero”, del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos.
José Arturo Quarracino, secretario político del Movimiento, pronunció unas palabras iniciales, explicitando el sentido de la conmemoración histórica que se efectuaba y el por qué del reconocimiento que el Movimiento hacía a dos grandes dirigentes políticos del Peronismo: Luis Alberto Torres y Sebastián Sak, a quienes se les entregó sendos placas de reconocimiento y agradecimiento a su larga, incansable y fecunda labor política al servicio de la gran Causa nacional.
Ambos homenajeados agradecieron el reconocimiento que se les brindó, aportando una autocrítica histórica a la relación y vínculo de la Juventud Peronista con Perón y a la necesidad de estudiar y repensar el pensamiento doctrinario justicialista, en particular para las generaciones que no lo conocieron en vida.
Posteriormente habló el dirigente Mario Cafiero, resaltando la personalidad y la vida política de ambos homenajeados, con quienes compartió varios años de militancia.
Por último, habló el dirigente Juan Carlos Vacarezza, secretario general del Movimiento “Primero la Patria”, quien resaltó el aporte patriótico hecho por ambos dirigentes –Sak y Torres- y la necesidad de continuar y prolongar su ejemplo, en orden a los graves momentos que vive la Argentina.
La jornada terminó con la entonación de la Marcha Peronista, luego de lo cual hubo un refrigerio compartido por todos los presentes.
[Publicado en Política del Sur, 27 de junio de 2017, Año 11 No. 541]
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sábado, 24 de junio de 2017

NO LLORAR COMO NENAS LO QUE NO SABEMOS DEFENDER COMO HOMBRES

NO LLORAR COMO NENAS LO QUE NO SABEMOS DEFENDER COMO HOMBRES
 
 


El mes de junio es un mes cargado de acontecimientos inolvidables en la memoria del Justicialismo y de la Patria Grande Hispanoamericana.



4 de junio. En este día se conmemoran dos momentos fundamentales de nuestra historia nacional. Por un lado, el pronunciamiento del Grupo Obra de Unificación en 1943, impulsado en gran medida por el entonces Coronel Perón, que históricamente resultó ser el punto de partida de la obra de gobierno más revolucionaria que se haya vivido en la Argentina, tan importante que ha representado el eje que dividió la historia nacional en un antes y un después, y que políticamente significó el período de efectiva independencia frente a la histórica dominación ejercida por Inglaterra/Gran Bretaña sobre nuestro querido país, desde los comienzos mismos de nuestra vida como Nación.
La lectura de la Proclama Revolucionaria dirigida al “Pueblo de la Nación Argentina” evidencia la notable actualidad de ese pronunciamiento y, por contrapartida, nos muestra dolorosamente el retroceso histórico-cultural que hoy nos impregna, en tanto y en cuanto el diagnóstico invocado permanece inmutable: “Se han defraudado las esperanzas de los argentinos, adoptando como sistema la venalidad, el fraude, el peculado y la corrupción. Se ha llevado al pueblo al escepticismo y a la postración moral, desvinculándose de la cosa pública, explotada en beneficio de siniestros personajes movidos por la más vil de las pasiones”. Todo parecido con la realidad actual es lamentable y absolutamente real. Hoy, al igual que en 1943, el deber de la hora nos llama a todos los argentinos y conciudadanos de bien a salir en defensa de los sagrados intereses de la patria y a reclamar para ello la abnegación como conducta, porque no hay gloria sin sacrificio; a propugnar la honradez administrativa, la unión de todos los argentinos, la restitución al Estado de todos los bienes mal habidos por quienes no se cansaron de robar y esquilmar la riqueza pública, a trabajar firmemente por la unidad del pueblo argentino, contra las divisiones estúpidas, inoperantes, intrascendentes y fraudulentas que impulsaron tanto el liberalismo sin patria como el progresismo rapaz y mercenario, antagónicos en la superficie pero unidos en su labor disolvente de lo nacional al servicio del imperialismo internacional del dinero (vigencia de la Ley de Entidades Financieras de Videla-Martínez de Hoz, el respeto “sagrado” al endeudamiento externo, la estafa criminal de YPF/Chevron, etc.).



En este mismo día, pero de 1846, los argentinos tenemos que reivindicar un acontecimiento que tanto la versión mitrista oficial de nuestra historia patria como la dominación cultural pro-británica de nuestros intelectuales cipayos seudo-revolucionarios han ocultado y negado hasta hoy: la victoria de las tropas federales de la Nación -comandadas por el general Lucio V. Mansilla, el Teniente Coronel Juan Bautista Thorne y el Teniente Coronel Martín Isidoro de Santa Coloma y Lezica- sobre la marina franco-británica invasora, en la batalla de la Angostura-Punta del Quebracho, 35 km. al norte de la ciudad de Rosario de Santa Fe, batalla que reivindicó, vengó y culminó la heroica resistencia de esas mismas tropas federales en la Vuelta de Obligado el 20 de noviembre de 1845.
En el plano histórico-cultural, el poder imperialista anglosajón imperante en nuestra patria no ha podido ocultar la grandeza de la resistencia argentina en Obligado en 1845, pero sí ha logrado ocultar y hacernos desconocer la victoria total lograda en 1846 en Angostura del Quebracho. Es hora de rescatar del olvido esta gesta, que nos muestra y demuestra que por más poder material que tenga el imperialismo dominante, en definitiva es vencible, cuando el espíritu patrio sabe ponerse de pie y luchar hasta el final.




