lunes, 3 de julio de 2017

MIENTRAS BAILAN AL COMPÁS DE LAS “PASO”, EL PUEBLO SE VA AL CARAJ…

MIENTRAS BAILAN AL COMPÁS DE LAS “PASO”, EL PUEBLO SE VA AL CARAJ…
 
 

Como es público y notorio hasta la saturación, podemos ver en estos días el revoltijo que caracteriza el mundo político a una semana del cierre de listas para las P.A.S.O. (Primeras Abiertas, Simultáneas y Obligatorias).

Como es público y notorio también, en este cierre de listas brilla por su ausencia absoluta el debate de ideas, de posturas doctrinales y de propuestas acordes a ellas. En realidad, este proceso electoral se parece cada vez más al baile de la silla, o más bien a una licuadora bailable, en la que todos los pretendidos candidatos se aparean con todos, para hacer “alianzas” y “acuerdos” que duran un suspiro. Es una calesita en la que hay “sortija para todos” y “para todos los gustos”. Lo único importante es sacar la sortija, no importa con quién, cualquiera sirve.

Todos vociferan tener soluciones para los terribles y tremendos problemas que agobian al conjunto de la nación y se auto-proclaman los “reparadores”. Lo que no se entiende muy bien es por qué los que gobiernan, si tienen las soluciones, no las aplican ahora, y los que ya estuvieron doce años por qué anuncian que van a resolver los problemas que ellos mismos crearon y no los resolvieron cuando fueron gobierno.
Unos asumieron el gobierno, pero sin contar con un plan económico ni, mucho menos, con una alternativa, tal como lo proclamó hace unas semanas el economista Miguel Ángel Broda, partidario del gobierno. Mientras esperan que la economía se reactive per se, se han endeudado –al igual que la anterior administración gubernamental- en forma creciente y a tasas que inevitablemente van a llevar a una próxima cesación de pagos, tal como lo preanunció hace más de un año el economista Juan Carlos de Pablo en una conferencia dada en Lanús, en mayo del año pasado (los autores de esta nota hemos sido testigos presenciales de ello).

Tanta improvisación hay en el gobierno, que hasta el economista José Luis Espert tuvo que denunciar que quienes “manejan” hoy la política nacional “son millonarios que saben hacer negocios y ganar dinero, pero que de política no saben nada”. Muestra de ello es que toman medidas administrativas en contra de los sectores de menos recursos (jubilados, pensionados, etc.) provocando reacciones sociales de envergadura. Como no tienen plan, administran el día a día, por eso corren siempre atrás de los acontecimientos, pero hasta que los problemas no les revientan en la cara no reaccionan ni se anticipan. Eso sí, llamativamente nunca se equivocan contra los más pudientes, siempre contra los humildes.

Estos aprendices de políticos hablan mucho de “cambio”, pero aplican las históricas, viejas y fracasadas recetas del endeudamiento externo para cubrir gastos corrientes y para fomentar un crecimiento económico híper acotado y sectorial, que inevitablemente termina en crisis. Hablan de “transparencia”, pero nunca han podido explicar por qué casi todos ellos cuentan con una empresa o institución off shore, o por qué en negocios con el Estado siempre hay un pariente o un deudor con vínculos estrechísimos con los funcionarios de turno. Hablan de “transparencia”, pero ganaron millones de pesos con la famosa venta de dólar a futuro del dúo dinámico Kicillof-Vanoli, a pesar de haberla criticado en un primer momento.
Piden paciencia para “llegar al cambio prometido”, pero por las dudas cobran sueldos de 5 ó 6 cifras “para pasar el ajuste” y salir a tocar timbre por los barrios los fines de semana. Tienen un ministro de la Producción que hasta ahora no produjo nada, salvo un comentado romance con una ¿estrella artística?, que duró lo que un suspiro. O un ministro de Medio Ambiente, que ante los desastres ambientales recomienda rezar. Al igual que los “progresistas nac&pop”, creen que la política es simplemente gestión, por eso reducen su “militancia” a llenar planillas Excel y armar cuadros estadísticos, mientras el pueblo en su gran mayoría anda a la deriva, en el desamparo más cruel e inimaginable, como “ovejas sin pastor” o padeciendo que “todos los días lo maten como a un perro”.

