martes, 29 de mayo de 2018

Contracara N° 22 - Argentina, y el eterno vicio de endeudarse. TLV1







Juan Manuel Soaje Pinto entrevista al Dr. Juan Carlos Vacarezza. Argentina adolece de un problema sistémico, independientemente de la administración que gobierne; este problema es histórico, y se debe a la estructura económica que, desde la conquista de la soberanía, el país ha venido sosteniendo a pesar de las caídas y recaídas de la economía. Historia, actualidad, y la eterna crisis que padecemos los argentinos por aferrarnos a un sistema cuyas prácticas nos hunden cada vez más, en la miseria, el atraso y el eterno retroceso que, recientemente, nos ha recordado de nuevo que, si no cambiamos el rumbo, nos estrellaremos una vez más.




domingo, 13 de mayo de 2018

SIEMPRE NOS FALTAN DÓLARES

Hace poco más de un año, exactamente el 20 de enero de 2017, el compañero Juan Carlos Vacarezza anticipó y vaticinó que el problema económico argentino, a causa de su configuración estructural, era irresoluble: ni las doctrinas liberales ni las doctrinas keynesianas pueden resolver el problema de la matriz insumo-dependiente que caracteriza la economía nacional.

Formuló esta advertencia en una entrevista radial realizada ese día: http://politicadelsur. com/vacarezza-expone-sobre-la- futura-falta-de-dolares/  

Ese mismo día, por la tarde, expuso en detalle el diagnóstico de la situación económica y la imposibilidad de encontrar una salida, si se siguen los cánones tradicionales.
Reproducimos la crónica que difundimos en esos días sobre la exposición:



SIEMPRE NOS FALTAN DÓLARES. Restricción externa de la Economía argentina
(20 de enero de 2017)

El viernes 20 de enero ppdo., a partir de las 19 horas, Juan Carlos Vacarezza, secretario general del Movimiento “Primero la Patria”, brindó una exposición sobre “Las restricciones de la Economía argentina (la falta de dólares). Esta actividad se llevó a cabo ante una nutrida concurrencia de miembros del Movimiento, de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y de jóvenes militantes del peronismo. El salón “Torre del Sol”, sito en Belgrano 1053 (Banfield este), fue el lugar en el que se desarrolló el encuentro.
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La tesis presentada por Vacarezza, y explicada y fundamentada a lo largo de la exposición, es que el problema económico argentino “no tiene solución”, en tanto constituye un problema raigal de su estructura económica. A su juicio, son varios los temas irresolubles que forman parte de ese problema: la voluminosa deuda externa, las inversiones extranjeras orientadas a la especulación financiera, el déficit comercial externo crónica, el déficit de la balanza de pagos.

Estos temas-problemas desembocan periódicamente en la falta de dólares, ya que la economía argentina es insumo-dependiente, es decir, necesita importar artículos extranjeros para la producción industrial, por eso mientras más produce más incrementa las importaciones, hasta que en determinado momento no cuenta con los dólares que necesita para pagar éstas últimas (dado que los dólares que ingresan por las exportaciones agropecuarias se utilizan para pagar deuda externa, intereses de ésta, dividendos y royalties, servicios comerciales, turismo, etc.).

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Ejemplificó con números oficiales el problema: del año 2003 al 2014 el déficit comercial alcanzó los 60.000 millones de dólares (dado que la industria exportó esa cantidad, pero consumió importaciones por 120 mil millones de dólares); el atesoramiento en dólares (interna y externamente) llegó a los 68.000 millones de dólares; el déficit energético –años 2012/2014- fue de 18.000 millones de dólares; el giro de utilidades al exterior en el período 2003-2014 fue de 25.000 millones de dólares; el uso de reservas del Banco Central en ese mismo período fue de 65.747 millones de dólares; la salida de dólares para pagos de importaciones industriales, de energía y de pago de utilidades fue de 170.000 millones de dólares; la fuga de capitales alcanzó los 87.000 millones de dólares.

En este contexto, los ingresos generados por las exportaciones agropecuarias han sido y son insuficientes para afrontar los pagos antes mencionados.

A estos problemas se suma la elevada concentración de las exportaciones en empresas extranjeras (50 de ellas concentran casi el 90% del total de operaciones) y la también elevada concentración económica (200 mayores empresas concentraron el 73% del total de operaciones de exportación).
Otro capítulo lo constituye el endeudamiento provincial en dólares, además del endeudamiento nacional producido en el último año.