12 de junio. Fecha importante en nuestra memoria, el día en el que Juan Domingo Perón pronunció su último discurso ante el pueblo reunido, en 1974, poco antes de morir, el que resultó ser su discurso de despedida física. Entre otros, siguen vigentes sus conceptos de “tomar en nuestras manos la responsabilidad de defender la Patria”, no los negocios, negociados y robos a mansalva; “no defender otra causa que no sea la causa del pueblo”, no la del enriquecimiento personal a costa del empobrecimiento masivo; “imponer la verdad”, no a través del miedo sino de la comprensión; “trabajar para la reconstrucción y liberación del país hasta el último aliento”, no de los mercenarios y mercachifles de la política.
Bien haremos los que nos decimos seguidores del general Perón leer y escuchar una y otra vez su último discurso terrenal, para no olvidar ni traicionar su ejemplo y su entrega a la causa del Pueblo. Y no olvidar nunca que este gran patriota murió con el mismo patrimonio con el que empezó su vida política: no murió multimillonario, ni él, ni sus ministros ni sus funcionarios.


20 de junio. Flecha gloriosa en nuestra historia, en 1973, cuando Perón retorna en forma definitiva a la Argentina, poniendo punto final a 17 años de exilio oprobioso. Primera vez en la historia argentina que un líder político puede retornar al suelo patrio y seguir bregando por la felicidad de su pueblo y la grandeza de la Nación. Muchos habrán sido testigos presenciales de ese gran acontecimiento, y habrán sido partícipes de esa inmensa marea humana que fue al encuentro del General ese día, a mostrarle que su fidelidad y su lealtad estaban no sólo intactas sino que eran más fuertes que nunca. Lamentablemente, el germen del desencuentro interno que iba a terminar bastardeando el ideal de unidad nacional de Perón impidió el encuentro personal del líder y del pueblo que fue a recibirlo. Esto no impidió que Perón pudiera hablar a la Nación Argentina al día siguiente, expresando conceptos que tienen una absoluta vigencia en la actualidad y que conviene refrescar: “la situación gravísima del país”, que exigía “la participación y colaboración de todos en su reconstrucción”; “la revolución” que había que realizar, “en paz y sin que cueste la vida de un solo argentino”; ordenar las mentes y los espíritus; “reconstruir al Estado, con los mejores hombres –no con delincuentes ni ladrones de fondos públicos- y “acopiando la mayor cantidad de materia gris –no adulones, no obsecuentes, no ladrones ni valijeros-; que los que ocupan los cargos públicos los honren, no que los roben ni los bastardeen; “forjar una paz constructiva, para no sucumbir como Nación”; que “cada argentino, piense como piense y sienta como sienta, tiene el inalienable derecho a vivir en seguridad y pacíficamente”, mientras que “el Gobierno tiene la insoslayable obligación de asegurarlo”; llegar a ser “una sola clase de argentinos, los que luchan por la salvación de la Patria, gravemente comprometida en su destino por los enemigos de afuera y de adentro”; reafirmar la identidad justicialista, según las 20 verdades peronistas siempre vigentes y manteniendo el credo doctrinario; “obrar con la mayor grandeza, pensando en el futuro y en la grandeza de la Patria”, no en los negocios, en los sobres bajo la mesa ni en los cargos públicos como botín de guerra y como bien de familia.