En el colmo de la insensatez, su única aspiración política consiste en atizar y fomentar la división electoral de la “supuesta” oposición política, para llegar tranquilo a las próximas elecciones legislativas. Creen y quieren hacer creer que “la nueva política” es poner caras lindas en las boletas electorales, o promover como legisladores a científicos o a víctimas de delito. Pretenden producir un “cambio histórico y cultural”, pero no tienen ni idea de lo que está pasando en el mundo ni tampoco en la Argentina profunda.
 
Ni que hablar de la “oposición nac&pop”, la gran responsable y culpable que los “enemigos liberales” hayan llegado al gobierno por medio de los votos por primera vez en la historia política nacional. Que critica al gobierno por haber aumentado la pobreza en 3 ó 4 puntos porcentuales, cuando ella –siendo gobierno- la dejó en 29-30%. Que critica el feroz endeudamiento externo llevado a cabo por la actual gestión, pero siguiendo el impulso de “los revolucionarios de la Patagonia”, que de una deuda post-canje del 2005 de 145.000 millones de dólares dejaron al final de su mandato una deuda de 240.000 millones de dólares, después de haber pagado la friolera de 190.000 millones de dólares. Que critica la pérdida de la soberanía nacional en los litigios judiciales internacionales, cuando fue el mismo Néstor Kirchner quien firmó en el canje de deuda del 2005 “la prórroga de jurisdicción a favor de los tribunales estaduales y federales y la renuncia a oponer la defensa de la inmunidad soberana” y la aceptación de los tribunales de Nueva York, Londres y Tokyo como sedes para litigar judicialmente (Decreto 319/2004, artículo 8 y Decreto 1735/2004, artículo 3). Que critica el “antipatriotismo liberal” del actual gobierno, pero olvidándose que siendo gobierno mantuvo la política liberal extranjerizante de Martínez de Hoz y del menemismo de los ’90, manteniendo vigente la Ley de Entidades Financieras 21.526/1977 y manteniendo hasta la actualidad el control extranjero sobre la privatizada YPF (Repsol/Banca Rothschild-familia Esquenazi/Banco Credit Suisse y reprivatización 2012/Chevron y fondos buitres [George Soros, BlackRock, Banco Lazard, Goldman Sachs, etc.]. Oposición que habla de “antiimperialismo yanqui” pero que se olvida del saludo sumiso en setiembre del 2008 ante David Rockefeller, el verdadero padre del Proceso de Reorganización Nacional y enemigo histórico declarado de Perón y su revolución nacional.
Oposición “nac&pop” que siendo gobierno no fomentó las organizaciones libres del pueblo sino que convirtió a gran parte del pueblo en Estado-dependiente y rehén de los dueños de los aparatos políticos de turno; que no fomentó la creación de trabajo genuino sino que armó la industria del subsidio, financiada con deuda externa contraída con el Banco Mundial.

Hoy da vergüenza ajena ver a gran parte de esa dirigencia “nac&pop” desesperada por armar un rejunte electoral bajo el pomposo nombre de “unidad del campo nacional y popular”, aferrada a una multimillonaria hotelera exitosa que les aseguraría “los votos del pobrerío del conurbano”, “empresaria” que en el fondo los desprecia y los humilla a gritos y reproches. Dirigencia que busca la “unidad” y que clama por una “conductora”-candidata sólo para que ponga la tarasca para la campaña, porque hoy esa dirigencia no tiene las grandes cajas del Estado para subsidiarse. Es una dirigencia que ha progresado políticamente a costa de las cajas públicas del Estado, convertido en feudo y fuente de “trabajo” para sí y sus parientes y amigos. Es una dirigencia que tiene terror a quedarse sin el Estado, porque nunca trabajó ni se ganó el pan con el sudor de su frente, y en la actividad privada no sabe hacer casi nada. No es una dirigencia forjada en la lucha de la resistencia por la vuelta de Perón, sino una dirigencia que ha hecho del peronismo una franquicia para su enriquecimiento personal y que se ha resistido y resiste, hasta las últimas consecuencias, a rescatar a Perón del exilio histórico, porque si lo hiciera tendrá que servir al pueblo, no servirse de él. Si rescataran a Perón del exilio histórico, ya no podrían hablar de “mi pueblo”, de “mi gente”, de “mi provincia”, de “mi feudo municipal”, tendrían que hablar del pueblo con respeto y reverencia como lo hacían Perón y Evita, que se consideraban servidores del pueblo, no sus dueños.
 