Destacó el expositor que, aunque hicieron gala de profesar “ideologías políticas diferentes y casi antagónicas”, los instrumentos a los que recurrieron el gobierno anterior y el actual para resolver los problemas económicos fueron prácticamente los mismos: uso de las rentas del fondo de garantía de sustentabilidad de la Anses y de las ganancias contables (virtuales) del BCRA, toma de dinero del sector público financiero y no financiero (adelantos transitorios al Tesoro por parte del BCRA).

Concluyó su exposición el doctor Vacarezza, definiendo y explicitando el desafío casi irresoluble que se le presenta a la economía argentina: por un lado, “para tener un endeudamiento controlado, ‘se necesitan’ 30 millones de pobres que no consuman”. Éste es el drama fundamental de la economía argentina, pero ello no se discute políticamente. Por otro lado, es necesario revertir el esquema de elasticidad de las exportaciones e importaciones, ya que por cada dólar que se exporta se necesita importar por un valor de dos dólares.

De todo esto no habla públicamente la dirigencia política argentina, que pareciera estar más preocupada en resolver el control de los espacios de poder adquiridos que en solucionar el drama de fondo de la Argentina: la imposibilidad de poder recuperarse económicamente en el marco de la matriz económica-financiera impuesta desde 1976.

lunes, 16 de abril de 2018

¿ABORTO PARA QUE LAS FINANZAS VIVAN TRANQUILAS?


Una vez más, en Argentina, se ha desencadenado la habitual oleada progresista a favor de la despenalización del aborto, como acontece todos los años. En este año en particular, la campaña despenalizadora ha sido asociada el 8 de marzo a la celebración de la Jornada Mundial de la Mujer. Como resultado de todo ello, se ha vinculado la esencia de la mujer y de lo femenino al “derecho” de matar al propio hijo en el vientre materno.
Prácticamente y en una forma que llama la atención, todos los grandes medios de comunicación y un grupo importante de políticos progresistas e izquierdistas han apoyado esta campaña y su propuesta abortista.


Tanto de uno como de otro lado del espectro político-ideológico se reivindica el carácter “progresista” de esta iniciativa, porque se dice que “es un debate que la sociedad se debe”, porque “a pesar de la ley que lo prohíbe se siguen practicando abortos (clandestinos)”, etc. En otras palabras, se dice que “debatir este tema” es hacer “un aporte a la democracia”, etc. etc. Pero en el fondo, este supuesto “aporte a la democracia” es la aplicación de la pena de muerte contra un inocente e indefenso que vive en el vientre materno, porque el aborto no es otra cosa que esto: la pena de muerte contra los más inocentes e indefensos de todos los seres humanos, que no han cometido ningún delito ni se pueden defender. De ser los únicos privilegiados en las mejores épocas de la historia argentina, ahora los niños por nacer no merecen la más mínima piedad, si alguien no quiere que existan.
Se pueden utilizar palabras lindas o que “suenen bien”, como “interrupción del embarazo”, pero en esencia el aborto es matar o hacer matar a un hijo que está viviendo en el vientre materno.
Por eso, después que pasa el humo de las declaraciones “progresistas” que se pretenden “racionales y científicas”, y se analiza en detalle los argumentos que se esgrimen a favor de la iniciativa en cuestión, nos encontramos con dos cuestiones sorprendentes:


a) el “razonamiento” infantil, carente de todo fundamento, que pretende justificar la propuesta: “a pesar de la ley que castiga el crimen, las mujeres abortan, y algunas mueren”. Si se aplicara la misma lógica a otros ámbitos, bien se podría decir “a pesar de la ley que castiga la ‘violencia de género’ y la agresión y la muerte de mujeres, hay varones que las agreden y las matan”, con lo cual habría que despenalizar la violencia de género. O a pesar que “la ley reprime el asalto a mano armada a casas particulares y a bancos, hay personas que asaltan casas y bancos a mano armada”, con lo cual habría que despenalizar el asalto a mano armada. O a pesar de que la ley reprime “el secuestro extorsivo y el asesinato del secuestrado”, hay personas que secuestran y matan, por lo cual habría que despenalizar el secuestro extorsivo. O a pesar de que la ley reprime y castiga la tenencia, portación y uso ilegales de armas de guerra por parte de particulares, hay personas que tienen, portan y usan en forma ilegal armas de guerra, razón por la cual habría que despenalizar la comisión de este delito.
A simple vista se puede ver que argumentar a favor de la despenalización de un delito porque a pesar que la ley lo reprime y castiga igual se sigue cometiendo es propio de una mente que lo que menos hace es pensar, ya que simplemente escupe palabras y discursos elaborados por otros, en inglés y en los sectores más pudientes de la economía mundial.
No es raro que los principales divulgadores de esta “flatulencia mental y verbal” sean personajes que se pretenden progresistas, pero que han sido activos colaboradores del Proceso de Reorganización Nacional. Pareciera que le tomaron el gusto a la práctica de la desaparición forzada de personas. 


b) En paralelo a esta irracionalidad disfrazada de progresismo, sorprende también que las argumentaciones esgrimidas a favor de la pena de muerte aplicada a niños sean pronunciadas por la izquierda en general y el progresismo en sus diferentes configuraciones, que a diestra y siniestra promueven esta propuesta diseñada, orquestada y planificada en sus mínimos detalles por los dueños del Imperialismo Internacional del Dinero, es decir, por la oligarquía más depredadora y criminal de toda la historia.
Los pro-abortistas se pretenden evolucionados, progresistas y en algunos casos revolucionarios, se proclaman críticos feroces del capitalismo y del neoliberalismo, pronuncian consignas “antimperialistas”, etc., pero en realidad no hacen más que darle estatus “democrático” a las políticas antinatalistas diseñados por los patrones del dinero y de la riqueza mundial -la plutocracia financiera mundial ejecutora y dueña del imperialismo internacional del dinero- para gozar “en paz” del saqueo que han hecho a todos los pueblos y naciones del mundo, incluidos los países desarrollados,
En las líneas que siguen mostramos que los conceptos y fórmulas que utilizan los pretendidos demo-progresistas pro-abortistas para fundamentar la despenalización del aborto no son otra cosa que la traducción literal al español de la ideología oligarca del imperialismo financiero mundial, depredador y genocida. En otras palabras y dicho de otra manera: las propuestas progresistas a favor del aborto que se creen “progresistas” se fundamentan y hunden sus raíces en la ideología y planes antinatalistas de la oligarquía financiera mundial, y las difunden en una mano con las imágenes del Che Guevara y Karl Marx, sin darse cuenta que en la otra mano llevan el discurso de Adolf Hitler y de la familia Rockefeller, patriarcas y promotores del control de la natalidad a nivel mundial, con el eufemismo de “la salud y los derechos reproductivos”. Se creen hijos del Che Guevara y de Karl Marx, pero dicen lo mismo que Adolf Hitler y David Rockefeller.


1) El Aborto y el argumento de la “Justicia Social”
En sus proyectos legislativos, los progresistas sostienen que «legalizar el aborto en razón de justicia social es reconocer que en el contexto latinoamericano, sumido en la pobreza y en la desigualdad social, son las mujeres pobres quienes sufren o mueren por abortos realizados en clandestinidad», ya que «las mujeres de los sectores más ricos o mejor ubicados social y económicamente acuden en forma privada a profesionales idóneos, las pertenecientes a las franjas más pobres sólo tienen acceso a procedimientos caseros o de baja calidad, y por lo tanto, riesgosos para su salud y su vida».
Es llamativo que los pretendidos “izquierdistas”, en vez de luchar a fondo y en serio contra la pobreza y la desigualdad social, abogan para que las mujeres pobres puedan matar a sus hijos, al igual que las mujeres ricas, en condiciones “seguras”, pero ni por casualidad se le ocurre equiparar ya los derechos que realmente dignifican a la mujer: alimento para sí y para sus hijos, vivienda digna, acceso integral a la salud, educación, etc.
Más llamativo es que fundamenten esta “igualdad para matar” en EL MISMO ARGUMENTO QUE FORMULÓ YA EN 1972 JOHN DAVISON ROCKEFELLER III: «La Comisión CREE que las diversas prohibiciones contra el aborto a lo largo de Estados Unidos surgen como obstáculos al ejercicio de la libertad individual: la libertad de las mujeres para hacer elecciones morales difíciles basadas en sus valores personales, la libertad de las mujeres para controlar su propia fertilidad y, finalmente, la libertad respecto a las cargas pesadas de un embarazo no-deseado. Las disposiciones restrictivas también violan la justicia social, pues cuando se prohíbe el aborto, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos no-deseados. Los abortos médicamente seguros han estado disponibles siempre para las mujeres ricas, las que pueden afrontar los elevados costos de médicos y viajes al extranjero; pero la mujer pobre ha sido forzada a arriesgar su vida y salud con remedios populares y practicantes desacreditados» .
Éste es el único “derecho” de las mujeres pobres que los Rockefeller equiparan con el de las mujeres ricas: matar al hijo no-deseado en condiciones “seguras”. De equiparar el resto de los derechos, ni una palabra. ¿Cómo se explica que se definan como progresistas y a la vez coincidan en forma absoluta con la ideología oligarca, reaccionaria y genocida del capital financiero internacional?
Con esta actitud, los progresistas “revolucionarios” pregoneros de la “patria socialista” pretenden darle estatus democrático a la ideología del capitalismo financiero depredador. Lo reiteramos una vez más: USAN LA MÁSCARA DEL CHE GUEVARA, pero para promover LA IDEOLOGÍA ANTINATALISTA DE DAVID ROCKEFELLER y Cía.