9-12 de junio. En estos días, pero de 1956, un grupo de compatriotas, civiles y militares, pagaron con su vida y con su sangre el intento de desalojar a la camarilla que unos meses antes había derrocado al gobierno constitucional del general Perón y había vuelto a poner a la Argentina en manos del Imperio Británico y de sus instrumentos financieros y comerciales de dominación, control y saqueo de la riqueza nacional. 27 argentinos que no dispararon un solo tiro, pero que fueron fusilados sin ningún juicio previo y aplicándoseles salvajemente leyes marciales en forma retroactiva.
Pareciera que la Providencia Divina hubiera dispuesto los acontecimientos de tal forma, para que nos ayuden a recordar que ella y los grandes hombres y mujeres de nuestra historia patria, argentina e hispanoamericana, nos muestran el camino de la gloria, pero recordando siempre que ese sendero que podemos recorrer  está forjado por la sangre derramada por quienes no dudaron en ofrendar sus vidas para que nuestro hogar argentino viva y nos cobije siempre.
No es casual que en estos últimos tiempos estas fechas pasen desapercibidas para la mayoría de los argentinos, obnubilados y enceguecidos por el desfile marketinero y el “casting” de cientos de personajes que se proponen cómo “lo nuevo”, “el cambio” o “la renovación”, pero que en el fondo o bien son culpables de la decadencia y degradación nauseabundas que hoy nos agobian, o bien han sido cómplices o responsables de las frustraciones a la que hemos sido arrastrados. Unos hablan de “combatir a la pobreza”, pero haciendo ricos a los más ricos, mientras otros hablan de “hacer frente al ajuste liberal del gobierno”, pero aumentando un 60-70% las tasas en los municipios convertidos en sus feudos privados.
Muchos se jactan de ser “nacionales y populares”, pero sólo han sabido ser artífices de su propio enriquecimiento personal e instrumentos del empobrecimiento colectivo. Olvidando a Perón y su legado han convertido al justicialismo en una franquicia comercial y han hecho de la política un bien de familia y fuente de enriquecimiento muchas veces injustificado.
En sus clases de Historia del Peronismo, Eva Perón enseñaba que el 17 de octubre de 1945 el pueblo argentino había vencido para siempre a la oligarquía, y que de allí en más el pueblo sólo iba a poder ser derrotado si se dejaba ganar por el espíritu oligarca, por creerse más de lo que se es realmente (7ª Verdad Peronista).
Hoy nos “desgobiernan” muchos de esos oligarcas, mediocres y arribistas, pero ha pasado el tiempo de llorar y lamentarse, porque ha llegado la hora que los argentinos nos hagamos cargo de los destinos de nuestra Patria y aportemos lo mejor de nosotros, para forjar la reconstrucción moral y espiritual de nuestra Patria y de nuestro pueblo, y así lograr más temprano que tarde que los mejores hombres, nutridos de valores en plenitud puedan hacerse cargo de conducir los destinos de la Nación, como pidió Perón el 21 de junio de 1973.  .
Conmemorar estas fechas de junio nos pueden ayudar a enriquecer el alma y el corazón, dejándonos inspirar por los grandes ejemplos patrios y dejándonos impregnar de la sangre que algunos han pagado para que otros podamos gozar. Así, enriquecidos espiritualmente y bautizados en esa sangre generosamente donada, sabemos ser artífices del destino común y no instrumentos de la ambición de nadie.
             
 
José A. Quarracino                                           Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                                   Secretario General
 


[Publicado en Política del Sur, 13 de junio de 2017, Año 11 No. 539]

martes, 24 de enero de 2017

23 de enero de 1945 – Perón decreta las vacaciones pagas

 
23 de enero de 1945 – Perón decreta las vacaciones pagas
 
El 23 de enero de 1945, mediante el decreto 1440, la Secretaría de Trabajo y Previsión a cargo del Coronel Juan Domingo Perón establece el derecho de los trabajadores a gozar de un período de vacaciones pagas. Así, los argentinos comenzaron a disponer de una serie de días consecutivos de vacaciones pagas y mediante un programa de acceso al turismo social una multitud de argentinos de todas las clases sociales empezó a descubrir un país hasta entonces muy poco conocido.
 
Comenzaba una etapa de inclusión social, de igualdad de derechos.
El descanso anual del trabajador es un elemento esencial para que el mismo reponga fuerzas, regenere su capacidad productiva y creadora y pueda fortalecer lazos con su familia y el entorno en el cual se desarrolla. Sin las vacaciones (como en las épocas de la naciente revolución industrial) se deshumaniza al trabajador al trabajador, al tratarlo como un engranaje más en la producción. 
 
Este derecho esencial que hace a la integridad del trabajador fue institucionalizado en nuestro país por obra del entonces Secretario de Trabajo y Previsión, coronel Juan Domingo Perón, mediante el Decreto 1440 del año 1945.
Tal como sucede con otros institutos –como por ejemplo el aguinaldo- es muy curioso detectar que los mismos –pensados como derechos reconocidos desde siempre- fueron creados y consolidados por la innegable tarea de Perón a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, continuado luego en sus presidencias. Antes lisa y llanamente no existían. 
 
Las vacaciones pensadas para la protección de la integridad psicofísica de los trabajadores se sustentan en tres elementos fundamentales: 1) Que se trate de un período de inactividad, 2) retribuido anticipadamente y 3) que se cumpla con la finalidad del instituto (es decir que el trabajador verdaderamente las goce y no pueda compensarlas en dinero). Además –como uno de los más importantes derechos adquiridos con la antigüedad en el cargo- la misma se incrementa a lo largo de la relación laboral, siguiendo la lógica que a mayor desgaste del trabajador será necesario mayor cantidad de tiempo para reponerse.
 
La consagración del derecho al descanso remunerado generó además algo que socialmente no existía. Toda una numerosa clase de personas, esencialmente de clase media/baja, pudo empezar a gozar del descanso anual, algo que antes era sólo patrimonio de la aristocracia. Este cambio generó entonces la propulsión del turismo y la creación de miles de puestos de trabajos afines a ello. 
En este sentido, la medida adoptada no sólo significó un salto cualitativo en materia de derechos adquiridos por la clase trabajadora, además significó la creación de un nuevo paradigma productivo. La clase trabajadora se insertaba en el esparcimiento y el turismo.