Es por todo esto que hoy la gran mayoría del pueblo argentino se encuentra en el peor de los desamparos y en la indefensión más cruel. Basta recorrer los tribunales de familia, los hospitales públicos o los barrios más pobres del conurbano para ver el abandono al que está sometida la mayoría de la población argentina, impotente ante el accionar mortífero de la narco-criminalidad y muchas veces matada como perro, tal como lo definió certeramente en estos días un dirigente sindical del transporte.
Se supone que la política está llamada a hacerse cargo de este desamparo, pero lamentablemente mucha dirigencia política, liberal o progresista “nac&pop” cree que “al pueblo hay que tenerlo cortito”, o bien porque “levanta la cabeza y reclama” o bien porque “si lo capacitás después no lo podés controlar y se te independiza”.

Así, hoy la dirigencia política está bailando al son de las PASO, y el pueblo se va al joraca.

Pero una vez más, Perón nos rescata y nos hace saber que la política es amor y servicio, por eso debe hacerse cargo de “la destrucción del hombre en todos los estamentos nacionales” y de “la destrucción del Estado”, productos ambas de una “descomposición preconcebida que se ha venido operando a lo largo de los años y de los hechos que el país ha vivido fuera de los cauces de una comunidad organizada”. Esto obliga a “reconstruir lo destruido y preparar un mejor futuro inmediato para que en una nación realizada cada argentino pueda intentar su propia realización”. Ante los problemas que nos agobian y paralizan hay que reaccionar, porque “permanecer inactivo es casi resignarse a la desgracia”, para lo cual hay que “superar necesariamente las pasiones insanas en aras del bien común de la Patria, objetivo supremo de todos los argentinos”. Se trata de desterrar la lucha fraticida y estúpida para promover “una efectiva y racional colaboración de todos los argentinos”. Para ello se torna necesario “capacitarse moral e intelectualmente” y forjar una nueva generación dirigencial “calificada por todas las virtudes y capacitada para luchar hasta las últimas consecuencias”, porque “las comunidades no valen tanto por sus riquezas ni por el número de sus habitantes, sino por la capacidad de los dirigentes que las encuadran y conducen”.

En definitiva, la nueva formación dirigencial debe apuntar a “meditar sobre la mejor manera de servir antes que dedicarse a criticar desaprensivamente a los demás dirigentes”, porque “ningún aspirante a dirigente podrá engrandecerse con la desgracia de los demás, pero sí desprestigiarse por una elemental falta de ética política y humana”.

Estas y otras enseñanzas es la que impartió Juan Domingo Perón en el discurso de cierre de campaña del 21 de setiembre de 1973, en vísperas de ser elegido Presidente de la Nación. Pronunciadas hace casi 44 años, tienen absoluta vigencia y actualidad, por encima de los balbuceos insulsos y vacíos de todo contenido de una dirigencia que no sólo ya está perdiendo hasta el histórico aparato partidario del PJ, sino que está rifando algo mucho más grave como es su propia dignidad personal, a manos de una banda de impostores y falsarios, con irracionales delirios de grandeza carentes de toda legitimidad.

Para no irnos al joraca como pueblo y como Nación, se impone volver a Perón, se impone resistir la destrucción humana y estatal que nos han aplicado, se impone volver a rescatar a Perón del exilio histórico al que lo ha sometido una dirigencia falaz y descreída, para volver a hacer de la Argentina esa gran Nación que sea luz y ejemplo para todos los pueblos del mundo.     
 
José A. Quarracino                                        Juan Carlos Vacarezza
Secretario Político                                                        Secretario General
Movimiento “Primero la Patria”
 
[Publicado en Política del Sur, 20 de junio de 2017, Año 11 No. 540]

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