2) El Aborto y el embarazo por violación
El progresismo “revolucionario” pretende que el aborto pueda ser efectuado en cualquier etapa de un embarazo en casos que éste sea producto de una violación.
1. En este sentido, SE PROPONE LA PENA DE MUERTE PARA LA CRIATURA GESTADA (ser humano indefenso que no ha cometido ningún delito), mientras que PARA EL CRIMINAL VIOLADOR PROPONE… NADA.
Ofende al sentido común y es una locura total condenar a muerte a un inocente y dejar vivo a un criminal. En realidad, este progresismo “revolucionario” olvida que esta propuesta de aborto para embarazos por violación es el paradigma diseñado y postulado en el año 1969 por el “camarada” Harrison Tweed (asesor legal del Chase Manhattan Bank y de la familia Rockefeller ), en momentos en que era presidente del American Law Institute, organismo privado fundado por un miembro del Council on Foreign Relations, manejado ininterrumpidamente desde el momento de su creación por el «Imperio Rockefeller» . Este esquema paradigmático cacareado por nuestro “izquierdismo” vernáculo fue explicitado en un borrador del Model Penal Code (Código Penal Modelo) , esbozado más nunca aprobado, pero que le sirvió a la oligarquía angloamericana para “justificar” y legitimar este criterio.
2. Pero además de irracional, esta propuesta abortista REPRODUCE LA LÓGICA DE LA VIOLENCIA, LA LEY DEL MÁS FUERTE, ya que a la primera violencia ejercida por el criminal sobre la mujer atacada y ultrajada el progresismo pretende una segunda violencia, que es el “derecho” de la mujer violada a matar a su hijo.
En tal sentido, se propone que la mujer violada mate “legalmente” a su hijo, pero no se le concede el “derecho” de matar “legalmente” al criminal que la agredió. En este esquema, sólo es válido y legal matar al más débil, no al más fuerte. Una locura total.

3) El Aborto y la violación de la Constitución
En realidad, la propuesta de la despenalización del aborto constituye la autorización de la aplicación de la pena de muerte en los países donde no está implantada o ha sido derogada, y también la aplicación –en países donde está vigente- a personas menores de edad o a mujeres embarazadas.
Pero en ambos casos se VIOLA LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (Pacto de San José de Costa Rica, 1969) que prohíbe tal práctica penal.
a) Hasta los mismos progresistas reconocen que el feto en el vientre materno es una vida humana, por lo tanto, el feto es un ser humano, y como tal es persona , tal como afirma la mencionada Convención. Como persona, tiene derecho a ser reconocida su personalidad jurídica .
b) Como persona, al nasciturus no se le puede aplicar la pena de muerte, porque ésta no rige actualmente en nuestro país, y la citada Convención impide su institucionalización .
c) Tampoco se le puede aplicar la pena de muerte a los nasciturus, porque son menores de 18 años, y como tales la Convención los ampara en su derecho a la vida .

4) El Aborto como “Derecho”: «El aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su propia fertilidad» .
Que el aborto es un derecho lo ha determinado históricamente en forma explícita y por primera vez John Davison Rockefeller III, en 1973. Es el argumento instituido por la oligarquía financiera mundial, de la que este personaje es su cara visible y vocero, que los progresistas de toda laya toman como dogma y principio incuestionable.
Este dogma está anticipado en forma implícita en la institucionalización del famoso y falso “derecho humano básico de decidir la cantidad de hijos y el espaciamiento entre ellos” y por el delirante principio ético que sostiene que “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados” .

5) El Aborto como “problema de salud pública”: «[…] la anticoncepción es el método de elección para prevenir un nacimiento no deseado. Creemos que el aborto no debe ser considerado un sustituto para el control de la natalidad, sino más bien como un elemento en un sistema general de cuidado de la salud materno-infantil» .
Clarísimo: el aborto no es considerado un crimen ni asesinato, sino un “problema de salud pública”. Lo mismo repiten desde hace tiempo los progresistas.
Esto se complementa con otros argumentos siempre citados por el progresismo izquierdoso y que se articulan con el argumento anterior: “[…] las mujeres deben tener la libertad de determinar su propia fertilidad, la cuestión del aborto debe ser dejado a la conciencia de la mujer involucrada, en consulta con su médico, […] los Estados deben ser alentados a aprobar estatutos objetivos que creen un marco claro y positivo para la práctica del aborto a petición”. Es decir:
a) el aborto es una decisión libre de la mujer
b) el aborto es una cuestión que sólo involucra a la mujer y al médico (desaparición de los esposos y padres)
c) el Estado es garante de la ejecución de ese “derecho”

Llamativamente, es el mismo esquema que repiten los “progres”: Aborto como derecho y acto libre – Involucra solamente a la mujer y a un médico – Estado garante del ejercicio de ese “derecho”.
Una vez más, se reitera lo que la historia ha mostrado en reiteradas oportunidades: la izquierda y el progresismo internacionalistas no son otra cosa que los voceros del capitalismo financiero mundial, les guste o no.

                José Arturo Quarracino                                                   Juan Carlos Vacarezza
                    Secretario Político                                                          Secretario General
Movimiento “Primero la Patria”

Publicado en Política del Sur, Año 13 – No. 568

martes, 6 de febrero de 2018

¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?



¿AHORA NI SE ACUERDAN DE PERÓN?

Los liberales se lo recuerdan

 

La vida política nacional se encuentra en estado de ebullición. Después de dos años de “gestión”, el gobierno del presidente Macri se encuentra en una situación más que delicada y muy preocupante, porque, entre otras cosas, no puede o no saber cómo reactivar la economía ni frenar la inflación. Eso sí, al igual que en el caso del gobierno anterior, para sus familias y sus amigos los negocios marchan viento en popa. Y al igual que el gobierno anterior, delira imaginando un mundo de fantasía, creyendo que estamos viviendo un proceso de “cambio” y de “progreso” que solo existe en las mentes alocadas de sus funcionarios, que cobran suculentos salarios para no hacer nada. Son los mismos economistas y analistas de su propio partido o simpatizantes del mismo -los Melconian, los de Pablo, los Espert, etc.- quienes han comenzado a encender luces de alarma, diagnosticando que es poco o muy poco lo que se ha hecho hasta ahora, o avisando que la Argentina avanza hacia una nueva frustración.

Es que el gobierno nacional pretende resolver los problemas de siempre, aplicando las mismas “soluciones” liberales que han fracasado históricamente: la apertura indiscriminada de la economía, la no intervención del Estado en rubros estratégicos fundamentales, el endeudamiento externo como supuesto motor del crecimiento económico, la acentuación del perfil agroexportador e insumo dependiente industrial, la entrega sin control de la explotación de los recursos naturales a las grandes multinacionales, etc.

Frente a este fracaso en camino, y sin hacerse cargo de su responsabilidad en el acceso de la plutocracia autóctona y de las tradicionales familias oligarcas al gobierno a través de los votos, nos encontramos con el promocionado intento de “reorganizar” o de “reconstruir” el peronismo, a través del rejunte de una dirigencia que se muestra huérfana de ideas y de mística, y que ha sido protagonista principal de las tres últimas derrotas electorales sufridas por el campo nacional y popular, que en vez de unir y organizar doctrinalmente a la gran masa del pueblosolamente juntan dirigentes de todo tipo y pelaje, algunos de ellos enemigos históricos de Perón, a quien no dudaron en enfrentar con las armas en la mano. En ese rejunte vuelven a aparecer muchos aventureros y oportunistas que, en el mejor de los casos, han usado al peronismo para su propio enriquecimiento personal y de sus familiares, y en el peor de los casos lo han pervertido y prostituido.

Otros sugieren una especie de fórmula matemática, para hacer una especie de combo con el pasado, presente y futuro del justicialismo, en una mezcla inexplicable e inexplicada de humanismo cristiano como base histórica filosófica, digitalización cibernética presente y futurología, replanteando las viejas preguntas para responderlas de cara al futuro, y con esas nuevas respuestas formular una propuesta al pueblo argentino.

No falta tampoco quienes proponen un camino “erótico-político”: elaborar una propuesta para “volver a enamorar al electorado” peronista. Para estos sectores, o sectas, ya no hay pueblo, sólo hay “ciudadanos” y “electores” a los que “hay que presentarles una propuesta” que “los enamore”. En esta línea de flatulencia mental, se dicen “peronistas”, pero parecen olvidar que Perón elaboró una doctrina y ofreció al pueblo argentino una causa por la cual vivir y lucharcuyos fundamentos y raíces los tomó del pueblo mismo. Bien podrían estos aprendices de políticos leer la Primera Parte del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, y se enterarían de que Perón mismo se autodefinía como un intérprete del pueblo y de sus aspiraciones, no un inventor de relatos. ¿Estos aprendices se creen superiores a Perón?

En definitiva, estos tres caminos transitan sobre una base común: Perón pasó al olvido, ignoran o disimulan que desde 1976 la Argentina ha vuelto a ser una colonia dependiente del poder financiero internacional y sólo piensan en las contingencias electorales futuras. Pretenden reconstruir un organismo que es imposible de restaurar, porque la inmoralidad y las traiciones ya han hecho metástasis en su estructura. LA ARGENTINA DEBE RENACER, como lo planteó Perón en sus últimos años al volver a la patria, y nuestro deber primero es RECONSTRUIR AL HOMBRE, que ha sido destruido espiritualmente por tantos de decadencia y de degradación. 

Un viejo apotegma sostiene que “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Estas propuestas “reconstructoras” muestran en apariencia buenas intenciones, pero lamentablemente sin la más mínima autocritica. Por el contrario, sólo presentan propuestas “metodológicas” para un mejor funcionamiento del dispositivo electoralista. Mas que “reconstruir el peronismo”, solo piensan en un armado electoralista contra el macrismo. DE PERÓN NI NOTICIAS, DE SU DOCTRINA Y DE SU LEGADO MUCHO MENOS. 

Muchos de estos neo-renovadores y “reconstructores” se olvidan que ellos mismos cerraron e impidieron todo tipo de organización escolástica permanente y seria para formar dirigentes capaces y honestos, motivo por el cual muchos que hoy se sienten peronistas no saben por qué lo son; que dejaron de lado la Política en serio para hacer puro hincapié en la “gestión”; que desaprovecharon y postergaron a dirigentes y militantes de primer nivel para favorecer roscas políticas, muchas veces con personajes extraños al pensamiento y al sentir nacionales; que dejaron de lado la organización básica de familias y barrios, uno de los fundamentos originales del justicialismo. En otras palabras, dejaron de lado toda la enseñanza de Perón y su legado imperecedero, sometiéndolo a un exilio históricoque ha llevado al conjunto del campo nacional a padecer derrota tras derrota, para terminar hundido en una ciénaga espiritual y doctrinal de la que resulta casi imposible salir.

TENEMOS QUE RENACER, y ello solamente será posible si recuperamos y rescatamos la memoria viva y heroica de los padres de la Patria, desde Artigas hasta Perón, y de todos aquellos que, con su esfuerzo, su sacrificio y su entrega hicieron posible una Argentina digna, feliz, justa, libre y soberana. Como nos enseña Perón, “cuando un pueblo se decide a la lucha suele ser invencible”. SI SABEMOS RENACER COMO PUEBLO, todo lo demás se nos dará por añadidura.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

NAVIDAD Y LA PAZ SOCIAL

NAVIDAD Y LA PAZ SOCIAL

 

Como en otros momentos de la historia, estamos en vísperas de la tradicional festividad de la Navidad, en medio de un clima social y político impregnado de espíritus y sentimientos totalmente contrarios a los de la fiesta navideña.

Como hemos dicho y mostrado en reiteradas oportunidades, gracias al aporte de serios historiadores, las religiones y sus cuerpos de creencias han sido siempre la base y el fundamento de la vida en común, de las producciones culturales y de las civilizaciones que supieron forjar los pueblos y naciones a lo largo de la historia universal. Es decir, las convicciones religiosas y sus principios dogmáticos se proyectaron siempre en su vida cultural, familiar, social, económica y política, proporcionando los valores y principios sobre los cuales se sustentaron y basaron su existencia nacional.

En este contexto, no se puede poner en duda la influencia que el cristianismo tuvo a lo largo de la historia occidental y el basamento político y social que proporciono en particular a esta región del mundo de la que formamos parte, fusionándose y mixturándose con las poblaciones indígenas que encontró al llegar a estas tierras de América.

Nadie está obligado a creer en el Dios bíblico, en su dimensión trinitaria y en su encarnación redentora, en su presencia real en los sacramentos, etc., cuestiones todas que pertenecen al ámbito de la fe religiosa. Pero si todos pueden aceptar como universalmente válidas las consecuencias y proyecciones culturales y políticas de esas creenciasen tanto y en cuanto no son contrarias a la razón humana. Por ejemplo, que un Dios omnipotente se hace hombre y niño para redimir al género humano a través de su sacrificio expresa política y culturalmente que el Poder como tal es, en esencia, servicio y entrega sin límites, cuyo ejercicio dignifica a aquel que se beneficia con su acción. Significa que el Poder es fundamentalmente ejercicio de humildad y humillación -el superior se abaja hacia el inferior, y así lo eleva-, no un acto de soberbia del que se cree superior a los demás. Juan Domingo Perón supo muchas veces expresar esta verdad de hondo sentido religioso en una consigna política: “en política, no es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna”.

“Dios es la luz del mundo”, dice la fe bíblica y cristiana. La misión de la luz es iluminar a los demás, nunca a sí misma. Arde y se consume, sin obtener nada a cambio para sí, sino para beneficio de los demás. Como luz, Dios arde e ilumina para siempre, sin consumirme. ¿Qué logra con ello para sí? Nada. En este sentido, el Poder divino es servicio para todo lo creado, no es auto glorificación de sí mismo.

No es casualidad que para definir el sentido de su vida y de su misión, Perón eligiera también la imagen de la luz, al decir a comienzos de su vida política, el 2 de diciembre de 1943, que el estaba dispuesto “a arder como una llama épica y sagrada para iluminar el camino de la victoria” [del pueblo]. Estas mismas palabras las recordó poco tiempo antes de su fallecimiento, el 1 de mayo de 1974, mostrando la fidelidad que el mismo había guardado al juramento que había formulado en 1943. Perón iluminó la vida política argentina y el destino histórico del pueblo. Como es notorio, el sentido y el objetivo de la vida de Perón fue servicio total y absoluto al pueblo, y nada para sí mismo, excepto la satisfacción del deber cumplido.

Es por esto que el creador del Justicialismo ha fundamentado el movimiento político por el creado sobre la base de “una nueva filosofía de la vida, simple, practica, popular, profundamente cristiana profundamente humanista (Verdad 14ª del Justicialismo).

Fue la identificación doctrinal con el cristianismo que en sus años de gobierno, tanto Perón como Eva dirigieran un mensaje al pueblo argentino en las vísperas de Nochebuena, resaltando, entre otras cosas, la alegría de la festividad cristiana con el compromiso justicialista de hacer que los niños argentinos aprendan a sonreír desde la infancia; que el triunfo contra la injusticia es la mejor prueba que se esta en el camino de Dios; que la dignificación del hombre es la victoria del Hombre, que es la esencia misma de Jesús; que esta victoria del Hombre se hace realidad concreta al acercar el amor y el alimento al mayor numero de hermanos; que cualquiera sea el destino que tengamos como país, que “nuestra meta y nuestra primera preocupación sea, imitando humildemente a Cristo, el corazón del Hombre y e amor por el prójimo”; que “con los ojos puestos en Dios, brindemos por la Patria”; que al hacerse hombre, Dios fue recibido y cobijado por los humildes, no por los soberbios y los poderosos, razón por la cual “los humildes tienen un derecho absoluto y supremo sobre todas las Nochebuenas”; que la Nochebuena “es la noche de la humildad, la noche de la justicia”.

 

Hoy la Argentina esta atravesando tiempos duros y difíciles, plagado de desencuentros y frustraciones que hunden sus raíces en la incapacidad que hemos tenido, como Nación, de revertir el sometimiento neocolonialista al que hemos sido sometidos desde el año 1976. Estamos viviendo horas difíciles, en las que parece que la soberbia se ha convertido en la actitud que pretende imperar sobre todo, a costa del dolor y del sufrimiento de los mas debiles, y en las que la mediocridad parece haberse convertido en la “virtud” indolente de una dirigencia que no sabe encontrar el rumbo para mejor servir al pueblo. En estas horas, en vísperas de una nueva Navidad, nos parece importante volver a las palabras de Perón en su ultima Navidad en la tierra, para encontrar la luz y la guía que nos permitan defender nuestra dignidad y encontrar el camino para hacer realidad en nuestra patria la Justicia y el Amor.

Argentinos:

Hoy, 24 de diciembre de 1973, no he querido dejar pasar la Nochebuena sin llegarles con un mensaje, no del presidente de la Nación, sino de un hermano que anhela la felicidad de todos y trabaja sin descanso para lograrla.

El mundo vive horas inciertas. En todas las latitudes de la Tierra están sucediendo fenómenos nuevos cargados de peligros y amenazas, producto de la insensatez de los hombres y aberración de los sistemas que ellos mismos han puesto en marcha.

Nuestro país anhela tomar otros caminos que lo alejen de las acechanzas de un destino incierto a que puede conducirnos una conducta semejante. Por ello ha cesado la lucha y hemos retomado la paz y al trabajo redentor. Debemos volver a la Constitución y a la ley, que es lo único que puede conducirnos a la libertad que deseamos y a la grandeza que anhelamos para nuestra Patria.

Ya no podemos pensar en pequeñez, hagamos triunfar al país, que cuando el país se realice, todos los argentinos tendrán oportunidad de realizarse. Nosotros queremos que las futuras generaciones de argentino sepan sonreír desde la infancia y eso sólo puede ser producto de la felicidad del pueblo, que todo lo merece. Luchar por esa felicidad y por la grandeza de la Patria es un deber irrenunciable de cada argentino.

Tenemos un país de una inmensa riqueza potencial, sólo nos queda real izarla y para ello lo único que necesitamos es paz y trabajo. Que la fuerza que nos mueva sea el amor en todas sus formas y que la Unidad Nacional y la solidaridad patriótica sean las piedras sillares en que asentemos el principio y el fin de nuestro destino.

La riqueza podrá ser poderosa, pero sin estabilidad social será extraordinariamente frágil.  Por eso nosotros queremos dar al país una gran riqueza consolidado por un perfecto equilibrio social.

No se nos escapa que estos objetivos serán interferidos por los enemigos del orden, los agentes del odio y los intereses espurios. Pero si todo el pueblo decide a luchar por ese destino, no habrá fuerza capaz de doblegar su empeño.

Confieso que mi mayor felicidad en estas fiestas es la de comprobar todos los días, en mi paso por las calles de la ciudad, esa alegría que no suele engañarme.

Sé que tenemos problemas, pero también sé, que con el apoyo organizado del pueblo no hay problemas que no tengan solución. Los que aprendan a tener fe en el pueblo jamás llegaran a verse defraudados.

Doy gracias a Dios de que, en mis últimos años me haya permitido hacer algo por lo que más quiero, mi Pueblo y mi Patria.

Entrando en el día del Redentor, de frente a mi Patria, deseo hacer llegar a todos los argentinos mis mejores deseos de felicidad y la paz necesaria que nos permita trabajar unidos y solidarios para una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación Argentina

24 de diciembre de 1973

 

                   José Arturo Quarracino                                Juan Carlos Vacarezza

                            Secretario Político                                       Secretario General